Redacción. El ejército de Malí va tomando el control de la situación frente a los islamistas del norte y recupera el centro de la ciudad de Diabaly, en la parte central del país, y del área de Douentza, con el apoyo francés solo en el aire, como ha confirmado el mismo ejército galo.
Las fuerzas de Malí sacaron a los yidhadistas de Diabaly de uno de sus campamentos improvisados y en donde estos tenían en los camiones sofisticadas armas al parecer procedentes de Libia.
No obstante, pese a la victoria de las fuerzas de Malí, la población está pasando estos días por una importante crisis humanitaria, ya que al cerrar sus fronteras Argelia, los habitantes del norte se dirigen al desierto, donde hay falta de alimentos. Esta situación se agrava en el caso de las mujeres que han sido víctimas de violación como armas de guerra, como de los niños y de los heridos que no se atreven a acudir a los hospitales por temor a que éstos sean bombardeados.
Cuando la etnia Tuareg dio un golpe de estado en Malí, los extremistas islamistas aprovecharon la oportunidad y el desconcierto para ocupar el norte imponiendo sus normas y destruyendo a su paso varias tumbas históricas y santuarios. Malí ha recibido el apoyo de Francia desde que los islamistas tomaran la ciudad el pasado 10 de enero, lo que probablemente haya evitado que haya caído en manos terroristas, en parte porque durante un tiempo estuvo bajo su control, pero también porque los islamistas han estado amenazando en convertir la democracia en un refugio para terroristas.
Argelia permitió a Francia usar su espacio aéreo para atacar algunas zonas estratégicas ocupadas por los islamistas, pero estos decidieron como contraofensiva tomar un yacimiento de gas al este de Argelia reteniendo durante tres días varios rehenes internacionales y argelinos, lo que terminó con 23 rehenes y docenas de militantes muertos.