El ex embajador de Kazajstán en Austria, Rakhat Aliyev, comparecerá en juicio
José García. Dentro de un par de meses en Viena se iniciará uno de los procesos legales de mayor resonancia del año. El ex embajador de Kazajstán en Austria, Rakhat Aliyev, comparecerá en juicio. Su caso ha sido procesado desde el año 2007. Durante el mismo periodo las autoridades kazajas intentan conseguir su extradición al país. El ex funcionario está acusado de asesinato por encargo, secuestro, chantaje e infracciones financieras.
Rakhat Aliyev es una persona bien conocida en Kazajstán y en los países de Europa, solamente por sus escándalos e intención a definir cualquier intento de castigarle como “de presión política”.
Recientemente en la prensa apareció una información sobre el contenido de la conclusión de la fiscalía de Viena en relación al caso de Aliyev donde se confirman las acusaciones. No se trata de política, es un caso de delitos criminales. Aliyev está acusado de secuestro, torturas y asesinato de dos dirigentes de uno de los mayores bancos en Kazajstán en 2007 “Nurbank” – Zholdas Timraliyev y Aibar Khasenov. Ellos desaparecieron en Almaty el 31 de enero de 2007. Como indican los investigadores kazajos (la documentación correspondiente fue entregada a la fiscalía austriaca que la comprobó y confirmó), a los dirigentes les secuestró Aliyev, en aquel momento el dueño del banco. Los secuestrados permanecieron varios días capturados, torturados y humillados. Sus cuerpos fueron encontrados solo en 2011.
Según la fiscalía austriaca, el motivo del asesinato de Timraliyev y Khasenos puede ser el crédito de 30 millones de dólares otorgado por el banco a la empresa de Khasenov. Como explican los investigadores, Aliyev quería vender su banco. De cara a la venta los auditores revelaron que Nurbank había otorgado los créditos multimillonarios a las empresas cuyos dueños eran los actuales o antiguos empleados del banco. Aliyev incitó a los dirigentes a llevar a cabo un doble juego con la intención de enriquecerse por su cuenta. Así, el secuestro fue realizado con el fin de conseguir sus confesiones. Pero todo se acabó con los asesinatos.
Las conclusiones de la decisión final de la fiscalía austriaca parcialmente corresponden a aquellas presentadas en contra de Aliyev por parte de Kazajstán. En su país natal le sentenciaron a 40 años de cárcel (en total) no solo por el asesinato, sino también le admitieron ser culpable de las actuaciones realizadas con el objetivo de producir una toma de poder con violencia y otros delitos militares.
Cabe destacar que Aliyev muy hábilmente se aprovechaba de sus “acusaciones políticas”. Durante casi cinco años él se denominaba como un “disidente”. Al haber escapado de la justicia kazaja huyendo a Austria Aliyev intentó salvarse a través del “arte revelador” - escribió un libro. Sin embargo, no mencionó sobre su papel en las “camorras mafiosas”. Pero según no solamente la fiscalía kazaja, sino la gente que le conoce como a un empresario (muchos relatos fueron publicados en Internet después de que el juicio kazajo haya dictaminado la sentencia), Aliyev era más peligroso que un mafioso.
La incursión fue la herramienta natural para que sus negocios prosperasen. Así consiguió una de las corporaciones más beneficiosas en Kazajstán – “El centro de azúcar”. Aprovechándose de su puesto en el Comité de la Seguridad Nacional (algo parecido a antigua KGB) Aliyev hasta llevaba a cabo chantajes e intimidaciones. Prometía ser “el techo” para algunos empresarios por lo cual obtenía dinero. Luego, esos capitales fueron transferidos a través de las empresas ficticias al offshore. Esas operaciones fueron realizadas incluso con la ayuda de las compañías de su cuñado – el marido de la hermana de Aliyev – un empresario palestino, Issam Salakh Khorani. En realidad Khorani ha sido el principal agente de Aliyev en los fraudes financieros y el blanqueo de capitales.
Además, gracias a la colaboración con Aliyev, la empresa familiar de Khorani, “Caratube International Oil Company LLP” (CIOC), logró el contrato para la exploración y producción de hidrocarburos en el yacimiento de Karatube. La empresa tenía que invertir en este yacimiento pero no lo hizo. Más, después de varios años desde que se inició el proceso contra Aliyev, CIOC pleiteó contra Kazajstán exigiendo que le devolviesen las inversiones (1 200 mil millones de dólares) supuestamente invertidos en el yacimiento de Karatube. El centro internacional de regulación de los pleitos de inversiones denegó esa demanda y sentenció que CIOC pagase a Kazajstán 3.2 millones de dólares como la compensa de los gastos judiciales.
La fiscalía austriaca no examinaba esos hechos. Tampoco tenía en cuenta otro caso de gran resonancia en Kazajstán – el asesinato de Altynbek Sarsenbayev (el acusado de este caso admitió pasada primavera que fue Aliyev quien le ordenó ese asesinato).
Sin embargo, las acusaciones que hay sobran. Si el juez austriaco le declara culpable a Aliyev, este puede ser condenado a diez años de cárcel.
Para Aliyev los diez años siendo una condena larga es algo racional. Acusando la justicia kazaja en prejuicio él decidió no oponerse a la fiscalía austriaca.
Hay que mencionar que Viena otorgó la orden para su detención en mayo. Después de eso Aliyev tuvo que darse por vencido y empezar a colaborar con las autoridades. Esa autorización judicial supone que la persona que está en la zona de la Unión Europea puede ser detenida en cualquier país miembro y ser entregada a Austria para las diligencias procesales. En realidad Aliyev no tenía otra solución que venir a Austria. Eso le da una oportunidad teorética para evitar una condena perpetua.
Las diligencias procesales del caso Aliyev probablemente se iniciarán en el primer semestre de 2015. Queda poco de esperar.