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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

El Gobierno se desdice de sus normas sobre jubilaciones anticipadas

Miguel Massanet. Los ciudadanos estamos dispuestos a que se nos pidan sacrificios, a que se nos congelen o rebajen las retribuciones, a que se nos anuncien tiempos de vacas flacas y hasta a que se nos pida que prescindamos de parte de nuestros beneficios sociales, cuando somos conscientes de la necesidad de ello y estamos convencidos y nos fiamos de la buena fe y honorabilidad de aquellos que nos lo piden.  Sin embargo, hay dos cuestiones que a los ciudadanos de a pie nos irritan sobremanera. La primera es, que se nos considere como a niños a los que se les puede dirigir a su antojo como si no tuviéramos criterio propio, y se nos pudiera camelar con cuentos chinos para que nos mostremos sumisos y, otra, que se nos prometa algo, se nos aseguren determinadas políticas, se empeñe la palabra y se consigan nuestros votos para que, una vez obtenido el objetivo de la gobernanza del país, todo aquello que se ofreció quede en barbecho, mientras se ponen en práctica otras políticas diametralmente opuestas a aquellas que se comprometieron  a llevar a cabo.

Los jubilados han sido uno de los colectivos que han sido afectados de forma más cruel por la crisis por la que pasa nuestra nación. Aparte de que las pensiones han quedado prácticamente congeladas, que se ha perdido poder adquisitivo, que se le obliga al pensionista a pagar por los medicamentos, a hacer frente al aumento de impuestos, de tasas municipales, de tarifas eléctricas, del precio de los combustibles etc.; tiene que contemplar, impasible, como uno de los logros que se habían conseguido durante la legislatura del señor Aznar, la Caja de Pensiones, una vez más ha sido manipulada por el Estado: para cambiar de destino de los valores del Fondo de Garantía de Pensiones desde los bonos de máxima seguridad en los que estaba invertido, a la Deuda del Estado español que, si bien da más rendimientos, no cabe duda de que se está corriendo un riesgo mayor y, en segundo lugar, cuando se ha producido el hecho preocupante de que el Gobierno actual ha empezado a meter mano en el Fondo de Garantía para cubrir los pagos de jubilaciones anticipadas derivadas de regularizaciones de las plantillas de los bancos en apuros..

En efecto, ya no se utiliza para aquello que estaba previsto, para pagar las pensiones de los beneficiarios para cuyo fin se constituyó; sino que, también, para algo que, el mismo gobierno del señor Rajoy, se había comprometido a no hacer nunca y que consiste en continuar manteniendo esta lacra en la que se ha convertido las jubilaciones anticipadas de los trabajadores, apelando a autorizar a la jubilación anticipada de grupos de trabajadores que son despedidos de las empresas, a los que se les concede, a unas edades absurdas y sin reunir los requisitos para tener derecho a la pensión de jubilación, la posibilidad de jubilarse. Sin duda, algo que no esta previsto en el sistema de pensiones actual y que, al carecer de superávit, obligará a acudir al Fondo de Garantía de las Pensiones para hacer frente a estos nuevos compromisos, lo que pone en peligro la propia supervivencia el actual sistema, poniendo en riesgo de colapso el pago de las pensiones futuras incluso a quienes las perciben en la actualidad. Aparte del agravio comparativo que ello supone para aquellos a los que la actual legislación les obliga a trabajar hasta los 67 años para poderse jubilar. No olvidemos que hoy en día apenas hay 1’9 trabajadores por cada jubilado, una proporción insuficiente para mantener vivo el sistema.
 
Lo peor del caso es que todo este tinglado, toda esta variación de criterios y desviación del rumbo que se había fijado, se hace, precisamente, para incidir en uno de los problemas que más vienen preocupando a la ciudadanía; que ha conseguido poner en ascuas la sensibilidad  de los españoles y que resulta ser más incomprensible si se trata de favorecer, una vez más, los intereses de aquellos que más han contribuido a la crisis y recesión que está sufriendo España a causa de su participación activa y culpable en lo que fue la famosa burbuja inmobiliaria: los bancos y, especialmente, las cajas que se metieron en actividades especulativas olvidándose de que su función no era la de ganar más dinero, sino aplicar el que tuvieran a obras sociales que permitiera remediar situaciones de carencias sociales que lo requirieran.
Y, hete aquí, señores, que para bochorno de nuestro Ejecutivo, para indignación de la ciudadanía y desespero de aquellos que están esperando que los bancos abran la espita de los créditos, para ver si consiguen desperezar esa anquilosada economía, que no acaba de despegar; de pronto, nos enteramos de que, en dos entidades de sobras conocidas, BANKIA y el Banco de Valencia, ambas intervenidas por el Estado y que ya llevan recibidas ayudas del FROP, tanto a cargo el Erario público como de los fondos recibidos de la UE destinados a aliviar la situación de aquellas entidades de crédito en peligro de caer en bancarrota; para ajustar sus respectivas plantillas y en los ERE’s que se están instruyendo, han cedido ante las demandas de los sindicatos para infringir, una vez más, las normas que el Gobierno mismo había establecido respecto a la restricción y desaparición de las famosas prejubilaciones que tanto han contribuido a la precaria situación en la que se encuentra nuestro sistema de pensiones.
 
Aparte de establecer condiciones inusuales, para dar indemnizaciones a los despedidos, de 30 días sobre la retribución fija por año de trabajo, en ambos casos; sobrepasando, de largo, los 20 días que se han fijado en la reforma laboral ( algo que afecta a un total aproximado a los 3.000 trabajadores, entre ambas entidades); resulta que se han aprobado planes de jubilaciones anticipadas para trabajadores a partir de los 54 años en Bankia con una indemnización del 60% del total de la retribución bruta del periodo de 5 años.
 
En el caso del Banco de Valencia, el banco ha concedido jubilaciones anticipadas desde los 53 años a 233 empleados. Los trabajadores de 53 a 56 años recibirán el ¡¡80%!! del salario neto y, los de 57 años, recibirán el ¡¡ 85%!! de su salario neto ¡un verdadero chollo que justifica la valoración positiva de los sindicatos, que nunca soñaron alcanzar semejantes recompensas. ¿A qué se ha debido que la patronal, y la representación de la Administración, en estas negociaciones haya accedido a semejante chantaje y al expolio que ello supone para la Caja de Pensiones?, ¿cómo es posible que se permitan semejante despilfarro cuando los fondos para pagar el desempleo no llegan y tenemos a casi dos millones de parados sin cobrar nada y a otros que sólo perciben, durante seis meses, la cantidad de 425 euros mensuales.
 
La explicación es sencilla: el Gobierno se siente débil y no se atreve a provocar más descontento y está dispuesto, una vez más, a dejar que los Sindicatos se adueñen de la política social. Mientras tanto, este intento de alargar la agonía de las pensiones, de calmar a los sindicatos y de ceder a pagar indemnizaciones que, claramente, contravienen su compromiso con Europa de contener el gasto social; cree que les permitirá ganar tiempo, algo que vienen haciendo desde que los socialistas les endosaron, a la chita callando, el gran “bluf” de que el déficit público sería del 6% y luego pasó del 9’5%. Sí señores, se equivocaron y ahora son incapaces de parar la avalancha que se les viene encima. Una pena, señores, una ocasión de arreglar entuertos despreciada. O así es como lo veo, señores, desde la mirilla de observador de la realidad.