El gran engaño del separatismo catalán. Más endeudamiento y más impuestos
Miguel Massanet Bosch. Hasta ahora, señores, no hemos escuchado más que palabras grandilocuentes por parte de los “padres” del independentismo catalán. Mucho derecho a decidir, mucho quejarse del trato que les dispensa España, muchas reivindicaciones territoriales y económicas, mucho presumir de lo bien que les iría a los catalanes fuera de la tutela española, mucho fantasear de ser una potencia industrial y económica y… demasiado cuento de la lechera que, por mucho que les cueste admitirlo a todos estos exaltados del separatismo, no tiene ninguna base firme en la que apoyarse. Sólo el interés político de CIU y ERC puede justificar el que se cubra con el tupido velo del engaño la cruda realidad, lo que sucedería en esta comunidad al día siguiente de que se les permitiera, un ejemplo sólo utópico, llevar a cabo su pretendida emancipación de España.
Hoy ya nadie discute, porque desde Europa ya lo han dicho por activa y por pasiva, que la “nación” catalana no podría entrar a formar parte de la Comunidad Europea o de la Europa de la zona Euro. Puede que algunos escépticos quieran objetar que “también se puede vivir fuera de Europa y que hay otros mercados que explotar”. No obstante, desde que pertenecemos a Europa, Catalunya ha recibido de los fondos de ayuda 9.500 millones de euros que dejaría de percibir y debería pagar aranceles (ahora es un mercado libre), por los 58.321 millones de euros (el 58% del total según el IDESCAT), en un mercado potencial de 500 millones de consumidores europeos; y sobre los 49.131 millones exportados al resto de España.
Podría seguir usando el euro como moneda nacional, pero sin el respaldo del Banco Europeo ni la garantía sobre los depósitos de la que los bancos catalanes gozan ahora. Europa podría establecer controles sobre las importaciones y exportaciones ( en la actualidad Europa mantiene controles sobre productos agrícolas textiles y siderúrgicos procedentes de países de fuera de las fronteras comunitarias).Según el catedrático, señor Buesa: “Los bancos catalanes no obtendrían el respaldo del Banco Central Europeo si necesitan liquidez” y Catalunya dejaría de formar parte de la Organización Mundial del Comercio, lo que implicaría que se le aplicara, en el comercio con cualquier país del mundo —incluida la Unión Europea—,la protección arancelaria de mayor nivel existente. Eso sólo por enumerar unos pocos de los inconvenientes existentes.
La Hacienda estatal ha tenido que salir al paso de la falta de liquidez de la Generalitat para pagar a sus acreedores, garantizando la liquidez para los pagos afirmando que “ningún proveedor catalán se quedará sin cobrar”. Así y todo las farmacias de Catalunya amenazan con cerrar si no se les paga la deuda de casi 400 millones de euros que la Administración les debe, desde hace una serie de meses, por los medicamentos que han expedido a los beneficiarios del INS. A pesar de los recortes que se han previsto en los presupuestos para el 2014(los del 2012 se prorrogaron), sólo se han ahorrado unos 900 millones de euros. El déficit previsto para el próximo ejercicio se prevé que sea de 1.948 millones de euros, lo que hace pensar que la deuda catalana (que deberá renegociarse ya que no hay medios para amortizarla) alcanzara la escalofriante cifra de los 60.000 millones de euros.
¿Se imaginan ustedes que, en semejantes condiciones, tuvieran que hacerse cargo del pago de las pensiones a los jubilados, enfermos crónicos, incapacitados totales etc.? Vean el siguiente dato: las cotizaciones que se recaudan en Catalunya alcanzan los 8.629 millones de euros y la cantidad que se paga por pensiones es de 11.483 millones de euros, lo que supone una diferencia de 2.855 millones de euros. Si ahora, el Gobern, incluso con la ayuda del FLA (más de 20.000 millones en dos años), que viene recibiendo del Estado, no consigue atender a los distintos pagos a los que se enfrenta, ¿qué pasaría se no tuvieran el apoyo estatal y no pudieran acudir a las ayudas europeas para financiarse? No olvidemos que la deuda catalana está clasificada por las agencias de rating como “basura” lo que hace inviable conseguir colocar deuda pública catalana fuera de las fronteras de su autonomía. Solo la partida de intereses de la Deuda sube 6.825 millones de euros cada vencimiento.
El gasto público de la Generalitat es insostenible. El gasto de personal ha subido en 2.300 millones desde el inicio de la crisis, en el 2007.La tarea que, siguiendo las indicaciones de la UE, debería haberse iniciado hace ya varios años, de adelgazar los costes de la administración, tal y como le ha ocurrido al Gobierno del señor Rajoy, ha quedado en barbecho y, al contrario, cada vez se han ido creando nuevas sociedades públicas de las que se considera que existen cerca de 500 en toda Catalunya. Un semillero de gasto, refugio para los paniaguados de los partidos que hacen que, la nómina de personal suba astronómicamente (8.693 millones de euros para 2.014)) sin que el Gobern se atreva a prescindir de ellos por el temor a sufrir un grave conflicto social. La tasa de pobreza ha aumentado, desde el 2005, en un 40’4%, más del doble que en el resto de España. La vida es, en la actualidad, un 25’79% más cara en Catalunya, desde que se aprobó el nuevo Estatut.
Pero, por si faltara algo que ayudara a desengañar a estos empedernidos partidarios de la autodeterminación; en Catalunya, después de la comunidad andaluza, es donde el paro sigue creciendo más (¿es esto una señal de que el país funciona bien?) ya que, en octubre aumentó en 12.921 personas más sin empleo, un 2,08% más que en septiembre. En total, las oficinas públicas de empleo registran en Cataluña 633.832 parados. ¡Y con estos mimbres es como pretende el señor Mas y su amigo el señor Junqueras, vendernos a los que residimos en Catalunya, la engañifa de que, siendo un estado independiente, viviríamos mejor y mantendríamos uno de los niveles de vida mejores de toda Europa!
Lo que sucede es que, para abrir boca, ya se nos anuncian subidas de impuestos para el 2014, unidos a la implantación de 30 tasas más. Uno de los que aumentarán será el de Sucesiones que afectará a 7.000 contribuyentes y otro el de Transmisiones Patrimoniales, que pasará al 10%. El precio del agua, ya por las nubes, va a sufrir un nuevo incremento del 8’5%. Un bien de consumo imprescindible y, pese a la gradación que se pueda hacer, siempre representará una carga más que añadir a la de aquellas familias con pocos recursos, que apenas pueden sobrevivir con sus modestos ingresos. No olvidemos que, el recibo de la luz, ya subió espectacularmente y nadie nos puede asegurar que, dentro de unos meses, no vuelvan a las andadas con un nuevo incremento. ¡Ah!, pero lo que no se puede recortar es las dotaciones destinadas al tema de la “Soberanía nacional”, aunque ello suponga tener que reducir ayudas en otros campos y, por ello, se han destinado 1.200 millones de euros para la prevista “consulta soberanista”. ¡Faltaría más!
Estos son, señores, unos pocos apuntes sobre lo que sería Catalunya en manos de ERC y los comunistas; porque nadie piense que el señor Mas y el señor Durán, en pleno descenso de votos, serían los que gobernarían este nuevo país bananero. O así es como lo veo desde mi puesto de ciudadano de a pie, residente en esta comunidad.