Pablo Sagarra Renedo. Como es sabido, el gobierno del Partido Popular aprobó el pasado 20 de diciembre de 2013 el Anteproyecto de la “Ley de protección de la vida del concebido y de la mujer embarazada”. Su análisis ha quedado diluido en la tormenta y cruce de declaraciones de los políticos, en especial de los propios del PP. Como suele ser habitual, los medios de comunicación –todos- han difundido estas opiniones a su conveniencia echándose en falta aportaciones serenas y claras sobre el alcance de dicho texto legal.
La realidad del Anteproyecto de Ley.
Lo primero es considerarlo que supone este Anteproyecto. A mi juicio,es la peor noticia que han recibido los niños concebidos y no nacidos desde que se aprobó en España el aborto en 1985. No es la peor ley, pero sí es la peor noticia porque los que se decían defensores de la vida, los que en los estatutos del partido dicen que se inspiran en el “humanismo cristiano”, han legalizadoese crimen nefando. Están ya en la primera fila de la cultura de la muerte. Con propiedad puede afirmarse que el Partido Popular es un partido abortista, partidario, pues, de la matanza de los niños por nacer.
Hasta la fecha el Partido Popular había mantenido una actitud defensivalimitándose a interponer recursos de inconstitucionalidad, a hacer declaraciones, a participar en manifestaciones a favor de la vida, a mantener la legislación socialista... Ahora, definitivamente, el PP ha dado un paso al frente y ha aprobado su propia ley genocida.
Es el fin de las posibilidades reales, legales y fácticas, de conseguir acabar en España con el mayor y el más abyecto holocausto que ha conocido la humanidad: el aborto en sus múltiples variantes, quirúrgico, químico y el practicado a través las técnicas de reproducción asistida. Los niños por nacer han quedado desprotegidos por quien, hoy por hoy, aquí en España, tenía en su mano, con su holgada mayoría parlamentaria,el poder salvarles. Ya no hay vuelta atrás. El PP ha mostrado su verdadera y más siniestra careta; la de la muerte. La responsabilidad que ha tomado es gravísima. Haconsolidado sine díe a los abortorios, privados y públicos, que van a mantener su diabólico negocio en España.
La propaganda del PP a favor de su Ley no engaña a nadie.
Es común decir que el PP no maneja bien la propaganda ni a los medios de comunicación. En este caso del aborto sí ha conseguidocomunicar su mensaje y engañar a muchos aunque el Anteproyecto, una vez que lo lees, no resiste la más mínima crítica. No engaña a nadie; se trata de una ley abortista de modificación del Código Penal y de otras leyes concordantes,perfectamente concebida y estructurada.
El títuloes para enmarcarlo ya queconstituye el ejercicio supremo del engaño político: “Ley de protección de la vida del concebido y de la mujer embarazada”. Cuando salió en los medios no daba crédito y cuando confirmé que era verdad me quedé de piedra. Qué gran sarcasmo…, y se trata de la protección de su vida…; ¡qué estafa tan grosera y asesina sobre todo para los concebidos que van a morir bajo el imperio de esta ley! ¿Quién es el guapo que podría decirles que en realidad es para protegerles?
El fraude perpetrado por el gobierno de Rajoy ha puesto en evidencia a los voceros que preconizaban, mediante técnicas de comunicación muy depuradas, el subterfugio de un PP defensor de la vida. Sólo en círculos muy reducidos se está consiguiendo mostrar esta falacia reconduciendoel debate a sus justos términos. En esta tarea descuella, por su contundencia y claridad,el jurista y presidente de AES, Rafael López-Diéguez.
La realidad de la Ley abortista del Partido Populares inexorable. Es una ley de muerte que legaliza la ejecución de niños por nacer. Avala jurídicamente la manera propia de matar del Partido Popular, una matanza más elegante y selectiva, no tan burda y tan generalista como la del Partido Socialista. Como ha expuesto con agudeza jurídica López-Diéguez, el aborto del PP sigue siendo tan derecho como el del PSOE, a pesar de que la propaganda gubernamental haya aventado como avance que con la ley del PP “el aborto volvía a ser delito”. Con la Ley de Bibiana Aído todavía en vigor, es legal matar en unos plazos (fuera de ellos es delito hacerlo) y con la nueva Ley de Gallardón también será legal matar en unos supuestos (fuera de ellos será delito).Hasta cierto puntola muerte del no nacido auspiciada por el PP, viene a ser más jurídica que la del PSOE ya que el concebido “es un bien jurídicamente protegido”, en concordancia con la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. El juego de palabras es espectacular. Con la Ley del PP, el asesinato del aborto -permítasenos la expresión aunque no sea muy jurídica- se mantieneaunquees más selecto ya que, por el sistema de los supuestos se individualiza un poco mejor al concebido que va a ser ejecutado: aquel que ponga en peligro la vida o la salud física o psíquica de la madre (la causa también puede ser la malformación del feto por lo que el motivo que existía en la Ley Aído en el fondo se mantiene) o sea fruto de un hecho constitutivo contra la libertad o indemnidad sexual. En estos supuestos el concebido está sentenciado de muerte.Pero hay que poner una nota negativa jurídica al texto del PP ya que exime a la madre de cualquier responsabilidad penal por el aborto, cosa que ni siquiera la última ley del PSOE había realizado.
El aborto del PP sigue siendo un genocidio financiado –en parte- por todos los españoles ya que se mantiene el aborto quirúrgico (y el químico) en la cartera de servicios del Servicio Nacional de Salud. Y se trata, por último,eso sí, de una matanza más burocrática, con más requisitos de los previstos hasta ahora.
Pero en la práctica diaria de los centros de la muerte, la que de verdad cuenta para los concebidos y no nacidos –ellos no leen el BOE- no se van a producir diferencias y los dos abortos legalizados por el PP y el PSOE, vienen a ser lo mismo: el encubrimientodel asesinato libre de estos pequeños seres humanos durante las 14 primeras semanas de embarazo (y con supuestos en ambas leyes hasta la 22 semana). Como alguien ha comentado, con la Ley Gallardón, todo cambia para que todo continúe igual ya que el resultado final del aborto del PP es idéntico al del PSOE: el descuartizamientode un ser humano pequeño, indefenso, realizado a petición de su madre. El cadáver acaba tirado en el cubo de la basura.
El debate del aborto ha cambiado radicalmente.
Un aspecto muy sombrío de la gran tragedia aprobada porel gobierno del Partido Popular, es el haber colocado los términos del debate en el terreno que él quiere.El golazo, por la escuadra, que el PP nos ha metido a muchos provida y a todos los españoles es antológico. El terreno abortista del PP es el de la ambigüedad, el de la alternativa y el mal menor y está consiguiendo extenderlo con gran efectividad.
Esta Ley ha sido celebrada por muchos provida diciendo que “no es nuestra ley”, pero es un gran paso… La fuerza argumentativa de esta afirmación es muy poderosa y no está exenta de razón. Resulta indiscutible que esta Ley es mejor que la Ley del PSOE, la de Bibiana Aídoporque en términos cuantitativos parece claro, en principio, que va a reducir el número de abortos quirúrgicos.
Sin embargo, al asumir esta ley diciendo que es un paso para erradicar el abortoen España por los motivos aludidos, nos estamos tragando un anzuelo envenenado de proporciones gigantescas. La mortífera realidad habla por sí sola.
Lo primero es recordar que con esta Leyse oculta el genocidio de los niños humanos por nacer practicado mediante métodos químicos: los que mueren por la píldora RU-486 o por la “píldora del día después” (éstos no se sabe el número) son los grandes ausentes. El PP los ha silenciado, esas muertes no importan; solo los que van a morir mediante intervención quirúrgica.
Lo segundo es poner de manifiesto lo falaz que es el debate planteado en términos cuantitativos. Acompáñame amigo lector a Hiroshima o Auswicht-Birkenau. ¿Qué es mejor, se nos dice, dos bombas o una bomba atómica?; ¿qué es mejor, 5 hornos crematorios o 2 y con más requisitos y obstáculos para encenderlos?; ¿qué es mejor, 112.000 abortos quirúrgicos o 50.000 o menos incluso?¿Pero qué locura colectiva se ha podido apoderar de nosotros para poder entrar en este juego de muerte al peso? Por supuesto que es mejor una bomba, 2 hornos crematorios y 50.000 muertos por el aborto…; pero no es esa la cuestión que se debate ¿o es que es esa?
El exterminio de Auswicht-Birkenau fuerealizado de manera ilegal por una organización dirigida por criminales, en un Estado totalitario y en época de guerra. No fue indiscriminado; se mató a mansalva pero con un objetivo claro, eliminación de los infrahumanos y de los débiles tratando de mantener una buena fuerza de trabajo. El exterminio actual del aborto,también perfectamente selectivo, a diferencia del anterior, se está realizando aquí, en nuestra España democrática, en el siglo XXI, en época de paz. En nuestras calles y plazas,a la vista de todosy bajo amparo legal yeconómico están funcionando a pleno rendimiento 182 clínicas abortistas, 182 Auswicht-Birkenau en pequeño.
Para mí, y por este orden, como ser humano –con esta condición es suficiente-, como católico, como español y como operador del mundo del derecho, basta que a través de un texto normativo se legalice la muerte de un solo niño concebido y no nacido para rechazarlo de plano. No admito negociación alguna, ni aunque el fin sea muy bueno y el mal que con esta Ley se consiga sea notablemente menor. Menos aun cuando el texto normativo procede de un partido que goza de una mayoría absoluta aplastante y para aprobar otros temas de gran calado no ha negociado nada con nadie.
Mi actitud se fundamenta en que considero que la respuesta ante el holocausto del aborto no puede abordarse,jamás,desde la perspectiva de la cantidad de muertos. Mala ley=muchos muertos, Ley menos mala=pocos muertos.
¿Qué nos parecería a todos los defensores de la vida una ley que regulase, por motivos muy loables y con todo tipo de requisitos –eso por supuesto-, la muerte de un solo niño nacido, por ejemplo?; o ¿la Ley que regulase, por el mismo motivo, la de un inmigrante? Si es solo un muerto; si se pueden evitar muchos males con un solo muerto… ¿Qué diferencia hay entre la vida de un concebido y no nacido y la de un niño nacido, un inmigrante, un anciano o un adulto como nosotros?
Esas supuestas leyes serían asesinas y totalmente inaceptables, sin resquicio alguno para su aceptación.
Los defensores de la vida no pueden votar ya al Partido Popular.
El ciudadano de a pie tiene muy pocas posibilidades, reales, con efectividad, de influir en la vida pública. La única prácticamente que nos deja el sistema es el sufragio inorgánico –el voto- en las elecciones nacionales, autonómicas, locales y europeas.
A partir de la aprobación de este Anteproyecto, considero quelos defensores de la vida no pueden votar ya al Partido Popular aunque éste partido realice otras actuaciones políticas positivas para España y la comunidad social. Al haberse posicionado el PP, de manera directa, a favor de la muerte del no nacido, al haber desaparecido su ambigüedad en este tema, ha llegado la hora de que los defensores de la vida cambiemos el voto. En conciencia, cada uno debe decidir qué hacer con él.
Ya sé que no es políticamente muy correcto, que suena muy radical porque el PP hace otras cosas buenas en la economía y en educación, por ejemplo. Pero la vida es lo primero y lo principal, es lo más sagrado. Por consiguiente, la opción directa y legalizada por la muerte de niños por nacer, invalida,a efectos de apoyo electoral, cualquier otra acción buena que pueda realizar el PP en el gobierno. Insisto, a efectos de apoyo electoral. Este razonamiento habría sido aplicable al PSOE cuando éste ha gobernado en otras etapas y hasta cierto punto le sería aplicable ahora mismo ya que el PSOE también realiza cosas buenas.
Sin entrar en otros temas de enorme calado moral como el mantenimiento de una legislación antimatrimonial terrible, por ejemplo, a mi juicio, el que vote a partir de ahora por el PP está contribuyendo con su acción electoral de una manera directa al mantenimientode un partido abortista responsable de la aprobación de una ley abortista bajo la cual serán exterminados numerosos niños por nacer. De alguna manera las consecuencias de su acción de voto son similaresa si hubiera votado al PSOE en las legislaturas en las que este partido ha aprobado sus leyes correspondientes abortistas.
Como quiera que nuestro voto tiene enorme valor, hay que pensar muy bien lo que hacemos con él. Insisto; es una grave cuestión de conciencia el desperdiciarlo o el apoyar con él opciones de muerte.
Es hora, de una vez por todas, de optar por opciones políticas que defienden la vida. Aquí entramos en el vidrioso tema del mal menor electoral, tema ya muy tratado cuando el PP aun no se había mostrado como partido abortista. Pero es que ahora, en la actualidad,al votar al PP porque es el mal menor electoral, sin dejar de ser cierto que estás apoyando el mal menor, estás colaborando, de una forma directa e inmediata, al mantenimiento del genocidio del aborto
Aquí los votantes debemos ser responsables y optar por organizaciones políticas, aunque sean extraparlamentarias -insisto aunque sean extraparlamentarias-, que defiendan la vida.
Para los que no lo sepan, en las elecciones europeas hay una coalición electoral formada por AES, CTC y Familia y Vida a tener en cuenta.Puede ser que haya otras formaciones de índole similar pero yo es la que veo que defiende de manera rotunda, sin ambigüedad, la defensa de la vida y el resto de principios no negociables que puso encima de la mesa Benedicto XVI.
Que nadie entre a los cálculos y posibilidades efectivas electorales. Votemos por la vida. Ha llegado la hora. Si todos los defensores de la vida optamos, por ejemplo, por esta coalición en las europeas, el terremoto político en España, va a ser incalculable. Todos los partidos, el primero el PP, van a cambiar de perspectiva. Y además, coincide la convocatoria electoral con la tramitación del Anteproyecto de Gallardón en el Parlamento.
La estrategia del movimiento provida español debe cambiar:
Desde que se aprobó este Anteproyecto me cuesta conciliar el sueño. No me sorprende el rechazo ni la argumentación procedente de las filas socialistas, campeones en España de la cultura de la muerte y agitadores políticos. Ejercen su papel con coherencia máxima. Tampoco sorprende la propaganda del gobierno PP y de sus medios afines; son los autores directos del Anteproyecto y lo defienden como corresponde. Más me ha sorprendido el silencio de los dirigentes del PP partidarios de la vida, en doloroso contraste con las declaraciones críticas contra lo restrictivo de la Ley que han lanzado cargos del PP como Cifuentes, Monago, Núñez Feijoó, Herrera y hasta la alcaldesa de Zamora, Valdeón o el alcalde de Valladolid, León de la Riva (ginecólogo él para más inri).
Soy un español de a pie. No participo de manera activa en ningún movimiento, solo asisto a las concentraciones y manifestaciones allá donde convocan y mediante internet a través de hazte.oir.org. Vaya por delante mi agradecimiento, mi admiración, mi apoyo y mi ánimo por la magnífica labor que llevan realizando desde hace décadas,gratis et amore, todas las personas que trabajan en estas diversas organizaciones a favor de la vida de ámbito nacional, regional, provisional y local.
Sin embargo, me ha dejado entristecido la reacción tímida y en un tono semiconformista de algunos dirigentes de los movimientos provida así como de otras personas que tiene gran peso institucional en nuestro país. Estoy hablando, ojo, en términos generales, porque donde han podido algunos dirigentes y ciertos obispos han hablado con rotundidad aunque su voz no ha llegado con fuerza –así me lo parece- a la ciudadanía. Lo que ha llegado al público, la sensación general que tenemos los que estamos en contra del aborto, es que nuestros dirigentes provida han considerado como un avance esta Ley, sin perjuicio de manifestar que no es “nuestra Ley” y de desearque se aplique de verdad (que no sea un coladero) anunciandoque “la lucha por el aborto cero continúa”.
Lo importante aquí no son las percepciones de la gente en relación con las justificaciones que el gobierno y sus adláteres han realizado sobre esta Ley; importan las consecuencias ya descritas que tiene para España la aprobación de esta norma. Es hora de actuar.
Lo primero es la unidad. Me consta que entre varios de los líderes provida en España no hay comunicación fluida. Esto es inadmisible, y si esas personas no cambian y se ponen de acuerdo entre sí, no pueden seguir ocupando puestos de tamaña responsabilidad. Nos estamos jugando mucho; es hora de actuar de manera unida y coordinada.
Lo segundo, propongo hablar con mayor claridad a partir de ahora y cambiar los términos del debate tratando de llegar a los medios de comunicación con rotundidad y firmeza. El crimen del aborto no admite eufemismos de ningún tipo.
Tercero, propongo para la reflexión de los líderes provida españoles,un cambio de estrategia y de táctica del movimiento ante el nuevo escenario planteado por el PP abortista.La hora del juego del mal menor ha pasado ya, el PP ha cruzado la frontera de la muerte.
Ahora, más que nunca, hay que salir de nuevo a la calle, en masa, no dispersos en las provincias, y hay que “golpear” fuerte con nuestro voto al Partido Popular. Es ineludible combinar las dos acciones: la calle y la electoral.
Queda una última oportunidad con la tramitación parlamentaria de la Ley aprobada por el gobierno. Durante los próximos meses, si Dios y los hombres de buena voluntad no lo remediamos, no parece que el texto vaya a dulcificarse a favor de la vida. Por la parte que nos toca, por la de los hombres, vamos a echar el resto. La oportunidad es histórica.
Reiteromi propuesta, realizada en anteriores ocasiones, sobre la acción pública a nivel de calle(los franceses pro-vida son un ejemplo a seguir). Desde el diario Ya he propuesto varias veces al movimiento provida que nos convoquen de nuevo a todos los españoles a una macromanifestacion como la del 17 de octubre de 2009 contra la Ley Aido. Apelo de nuevo, por ello, a todas las entidades provida, desde las grandes plataformas como el <<Foro de la Familia>>, <<ARBIL>>, <<Hazte Oír>>, <<Derecho a Vivir>> y <<Jóvenes por una Causa>>, hasta las pequeñas asociaciones provida de las 51 provincias españolas, a que nos convoquen para lanzarnos a la calle solicitando al PP y al Parlamento español que no tramite ese Anteproyecto, que lo cambie y que se pongafinal holocaustodel aborto.
La convocatoria de esa gran manifestación debe ir acompañada, insisto, de la amenaza directa a los intereses electorales del Partido Popular. Hay que decirle a Rajoy, con claridad para que lo oiga muy bien, que, o cambia la Ley y se aprueba el “aborto cero”, o perderá varios millones de votos provida.
Apelo también a los pastores católicos, nuestros obispos, a que hablen de manera permanente y con mayor claridad a la feligresía sobre este genocidio de nuestros días y que asípodamos actuar con coherencia.
Respeto a los dirigentes y militantes provida que estén en desacuerdo conmigo y consideran que, desde el punto de vista estratégico y táctico, es mejor no rechazar de plano esta ley, ver su lado positivo y el ruido que hagamos en la calle no tenga como destinatario directo al abortista gobierno del PP. Les respeto, claro está, pero no estoy de acuerdo con su planteamiento.
Considero que al tratarse el aborto de una cuestiónde principiola mejor estrategia y la mejor táctica, es mantener alta la bandera de ese principio básico, primigenio y principal. Con el “no matarás” por delantey sin componenda alguna, siempre y en toda circunstancia y sea quien sea el responsable de la matanza (PSOE, PP…),al final la vida triunfará y el exterminio del aborto desaparecerá más rápido de lo que podamos soñar