Principal

Diario YA


 

¿Habrá repercusión real?

El inevitable aburrimiento de la huelga

Luis Alfonso

La reunión de los 15.000 liberados sindicales me ha hecho recordar que hay una huelga general convocada el 29 de septiembre. Casi se me olvida porque no existe apenas conciencia, porque no hay nadie dando la cara, porque no hay batalla política, porque no es el momento, porque no es la forma de pelear contra el Gobierno.

Los sindicatos han preparado una ridícula huelga general. Es ridícula porque hay tanta distancia entre los organizadores y los trabajadores que parece más bien un acto reivindicativo sindical. Los españoles andan pidiendo competitividad, trabajo, seguridad... porque la crisis financiera es muy severa y mientras, los sindicatos se parapetan en los derechos conquistados. Los españoles tienen la certeza de que no es "papá estado" quien garantiza el porvenir y tampoco los sindicatos quienes les sacarán de la crisis

Es una evidencia que la legislatura está completamente agotada, que Zapatero va a dedicarse el resto su mandato a "prepararse para seguir al precio que sea", vendiendo el alma al diablo por enésima vez. Los convocantes solo miran por su ego, como siempre.

Nadie parece tener dudas de que tanto CCOO como UGT están cada vez más descolocados, fuera de la realidad. No se trata de exigir reivindicaciones absurdas, se trata de ser coherentes, de ayudar a que las empresas se estabilicen y puedan ganar dinero. Esto ya no pasa por los funcionarios y las grandes corporaciones (bancos, constructoras, eléctricas...) porque los cambios estructurales se verán con el tiempo, la economía española ha cambiado.

La huelga contra la política del Gobierno no tiene sentido, no es el momento, no hay una intensidad en la reivindicación, hay intensidad en el deseo de tener mayor seguridad y de tener mayor certeza en el futuro.

A día de hoy esto no nos da ni el Gobierno ni los sindicatos, por eso esta huelga nos aburre a todos, por eso no tiene presión mediática, por eso no genera entusiasmo, por eso tendrá poca repercusión. Nadie quiere faltar a su trabajo, ni arriesgar el puesto, ni perder un día de sueldo.

La reivindicación contra la política del Gobierno es el día de las elecciones generales pero ese día UGT y CCOO entonces se harán fotos con Zapatero y alabarán su labor. No tengo dudas.