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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

El Juicio del ‘Prestige’

Foto: Apostolos Mangouras, Capitán del 'Prestige'

 

Juan Manuel Alesson.  Es un hecho incontestable. No una opinión personal. Cualquiera que conozca un poco el mar y entienda cómo navega un barco, hubiera actuado igual que el capitán del 'Prestige'. Por el contrario, lo que fue una locura imperdonable fue dar la orden de alejar el barco de la costa. Uno no puede dejar de preguntarse hacia dónde iba remolcado ese barco -'herido de muerte'-en semejantes condiciones. ¿Qué otro final se podía esperar sino el que tuvo? Había pronóstico de temporal, ¿qué otro país estaba destinado a sufrir la marea negra que tan torpemente se trataba de evitar en nuestras costas? ¿O la solución 'menos mala' era alejar el barco mar adentro -'a ninguna parte', dice el capitán-, y esperar a que se hundiera, y se vertiera el petróleo en el Atlántico?

La decisión del capitán fue del todo y perfectamente correcta, y la única opción acertada posible. Ese año recibió uno de los premios internacionales más importantes que se conceden en el mundo al mejor capitán de la marina mercante. Pocos saben que su hoja de servicios era intachable y que arriesgó la vida en la proa del barco, junto a sus hombres, dando órdenes y tratando de recoger y hacer firme un remolque. Por sus declaraciones a lo largo de estos años y durante el juicio se advierte que es un marino honesto y un caballero.
 
Es una indecencia -en España nos vamos acostumbrando a esto- buscar en Apostolos Mangouras una cabeza de turco que expíe culpas que en modo alguno son suyas. Por el contrario, se debería estar juzgando a cuantos aconsejaron mal e indujeron a error a quienes tenían la responsabilidad de evitar el conflicto en tierra. ¿Qué sucedió durante esos días? ¿Qué conversaciones hubo entre los unos y los otros? ¿Medió engaño y hubo presiones de pretendidos expertos o posibles implicados para forzar finalmente una decisión tan equivocada como nefasta? Por qué no se ha explicado nunca lo que, de verdad, sucedió entonces. Durante tantos días.
 
En este sentido sí es por donde debería ir la investigación, y el posterior juicio. Dejemos al margen el hecho de que no hubiera en toda la costa gallega remolcadores de altura dispuestos a hacer frente a esta eventualidad, y se tuviera que acudir a buscarlos fuera. Ésa es otra historia que apenas se ha comentado y que tampoco tiene perdón.
 
Queda aguardar a la decisión de los jueces. Pero, ¿hay alguien dispuesto a creer que esa sentencia, en un sitio como la España actual, no va a estar influida por el interés político? Y una última pregunta: ¿por qué el juicio de un caso tan extraordinariamente mediático como éste está recibiendo en la actualidad una cobertura  tan escasa, a veces nula, o descaradamente tendenciosa -contraria al capitán-, por parte de unos medios que, en su mayoría, se dejaron la piel mostrándole a todo el mundo una catástrofe atribuible al partido en el Gobierno? Debe ser que a los buenos periodistas que todavía tienen trabajo en España los han mandado -como casi siempre que pasa algo- a seguir el caso de la Pantoja...