El Libro de Daniel: Directrices de Inteligencia para la actualidad
Daniel Ponce Alegre. Teólogo y Antropólogo. Algunos de los críticos que dudan de la autenticidad del Libro de Daniel adoptan la posición del filósofo del siglo III, enemigo del cristianismo, Porfirio, quien argumentó que el Libro de Daniel era una falsificación realizada por un judío del tiempo de Antíoco Epífanes.
Según su teoría, este falsificador tomó acontecimientos del pasado y los presentó como si fuesen profecías. Esta oposición, que no es tomada como seria por su falta de argumentación y pruebas, contrata en cambio, con la oposición al Libro de Daniel durante la primera parte del S. XVIII, que sí es considerada en serio. El hecho de que el propio Jesucristo aceptase la profecía del Libro de Daniel como auténtica ( Mateo 24:15; Daniel 11:31 ) es una prueba significativa de la Guía sobre el Libro de Daniel. Con todo, en las cuevas del Mar Muerto se han encontrado varios manuscritos que contenían partes del Libro de Daniel. El más antiguo de estos manuscritos data de la primera mitad del S. I a.C. Por entonces, se aceptaba el Libro de Daniel como parte de la Escrituras y era muy conocido entre los judíos, que ya habían hecho muchas copias.
El escritor del libro histórico, aunque apócrifo, de Primero de Macabeos apoya el hecho de que en aquella época este Libro se reconocía como canónico ( 1Mac. 2:59, 60 ), pues hizo referencia a la liberación de Daniel del foso de los leones y a la de los tres hebreos, compañeros de Daniel, del horno ardiente. Además tenemos el testimonio del historiador judío Josefo, quien declara que a Alejandro Magno se le mostraron las profecías de Daniel cuando entró en Jerusalén. Esto ocurrió alrededor del 332 a.C, más de 150 años antes del Periodo Macabeo. Josefo dice: " Le enseñaron el rollo de Daniel, en el cual se anuncia que el Imperio de los griegos destruirá al de los persas " ( Antigüedades Judías, libro XI, cap. VIII, sec. 5 ). La Historia registra que Alejandro otorgó grandes favores a los judíos; se considera que esto se realizó como consecuencia de lo que Daniel dijo en su Profecia. Las porciones de Daniel 1:1 a 2: 4 y 8:1 a 12: 13 fueron escritas en hebreo, mientras que la de Daniel 2: 4b a 7: 28 fue escrita en arameo. Con relación al vocabulario de la porción aramea de Daniel, podemos leer en la Obra The International Standard Bible Encyclopedia lo siguiente: " cuando se examina el vocabulario arameo de Daniel, un 90 % del mismo se puede comprobar en el acto contratándolo con inscripciones semíticas occidentales o papiros del S. V a.C o anteriores. El porcentaje restante se ha encontrado en el arameo nabateo o en el de Palmira, que es inmediatamente posterior al del S.V a.C. ".
Hay, en el Libro de Daniel, algunas palabras que se supone que son persas, lo cual no es extraño, y es muy probable, en vista de los frecuentes tratos que tenían los judíos con los babilonios, medos, persas, escitas y gente de otras naciones. Los nombres extranjeros usados por Daniel son , en su mayoría, nombres de oficiales, artículos de vestir, términos legales y expresiones similares, para las que en hebreo no había, en aquel tiempo, expresiones correspondientes. Daniel escribía para su pueblo, que en su mayor parte estaba en Babilonia, pero muchos otros israelitas estaban esparcidos por otros lugares. Daniel escribió en un lenguaje que todos entendieran.
En el aspecto doctrinal, hay críticos que cuestionan el Libro de Daniel por su alusión a la resurrección ( Dan. 12:13 ). Alegan que esta doctrina, o bien se desarrolló más tarde o bien se desarrolló de una creencia pagana. Sin embargo, su alusión a la resurrección concuerda con el resto de las Escrituras Hebreas, en las que se hallan afirmaciones de fe en la resurrección ( Job 14:13,15; Sal.16:10 ). También hay en ellas relatos de resurrecciones ( 1Re. 17:21,22; 2Re. 4:22 - 37; 13:20,21 ). Por otra parte, una autoridad como el apóstol Pablo dijo que Abraham tenía fe en que los muertos se levantarían ( Heb. 11: 13, 35 - 40; Rom.4: 16, 17 ).
Jesús mismo declaró: " el que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jahvé " el Dios de Abraham y Dios de Isaac y Dios de Jacob ". Jahvé no es un Dios de muertos sino de vivos " ( Lc 20:37 ). Los que declaran que el Libro no es realmente profético, sino que se escribió después de que ocurrieron los acontecimientos, tendrían que atribuir su escritura a un periodo posterior a los días de Jesús en la tierra, pues el cap. 9 contiene una profecía concerniente a la aparición y sacrificio del Mesías ( Dan. 9: 25, 27 ). Además la profecía se proyecta hacia el futuro y relata la historia de los reinos que gobernarían hasta el mismo " tiempo del fin ", cuando serían destruidos por el Reino de Dios en las manos del Mesías ( Dan. 7:9-14, 25_27; 2:44; 11:35, 40 ). El Libro de Daniel es sobresaliente por los periodos de tiempo proféticos que registra: las 69 semanas de años que pasan desde el decreto de reedificar hasta la venida del Mesías; los acontecimientos que ocurrirían dentro de la septuagésima semana y la destrucción de Jerusalén que seguiría poco después ( Dan. 9:24-27 ); los " siete tiempos ", a los que Jesús llamó " los tiempos señalados de las naciones ", y que según indicó todavía estaban en curso cuando él estuvo en la tierra, ya que su conclusión habría de llegar mucho tiempo después ( Dan. 4:25; Lc21:24 ); los periodos de 1290, 1335 y 2300 días, y , por último, el periodo que corresponde a " un tiempo señalado, tiempos señalados y medio ".
El significado de todos estos periodos proféticos es esencial a fin de obtener un buen entendimiento de la relación de Jahvé Dios con su Pueblo ( Dan 12:7,11,12; 8:14 ). Daniel también dio detalles proféticos relacionados con la subida y caída de las potencias mundiales, desde el tiempo de la antigua Babilonia hasta el mismo momento en el que el Reino de Dios las borre para siempre de la existencia. Sus profecías centran la atención en el Reino de Dios, cuya dirección Él ha encomendado a su Rey nombrado, y a los que con él están, " los santos del Supremo ". Éste será un Reino que perdurará y resultará en la bendición de todo aquél que sirve a Jahvé Dios y a su Hijo, Jesucristo ( Dan.2:44; 7:13, 14, 27 ). La interpretación de Daniel 7 y 8, según la cual estas bestias representan a potencias mundiales, es de gran ayuda en la comprensión de las bestias de Apocalipsis 13.
Además el relato de Daniel 3 sobre la relación con las autoridades superiores " puestas por Dios " y respecto a la Adoración al único Dios Verdadero, Jahvé, es de gran utilidad y actualidad en estos momentos donde la intervención gubernamental, estatal y el paganismo e idolatría son frecuentes ( Rom. 13; Hech. 4: 19, 20 y 5: 29 ). Estos textos nos fortalecen y reafirman en nuestra posición de neutralidad en cuanto a los asuntos de las naciones; el cristiano verdadero será integro si adora y sirve únicamente a Jahvé Dios, mediante el único medio establecido por Él, su Hijo y Señor nuestro, Jesucristo, y no lo hace con hombres, instituciones humanas gubernamentales o que han abandonado " al Dios Viviente " y al " Rey de reyes y Señor de señores ", Jesucristo. Estas son las Directrices de Inteligencia Individual y Estratégica que nos ofrece el Profeta del Dios Verdadero, Daniel, hasta el fin.