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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

Está empezando a resquebrajarse la unidad dentro del PP

El miedo escénico del PP ¿Prudencia o flaqueza?

“Si en la lucha el destino te derriba, si todo en tu camino es cuesta arriba, si tu sonrisa es ansía satisfecha, si hay faena excesiva y vil cosecha, si a tu caudal se contraponen diques. Date una tregua ¡pero no claudiques!” Rudyard Kipling

Miguel Massanet Bosch. “Cosas verdes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras”. Y, ciertamente, aquellos ciudadanos que formamos la gran masa de españolitos de a pie, no alcanzamos a dar crédito a lo que, cada día, nos sirven como almuerzo esta clase de los políticos que nos gobiernan o, al menos, quieren simular que lo hacen. Si es cierto que el vulgo de los mortales no tenemos la preparación, la técnica, los títulos y la presunta inteligencia de quienes ostentan el poder, no hay duda de que intentamos aplicar a nuestras observaciones alguna dosis de sentido común que nos hacen ver los acontecimientos que se están desarrollando delante de nuestros perplejos ojos, desde un prisma evidentemente distinto al que nos presentan nuestros gobernantes envuelto, por supuesto, por la pegatina de la más pura y cínica demagogia.

Podríamos entender alguna de los renuncios que, el gobierno del PP, está incurriendo en lo que hace a sus relaciones con las CC.AA; a la promulgación de sus leyes; a la aplicación de aquellos principios básicos que, los que les votamos, creíamos que formaban parte de su propuesta electoral; a el tratamiento a la banda terrorista ETA o a sus presos y a las víctimas del terrorismo; es la forma de enfrentarse al creciente auge de los partidos nacionalistas y al separatismo; a poner orden al creciente terrorismo callejero; a impedir la adopción de niños por los matrimonios gays; a poner orden en lo que ha acabado siendo una sangría para el pueblo español, como ha ocurrido con las cajas de ahorros y algunos bancos, pidiendo responsabilidades a quienes los dirigieron y exigiendo la devolución de todo lo defraudado a sus clientes; a aplicar una política financiera igual para todo el ,territorio nacional, evitando asimetrías y tratos de favor en el caso de las CC.AA  y, finalmente,  a que, junto a la necesaria política de austeridad, algo que le fue exigido por Europa, pusiera las primeras piedras para ayudar a las empresas, especialmente a la pequeña y mediana empresa, para que tuvieran oportunidad de acceder a créditos blandos que les ayudasen a recuperarse, a ser competitivas y empezar a generar empleo o, al menos, a detener la tendencia al crecimiento del paro en España; si, señores, se diera el caso de que dependieran de los votos de otros partidos para legislar, tomar decisiones o establecer las políticas precisas para ejercer su política; algo que, como es evidente, no sucede cuando se tiene, como tienen, una holgada mayoría absoluta en ambas cámaras, el Congreso y el Senado. 

A pesar de que, el señor Montoro, cuando los del PP tomaron el poder, se mostró dispuesto a poner firmes a todas las autonomías, incluidas el País Vasco y Catalunya; nos encontramos ante la evidencia de que, tanto él como el Gobierno, han arriado velas y se muestran melifluos, tolerantes y obsequiosos ante unos belicosos, ensoberbecidos, amenazantes separatistas que, no sólo exigen que se les de más financiación; que de construyan más obras públicas en Catalunya (el llamado Corredor del Mediterráneo) sino que quieren que se les transfiera la recaudación de todos los impuestos y que se reconozca una Hacienda independiente para la comunidad catalana. Y todo esto ¿a cambio de qué? se preguntarán ustedes. Pues, sencillamente, a cambio de nada. Porque estos señores ya nos anuncian que no renuncian a independizarse de España, no cejan en sus insultos al resto de españoles y se muestran decididos a hacer todo lo posible para conseguir su propósito aunque, para ello, se tengan que pasar por los fondillos del pantalón a la Constitución, las sentencias de los tribunales españoles y las disposiciones y leyes procedentes del Gobierno y de las Cortes españolas.

Por de pronto, ya han dicho que van a luchar contra la aplicación de la ley de Enseñanza del ministro Wert. El gobern catalán se mofa de ella y los del PSC dicen que es “un golpe de Estado” ¿una ley aprobada legalmente en las Cortes es un golpe de Estado?, entonces ¿ cómo calificarían estos señores la insumisión a las leyes, el incumplimiento de las sentencias de los tribunales y la inobservancia de la Carta Magna en lo referente al uso del español en la comunidad catalana; algo que la famosa “inmersión lingüística” viene impidiendo desde hace años, sin que ningún gobierno de la democracia haya tenido el valor de impedir que suceda. Y es que, lo que está sucediendo es como decía aquel dicho castellano: “Abad de Zarzuela, comisteis la olla, pedís la cazuela” Sí, señores, piden exigen, reclaman y se quejan de que España no les paga, cuando llevan dos años chupando del FLA miles de millones para pagar sus deudas. Se quejan de no recibir más financiación, cuando son los que más cantidad reciben de todas las comunidades y, por si fuera poco, ahora pretenden un trato asimétrico en cuanto a la financiación autonómica que los favorezca respecto a las otras CC.AA, aún cuando son de las tres o cuatro comunidades que no han cumplido con su objetivo de déficit público, junto con Valencia, Murcia y Baleares.

Una actitud que no tiene explicación, como tampoco la tiene las cesiones del Ejecutivo a los presos de ETA, ante el natural repudio de los familiares de las víctimas que observan, furiosos, como se tiene medidas de trato especial con aquellos asesinos que mataron a sus familiares. Para mayor INRI, el señor Rajoy y su Gobierno, en el colmo de la insensatez y la claudicación, en lugar de obligar a que en Catalunya se observe la Constitución y se pueda estudiar en castellano y catalán; se han desdicho de lo que habían anunciado y, ahora, aquellos estudiantes que quieran enseñanza en castellano lo podrán hacer en colegios privados a costa el Erario Público ( léase el bolsillo de los españoles) con la particularidad de que ello ha irritado a los separatistas por entender que constituye un ataque a la “inmersión lingüística” que, como es sabido, no es más que la punta de lanza de los que reclaman la independencia de Catalunya del resto de España.

Está empezando a resquebrajarse la unidad dentro del PP y ya son varios los llamados “barones” del partido que han mostrado su repudio a un trato especial a las comunidades que no han cumplido con el déficit que se les impuso (1’2% del PIB), superándolo ampliamente. Resulta de todo punto reprobable que se puedan favorecer a comunidades que, como la catalana, no han sabido administrarse y, sin embargo, mantienen 27 embajadas fuera de España a unos costes prohibitivos, dedicadas a hacer propaganda de “una Catalunya independiente”, sostiene a 7 emisoras de TV, todas ellas con resultados negativos, aparte de dedicar importantes cantidades de sus presupuestos anuales a la protección del idioma catalán, a doblar películas a este idioma y a fomentar obras de teatro y películas con productores, artistas y técnicos catalanes. ¿Vamos a tener que pagar los españoles semejantes despilfarros?, a los que se podrían añadir una serie de empresas  semipúblicas donde vegetan toda una serie de enchufados de CIU y ERC, sin que se sepa qué utilidad representan para los ciudadanos catalanes En realidad ninguna.

Mal vamos si las calles se han convertido en centros de disturbios; si a los políticos se les acosa impunemente; si nuestra Administración de Justicia está bajo mínimos y politizada; si se permiten barbaridades como la de que, IU de Andalucía, anuncie una cooperación “directa” con Cuba y Venezuela. Vaya, el enemigo en casa. Este es, señores, el triste panorama de un gobierno desbordado. O así lo veo yo.