El noruego Kurt Asle Arvesen se adjudica el triunfo en la undécima etapa
Arvesen, campeón de su país, comandó la etapa, junto a otros once compañeros, desde el kilómetro 30, en el que cuajó la fuga ante un pelotón, liderado por el Silence-Lotto del líder Cadel Evans, demasiado permisivo.
Los doce escapados, sin presencia española, llegaron a disponer de más de cuarto de hora de ventaja sobre el gran grupo y se jugaron el triunfo en tres kilómetros finales increíbles de constante ofensiva después de que dieran caza al francés Amël Moinard (Cofidis), que lo había intentado en solitario en los cincuenta kilómetros finales.
Lejos del triunfo de etapa, las evoluciones del pelotón tras la jornada de descanso y en la tensa calma que se espera hasta la llegada de los Alpes el próximo domingo estuvieron marcadas por las intenciones del CSC. El equipo de Sastre endureció la carrera en la ascensión al Col de Portel, de primera categoría y a 50 kilómetros de meta, tratando de desgastar y limar fuerzas en la formación del líder Cadel Evans.
El Silence-Lotto al compacto había encabezado la carrera, dejando hacer a los fugados, pero en cuanto el CSC decidió imponer un ritmo de mayor intensidad desapareció y evidenció sus problemas. Evans es consciente de que tendrá que valerse por sí mismo si quiere optar al triunfo final.
El CSC, por contra, ofreció una muesca más de su potencial y capacidad para 'liarla' cómo y cuándo desee, así como sus intenciones de no permitir ningún movimiento incómodo como el que intentó Óscar Pereiro (Caisse d'Epargne).
El protagonismo español de la jornada, el positivo, le correspondió a Pereiro, ganador del Tour de 2006 y que recordó al ciclista de 2005, cuando militaba en el Phonak y fue elegido ciclista combativo de esa edición. Con iniciativa, el gallego sufrió en solitario en la ascensión al Portel, en terreno de nadie y sin una finalidad evidente más que la de dejarse ver y recuperar sensaciones para intentos futuros. Gozó de dos minutos sobre el pelotón, pero finalmente terminó siendo engullido.
Por contra el negativo se produjo antes de la salida de la etapa, cuando se conoció el positivo por EPO del salmantino Moisés Dueñas (Barloworld) en la cuarta etapa que, en caso de confirmarse, supondría el segundo positivo de esta edición y el segundo español después de Manuel Beltrán (Liquigas).
La fuga de la jornada cuajó a partir del kilómetro 30, antes de la primera tachuela, el Col de Larrieu de tercera categoría. Los doce corredores, sin ninguna presencia española, no tardaron en abrir hueco con un pelotón encabezado por el Silence-Lotto del líder Cadel Evans.
Los minutos de ventaja fueron cayendo del lado de los escapados mientras el pelotón avanzaba 'pausadamente' en este inicio de la segunda parte del Tour, antes de que las 'batallas' definitivas en los Alpes decidan el nombre de su nuevo 'jefe'.
Finalmente, el intento de Moinard no sirvió y los doce fugados se jugaron el triunfo en los tres últimos kilómetros. Arvesen fue el más fuerte y redondeó una nueva jornada fantástica para el CSC, que se esforzó por detrás y obtuvo la recompensa por delante.