¿POR QUÉ “FRANCISCO”?
Después de la muerte milagrosa del Papa Francisco y debido a el próximo Cónclave para elegir a su sucesor, todo el que escribe sobre su vida y su pontificado simula ser experto en la causa, pero la realidad es muy diferente. Incluso en su propio país Argentina no faltaban quienes confiesan que conocen mejor a Messi o Maradona, a quien le han dedicado secta pseudo religiosa.
Ha sido Javier Milei, quien antes de ser electo tuvo algunas palabras subidas de tono hacia el Papa, que luego rectificó y ahora lo considera la persona más importante de la historia Argentina de todos los siglos. Realmente si se exceptúan los tópicos que los medios convencionales afirman un día sí y otro también, el Papa Francisco será mejor y más conocido después de su muerte, que lo ha sido en vida.
En primer lugar, están los que se preguntan, por qué Bergoglio eligió como nombre pontifical Francisco, siendo un miembro cualificado de la Compañía de Jesús. Algunos pensaron que sería por el gran misionero español San Francisco Javier, pero no fue así, porque el Papa Francisco se centró en la persona de San Francisco de Asís por las siguientes razones entre otras. Por la virtud de la pobreza, que es el distintivo del llamado Pobrecillo, quien llegó a desposarse con la dama de la pobreza. Los pobres han sido una de las preocupaciones del Papa Francisco. También quiso imitar a San Francisco por ser una amante de la paz y por eso peregrinó a Tierra Santa, en tiempos de las cruzadas para dialogar con el Sultán. El Papa Francisco se ha reunido con representantes cualificados del Islamismo Moderado
El Papa como San Francisco, para quien toda la creación hasta el hermano sol y la hermana luna eran criaturas de Nuestro Señor. Lo mismo para Francisco quien se sumó a esta fraternidad universal con su encíclica Tutti-Fratellli. El Papa tuvo como San Francisco el cuidado de la naturaleza como demostró con su encíclica: Laudato Si. El estilo personal y pastoral del Papa ha marcado un modo de actuar y comunicar con palabras como: cercanía, misericordia y ternura.
Su modelo de Iglesia era el del Concilio Vaticano II, compartir la vida con las personas sin excluir a nadie. Su estilo tanto en las homilías como las charlas con los fieles era muy sencillo, alejado del simplismo. Sabía resaltar lo profundo con sencillez. El Papa más semejante para él fue San Juan XXIII.
Fidel Garcia Martínez