Paula Gordon Gimeno. Hungría celebró este domingo las primeras elecciones legislativas que se han regido por un nuevo sistema electoral que sustituye al antiguo implantado en tiempos comunistas en el país. Conlleva una reducción a la mitad del número de diputados y la disminución y redistribución de las circunscripciones. El partido conservador Fidesz-Unión Cívica Húngara arrasó este domingo, tal y como se esperaba, en las elecciones de Hungría, revalidando su mandato con un 44,8% de los votos.

La única incógnita ahora es saber si la formación conservadora logrará una mayoría cualificada de dos tercios en el Parlamento. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, que renueva cargo expresaba que: “No ha sido una victoria curiosa. Hemos logrado una victoria tan amplia que el significado de la misma no se puede asir esta noche.” El Parlamento húngaro aprobó en 2013 una nueva ley electoral promovida por el partido de Orban y gracias a la mayoría absoluta de Fidesz, que cuenta con dos tercios de los escaños.

Una nueva ley electoral que reduce el número de diputados de los 386 a 199, una medida que tiene como objetivo establecer el número de parlamentarios más acorde con el número de ciudadanos húngaros. También se ha producido una modificación de las circunscripciones, muy criticada por la oposición. Vajl Farkas, investigador en la Fundación húngara Századvég en un encuentro con la prensa a propósito de las elecciones en el país explicaba que el Gobierno ha justificado el cambio en que el sistema anterior generaba una desproporción de más del 200% entre algunos distritos electorales y que el nuevo sistema permite un 15% como diferencia máxima entre circunscripciones, tal y como exige la Comisión de Venecia, el órgano asesor sobre asuntos constitucionales del Consejo de Europa. La nueva normativa simplifica el sistema electoral, establece una única vuelta, con respecto a las dos vueltas del antiguo sistema y suprime la jornada de reflexión. También ha habido cambios en cuanto a la publicidad de los partidos.

Se aprobó el que los partidos pudieran anunciarse de forma gratuita en los medios de comunicación privados, una propuesta que fue en un principio, criticada por la Comisión Europea. Todos los partidos contarán con un total de casi 500 minutos en los medios de comunicación estatales y recibirán una subvención de unos 3.000 euros, que tendrán que devolver si no obtienen un mínimo del 2% de los votos. Ha habido cambios en cuanto a la representación de las minorías en el sistema electoral. Antes de la reforme electoral, no contaban con ningún tipo de representación parlamentaria. Dentro del nuevo sistema, hasta trece nacionalidades podrán optar a ser representados en el Parlamento. Previo registro, los miembros de estas minorías podrán votar a los candidatos específicos de las minorías. En el caso de que los candidatos de estas minorías no obtuviesen el mínimo necesario para entrar al Parlamento, se produciría el nombramiento de un portavoz sin derecho a voto.