Redacción Madrid. 6 de junio. Un total de 35, 5 millones de españoles, casi 800.000 más que en las últimas elecciones europeas, están llamados mañana a las urnas para elegir a 50 representantes para el Parlamento Europeo en unos comicios marcados por la crisis económica y el desinterés generalizado. Hace cinco años, cuando más de la mitad de los electores (el 54,8%) se quedaron en casa y ahora las previsiones de participación son aún peores ya que algunas de ellas situaban la abstención europea en torno al 60 por ciento. PSOE y PP encaran las votaciones como un referéndum al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con una leve ventaja a favor de los populares, según la mayoría de los sondeos.
La apatía española no es un caso único. Desde el pasado jueves y hasta mañana domingo, un total de 375 millones de europeos de 27 países están llamados a votar y el miedo a la abstención está tan generalizado que la principal idea reiterada tanto por el presidente del PE, Hans Gert Pottering como por muchos líderes europeos, Zapatero incluido, es que una baja participación beneficiará a los partidos más radicales.
Los españoles, entre ellos dos millones de jóvenes, deberán elegir a 50 representantes de una cámara que tendrá, de momento, 736 diputados. Pero cuatro escaños más quedarán 'congelados' para cuando entre el vigor el Tratado de Lisboa (un texto que ampliará el número de europarlamentarios hasta los 751) porque no se celebrarán nuevas votaciones.
Los 23.121 colegios electorales de toda España (con casi 60.000 mesas en total) abrirán de las nueve de la mañana a las ocho de tarde y los resultados, tanto españoles como europeos, se esperan en torno a las diez de la noche, aunque los índices de participación se sabrán antes, en cuanto cierren los colegios de la comunidad canaria.
De los más de 280.000 ciudadanos europeos que residen en España y tienen derecho a voto, están llamados a las urnas, por primera vez, los rumanos y búlgaros (que se incorporaron a la UE tras los comicios de hace cinco años). También podrán elegir a sus representantes europeos los 1,2 millones de electores españoles que residen en el extranjero.
Además, el Gobierno informó de que un total de 97.000 efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado velarán para que la jornada transcurra sin incidentes ya que el Ministerio del Interior, como es habitual cuando se celebran votaciones, ha elevado el nivel de alerta ante posibles atentados terroristas.
La novedad de este año será el colegio administrado electrónicamente, que se pondrá en marcha en todas las mesas de Lleida, Pontevedra y Salamanca, y permitirá un recuento más rápido gracias al código de barras que tendrán las papeletas. Además, conllevará un mayor ahorro de medios y de papel si la experiencia es exitosa y se extrapola a todo el país en futuras citas electorales.
En esta jornada, los españoles podrán elegir entre 35 candidaturas pero sólo media docena tienen posibilidades reales de lograr representación. Antes del inicio de la campaña, el CIS daba al PSOE y el PP un empate con 23 escaños (en 2004 ganaron los socialistas por un europarlamentario), la Coalición por Europa (CiU, PNV y CC) lograría dos diputados, La Izquierda (IU-ICV), uno y la Europa de los pueblos verdes (ERC, BNG, Aralar, CHA y EA) otro. Los últimos sondeos modifican levemente estos resultados a favor de los populares mientras que candidaturas minoritarias como la de UPyD o la de Libertas- Ciudadanos lucharán por lograr representación europea, así como Iniciativa Internacionalista, que cuenta con el apoyo de la izquierda abertzale y aspira de nuevo a estar en Bruselas aunque sus posibilidades de lograrlo son pocas.
A nivel europeo, también se prevé que los conservadores, que ya son más en el hemiciclo, amplíen su mayoría y hay un miedo importante a que las posturas más ultras y euroescépticas, como ha ocurrido en Holanda, cobren más peso del actual.
LUCHA CONTRA LA ABSTENCION
Desde la Unión Europea se ha intentado resaltar la importancia de estos comicios que definirán ideológicamente la cámara de donde sale gran parte de la legislación nacional, pero aunque el PE tiene cada vez más competencias (y éstas serán ampliadas si entra en vigor el Tratado de Lisboa), la apatía ha aumentado en los 30 años de historia de las elecciones europeas.
Por eso una de las claves será la participación. Una encuesta encargada por la UE indicó la semana pasada que podría aproximarse a 45%, similar a la de los anteriores comicios de 2004. Grecia e Irlanda son los países donde se proyecta la participación más alta, con 66%, mientras Bulgaria y Polonia se ubican en el otro extremo, con 14%, de acuerdo al mismo sondeo. En España, sólo hubo cierta euforia para votar en las primeras elecciones en las que participó nuestro país, en 1987, cuando se superó el 68% de participación, pero en 2004 cayó hasta el 45%.
Los analistas estiman que la crisis económica y el fracaso de la Unión para explicarse y mejorar sus mecanismos de funcionamiento son la principal causa del desapego de la ciudadanía, unido a problemas puntuales en cada país: la alta tasa de desempleo, en el caso de España; el escándalo de gastos de los parlamentarios, en Reino Unido; las polémicas en torno a la figura del primer ministro en Italia.
En España, tanto los socialistas, con Juan Fernando López Aguilar como cabeza de lista; como los populares, con Jaime Mayor Oreja, como líder europeo, se han tomado los comicios como un referéndum sobre la política -sobre todo económica- llevada a cabo por el Gobierno y de ahí que el jefe del Ejecutivo y secretario general del PSOE haya pedido con fuerza el voto progresista frente a la derecha más reaccionaria y el líder del PP, Mariano Rajoy, haya animado a los electores a decir con su voto un "basta ya" a las políticas de Zapatero, tanto económicas como las relativas a los valores.