Rafael López-Diéguez. Muchos habrán escuchado y visto la entrevista en Veo 7 realizada a la señora María Dolores de Cospedal, por ende Secretaria General del Partido Popular, que nadie lo olvide, o al menos habrán tenido noticia de la misma. En ella, en total sintonía con el PSOE de Trinidad Jiménez, ha declarado que el debate, en el tema de la Defensa de la Vida, no es ya “aborto sí o aborto no”, lo que implica aceptar la permanencia del aborto. Para la Secretaria General del PP éste es un diálogo cerrado, una cuestión terminada, porque ellos no cuestionan que el aborto sea legal en España.
Lo desafortunado, según la Secretaria General del Partido Popular, del debate reabierto con la nueva ley del aborto es que abre y provoca la división entre los españoles por un tema que ya estaba superado, porque tenemos una ley -la actual ley del aborto- que goza de un amplio consenso. Por ello se ha abortado con el PP y se aborta con el PSOE, aunque con el Partido Popular en el poder, en el Estado o en las Comunidades Autónomas, se aborte más.
Lo verdaderamente preocupante es que este tipo de declaraciones se producen a escasos días de la concentración del 17-O, donde muchos aplaudirán la presencia de miembros del PP. Me asquea esta burla, este escándalo, esta estafa, esta manipulación. Me asquea que nos digan que el PP es un partido que “defiende la Vida” y al mismo tiempo no trabaje por la derogación de las leyes abortistas en España. No entiendo cómo, de una vez por todas, la gente no reacciona; cómo no enfrenta esta realidad a su conciencia; cómo no rompen con el mal menor y el voto útil, que hoy me atrevo a calificar de cómplice de asesinato; cómo no se deciden a trabajar por un “Voto de la Vida”. El voto más útil, el bien posible.
Cuando este tipo de declaraciones se producen en las vísperas de una manifestación, convocada por la Vida el próximo 17 de octubre; cuando se anuncia la presencia de varios dirigentes populares en la misma; cuando con palabra equívoca, cultivando el eufemismo, utilizando frases que aparentan oposición pero que sólo la aparentan, se pronuncian los dirigentes populares, parece evidente que el único interés que en Génova 13 despierta “el periclitado debate del aborto” es su utilización indirecta como elemento de desgaste del gobierno. Pero es lógico, porque el PP, que considera que el debate del aborto está superado, es un partido abortista. Lo que les molesta es que se sepa.
Estoy seguro que muchos, el próximo día diecisiete de octubre, de buena fe, aplaudirán a los representantes de este partido, porque creen que ellos también están en contra del aborto. Pero los populares, salvo excepciones, eso sí contadas con los tres dedos de una mano, y digo tres, no cuatro, ni cinco, son partidarios de mantener el aborto en España y, todos, militan en un partido ABORTISTA. Sí, como suena, ABORTISTA, porque no están en contra del aborto. Están a favor de la actual ley. Una ley que se han comprometido públicamente a mantener a toda costa. Un partido ABORTISTA porque lo que les preocupa no es que el aborto se produzca en cifras alarmantes y crecientes entre las menores, pese al reparto de píldoras abortivas en las Comunidades que gobiernan, sino que lo hagan sin permiso paterno y diciendo esto aparente una inexistente oposición a la ley abortista socialista. Un partido ABORTISTA que sólo se atreve a denominar el aborto como “fracaso”, algo que han exportado a muchos grupos pro-vida, en vez de calificarlo de crimen abominable y que reclama, curiosa coincidencia, por boca de su representante más cualificada en estos temas, que el aborto se saque del debate político, que se despolitice porque es sólo un drama humano. Como si los políticos no fueran responsables de su existencia y de su mantenimiento.
Yo estoy seguro que la inmensa mayoría de quienes acudan, como nosotros, a la manifestación del 17 de octubre en Madrid, lo harán para decir “No al aborto”. No solamente para decir “No a la ley socialista”. Y estoy seguro de ello porque de lo contrario no entendería que en todas las iglesias haya aparecido propaganda de la manifestación y se organicen viajes, pagando cada uno su billete, para acudir a Madrid.
Yo espero, que tras las declaraciones de la señora María Dolores de Cospedal, Secretaria General del Partido Popular, diciendo que coincide con la socialista Trinidad Jiménez en que el debate ya no es “aborto sí o aborto no”, los organizadores de la manifestación del día diecisiete, si están en contra del aborto, veten la presencia de los representantes del PP, vayan a titulo privado o público (en un político no cabe el eufemismo de privado). A no ser que éstos de forma pública y notoria manifiesten su total discrepancia con las declaraciones públicas de la cúpula de su partido. A no ser que las autoridades populares madrileñas, empezando por Esperanza Aguirre y el señor Quemes, se comprometan públicamente a dejar de subvencionar el aborto en la Comunidad Autónoma de Madrid. A no ser que los Ayuntamientos populares, empezando por el que rige el señor Gallardón, se comprometan a dejar de distribuir las píldoras abortivas…
Si no lo hacen, si no los vetan o exigen la retractación, serán cómplices del escándalo. Y ya saben: más les valiera ponerse una piedra al cuello y lanzarse al agua.
Lo siento pero era necesario decirlo.
Rafael López-Diéguez es Secretario General de AES (Alternativa Española)