El Premio Sajarov a los yazidíes evidencia la enésima injusticia al pueblo armenio
Daniel Ponce Alegre. Teólogo. Esta semana pasada, la Unión Europea ha reconocido el sufrimiento infligido, por los islamistas del Estado Islámico de Irak y Levante ( ISIS ), al pueblo yazidí. Este sufrimiento ha sido representado en las mujeres yazidíes, que han servido de siervas, esclavas sexuales y después de " material " de venta, además de ser, junto con el resto del pueblo, escudos humanos contra los ataques al ISIS por parte de la alianza occidental y los de las fuerzas sirias del Presidente Bashar Al Assad en colaboración con Rusia e Irán, y con los peshmergas kurdos.
El Premio Sajarov a la LIbertad de Conciencia ha sido concedido a dos muchachas, Nadia Murad y Lamiya Aji Bashar, que fueron secuestradas, esclavizadas y violadas repetidas veces por el IS. No voy a profundizar en este proceso pues considero que tiene lagunas que me imposibilitan abordarlo con honradez y veracidad. En cambio sí que es importante conocer qué clase de grupo etnorreligioso es el yazidí y por qué se prima su condición de víctimas frente a otro grupo mayoritario y situado en todo el mundo como es el armenio.
El credo yazidí se remonta al zoroastrismo persa que asienta sus raíces en los albores de la civilización babilónica, 3000 a.C. ( recordemos que Babilonia era el actual Irak, donde se encuentra localizado el pueblo yazidí ). Como tal, el culto yazidí, mezcla de prácticas zoroástricas persas y babilónicas a diversas deidades celestiales y animales, tiene aproximadamente 2.500 años y son 500.000 personas, la mayoría en el norte de Irak. En concreto, los yazidíes creen en un dios supremo al que llaman Yasdan, y rinden también culto a los Siete Grandes Ángeles, entre los que destaca Malak Taus, recordando al dios babilonio Marduk, que es un Ángel Pavo Real, considerado el representante de Dios en la Tierra.
En el culto a estos dioses el fuego juega un papel prioritario, siendo considerado por los yazidíes en muchos casos como un dios propio, al igual que sucede con el culto al fuego cada vez más extendido en Azerbayán, que aunque es un país musulmán conserva el culto a deidades paganas de origen babilónico y persa ( Azerbayán es Irán, es decir Persia ). Para las religiones monoteistas, y de manera especial para el cristianismo, estos cultos son cultos a deidades demoníacas que van acompañados de rituales de prostitución, culto a animales y rituales de sangre. Malak Taus es identificado con Satanás, que es visto así mismo y por sus seguidores como el verdadero representante de Dios en la Tierra, por lo que los yazidíes son vistos como adoradores de Satanás, y así lo son.
Como conclusión, dejo al lector que considere por sí mismo porqué se prima al pueblo yazidí frente al pueblo cristiano armenio del que se eliminaron 1.500.000 almas hace ahora un siglo a manos de los islamistas turco - otomanos en colaboración con los masones de la Logia " Jóvenes Turcos ", vinculada a los egipcios " Hermanos Musulmanes ", dirigidos por el General Kamal Ataturk, considerado líder político y espiritual de la actual Turquía.
Aún hoy el pueblo armenio es ninguneado por las instancias europeas, internacionales y muchas nacionales, como la española, que no reconoce el genocidio. La Esperanza de Justicia del pueblo armenio, y la de todos los cristianos, no está en este mundo sino en Aquél al que abrazaron en primer lugar como pueblo, en el año 302, al Señor de la Vida y Rey de Justicia y Paz, Jesucristo, ante quien toda rodilla se doblará, de dioses y de hombres, vivos y los que ya murieron. Ven pronto Señor Jesús. Amén.