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Diario YA


 

¡España habla por la voz de su pueblo!

El pueblo español, señores, ha dicho ¡basta!

Miguel Massanet Bosch. Cese el griterío mitinero de los maledicentes; permanezcan mudos quienes buscan la notoriedad a través del desprecio de las leyes; cesen en sus dislates quienes se venden a si mismos insultando, despreciando e injuriando a sus adversarios políticos; porque el pueblo ha salido de su aletargamiento para acudir a depositar su voto en las urnas y ha sido de ellas de donde ha salido el dictamen de las grandes mayorías silenciosas, en el que se contiene la sabiduría de quienes huyen de alharacas y ostentaciones para transmitir su mensaje, su humilde voto, por medio del sencillo acto de depositarlo dentro de una urna. Y el pueblo ha hablado claro, ha advertido que no está dispuesto a que se le siga engañando, que ha acabado su paciencia con los que lo han venido gobernando, durante dos legislaturas; que está harto de sectarismo, de mala gestión, de estar condenado al sacrificio continuo, al paro, a la inseguridad en el empleo, a estar sometido a una justicia manipulada y de soportar unos jueces, prevaricadores, que han antepuesto sus compromisos partidistas a la verdadera defensa de la Justicia, permitiendo que los proetarras hayan alcanzado importantes cotas de poder en una parte importante de España, donde los terroristas han conseguido imponer su ley mediante un partido creado ex profeso para ello conocido como Bildu..

El pueblo español, señores, ha dicho ¡basta! Y lo ha dicho con contundencia, con rotundidad y con una rara unanimidad, como hacía muchos años no se había producido. España no puede seguir dirigida por unos gobernantes que han demostrado su incapacidad, su falta de preparación, su anti-patriotismo y su evidente desprecio por la Constitución; de modo que han primado sus intereses partidistas y sectarios, hasta conseguir poner en peligro los valores fundamentales del pueblo español, los conceptos de patria, bandera, unidad y solidaridad, propios de la cultura y herencia romana de los ciudadanos, de tal manera que han conseguido poner en peligro la misma integridad y solidaridad del Estado español. Las pasadas elecciones, del día 22, han dado al traste, de un solo plumazo, con todo el entramado que, pacientemente, había ido construyendo el PSOE, para hacer de España una nación sometida al totalitarismo del PSOE, en la que cada autonomía bailase al aire de sus gobernantes, sin tener en consideración el interés común, la compensación inter-territorial y la misma unidad  de la nación española.

La victoria del PP, del señor Rajoy, ha sorprendido a propios y extraños, no sólo por la claridad con la que se han impuesto a sus adversarios del resto de formaciones, sino por  haberla conseguido de una manera que se podría considerar como humillante, en feudos tradicionales del PSOE, que se habían resistido durante años al desembarco de la derecha. Mayor mérito se les debe atribuir a los populares por haber tenido que enfrentarse al resto de partidos, la mayoría de los cuales han actuado, durante las legislaturas socialistas, de meros lacayos de los socialistas; lo que, sin duda, les ha reportado importantes compensaciones (tal y como ha sucedido con las autonomías del País Vasco, Catalunya y Coalición Canaria que, juntamente con el feudo andaluz del PSOE, han sido las regiones que han sacado mayores prebendas y concesiones de su apoyo al señor Zapatero); lo que, en consecuencia, ha obligado al señor Rajoy y sus seguidores a hacer la doble proeza de ganar y, además, hacerlo con mayoría absoluta, para así asegurarse la gobernabilidad de las autonomías, las alcaldías y la diputaciones de las ciudades que han arrebatado a las huestes del señor Rodríguez Zapatero.

No obstante, se ha producido en esta elecciones un hecho que, en modo alguno, ha contribuido a que la irrupción, con  fuerza, del PP en el mapa autonómico y municipal, no hay contribuido, como era de esperar, a clarificar el panorama económico, social y financiero de España y a permitir que, desde el exterior, viniera un aliento de confianza hacia nuestro país y la posibilidad de alcanzar una mejora en nuestras perspectivas de desarrollo. Como es ya una constante en nuestro presidente, señor Zapatero, aún reconociendo en su discurso de la anoche del 22 de mayo, que el PSOE había recibido un importante correctivo que pone de relieve el disgusto de los españoles por la evidente mala situación del país; no obstante, de sus palabras no se puede deducir que se haya atribuido ninguna parte de culpa, como si la debacle de su partido se debiera a los distintos candidatos de su partido en las diversas autonomías. La consecuencia de esta postura demencial del señor Rodríguez Zapatero es que parece que no ve motivo alguno para dimitir y convocar elecciones generales, para el próximo otoño como parece que ha sido el mensaje claro a los españoles en su comparecencia ante las urnas.

Estamos, sin duda, ante un caso de obcecación, de negación de la realidad y de empecinamiento en mantener, a toda costa, una actitud que, desde fuera, no puede ser más incomprensible; de modo que las bolsas, en lugar de salir reforzadas con la victoria del PP, han sufrido un importante varapalo, evidentemente provocado por la noticia de que, a pesar de la debacle de su partido, el señor ZP sigue en sus trece de acabar con lo poco que queda de España y llevar al desempleo los pocos trabajadores que faltan para que alcanzar los cinco millones. Por supuesto que la noticia no ha sorprendido sólo a los vencedores de los comicios porque, aunque no trascienda fuera de los ámbitos del PSOE, nadie pone en duda de que, dentro del partido, un partido que ha visto como, uno a uno, los barones han sido desplazados de sus puestos de mando, algo que no había sucedido desde que se implantó la democracia en nuestra nación; existe un evidente malestar que si , hasta ahora, se había mantenido en secreto, falta por ver lo que va a ocurrir en la próxima reunión de la Ejecutiva, el sábado 28, en la que, seguramente y así lo ha anunciado el señor Blanco, se va a poner en marcha el proceso de primarias, para elegir al que deberá suceder al señor ZP como aspirante a ocupar su puesto de presidente.

El panorama político que se nos presenta a los españoles, de aquí al mes de marzo del 2012, si no varían la cosas, no puede ser más desolador si es que, como parece ser, el señor Presidente va a seguir con sus improvisaciones, con nuevos recortes, con su incapacidad para crear empleo y ante la perspectiva de que la situación de Grecia se vaya agravando, Portugal no pueda remontar o que, las bolsas, acaben por hacer que, tanto los intereses que deba pagar el Tesoro para colocarla, como la prima de riesgo (ya por los 242 puntos básicos) o el credit dafault swap siga la corriente ascendente que parece que ha emprendido ( 258 puntos). Los meses que puedan quedar hasta las próximas legislativa, si es que se mantiene para marzo del 2.012, pueden resultar una verdadera prueba de fuego para la nación española, con el agravante de que, en el caso de mantenerse la fecha de las elecciones, el nuevo gobierno, si es que hubiera uno que sustituyera al del PSOE, no tomaría posesión hasta el mes de abril, como pronto.

Faltará ver como se lo toman los futuros candidatos a suceder a ZP y si se van a conformar con estar inactivos mientras observan como, las ya escasas posibilidades de ganar las legislativas que les quedan, se acaban de esfumar a causa de los previsibles errores de su jefe de filas. No se debe descartar que se pueda producir una rebelión interna dentro del partido si, como es evidente que acabará por ocurrir, la situación española se va agravando y el señor ZP se empeña en no dar su brazo a torcer Otra cosa que habrá que comentar, en otro momento, será el tema de Bildu. O eso me temo yo.

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