Miguel Ángel Gutiérrez. Ayer tuve un hermoso sueño en el que Juan Pablo II me comentaba sus impresiones acerca de España, y me decía- “Me preocupa mi querida España, a la que quisiera ver cristiana, unida y próspera. Ya os dije, cuando fui a visitaros, que no tuvierais miedo, pero, salvo pocas excepciones, no me habéis hecho caso. Y la consecuencia es que ahora tenéis miedo a todo: miedo al votar, miedo a perder el trabajo, miedo a la pobreza, miedo a perder vuestras casas, miedo a los terroristas, miedo al separatismo, miedo a las leyes anticristianas, miedo al prójimo y miedo al futuro.
Ya va siendo hora de tener la valentía de reconocer los errores, cambiar de rumbo y redoblar esfuerzos. Con humildad de corazón, honestidad intelectual y confianza en Dios, podréis cambiar las cosas y recobrar la alegría perdida .
Es necesario que revisitéis vuestra vida espiritual, insuficiente ahora mismo, para ayudar a España a salir de la situación en la que se encuentra.
Deberíais dedicar más tiempo a la lectura espiritual, la meditación, la oración y los sacramentos.
Recordad que esta crisis económica que os agobia, viene provocada por una crisis espiritual que la antecede, así pues, debéis reavivar vuestra Fe y vuestra caridad para poder transmitirlas con eficacia a vuestros hermanos.
El Buen Dios desea lo mejor para España y para El no hay nada imposible, pero quiere colaboración. España es Tierra de María y por ahí puede venir vuestra salvación Conviene que recordéis las palabras de la Santísima Virgen María al Padre Claret: “Antonio, en el rezo del Santo Rosario está cifrada la salvación de tu Patria”. Así que aún tenéis esperanza, otra España sería posible si os lo propusieseis.
También tenéis la Devoción a la Divina Misericordia, arma poderosa para recabar el favor del cielo. Dediqué mucho tiempo e ilusión en propagar esta maravillosa devoción por el mundo. Animaos a rezar la Coronilla de la Divina Misericordia para que resplandezca el amor en vosotros, para crecer en la confianza en Dios y para traer una nueva primavera para la Iglesia y para vuestra nación.
Tenéis el ejemplo magnífico de vuestros antepasados, una legión de santos que sacrificaron sus miedos y comodidades por una España mejor. Recordadlos, imitadles y rezadles para que desde el cielo os puedan ayudar. Dios y la Santísima Virgen quieren que luchéis y anhelan vuestra victoria. Animo y que Dios os bendiga”.