Redacción Madrid. 24 de febrero.

    El Tribunal Supremo confirmó hoy la condena de 47 años de cárcel que la Audiencia Provincial de Navarra impuso en julio de 2008 a Jaime Giménez Arbe, 'El Solitario', por el asesinato de dos guardias civiles en Castejón que se produjo el 9 de junio de 2004, informaron fuentes del alto tribunal.

   La Sala de lo Penal del Supremo, que adelantó el fallo de una sentencia que se conocerá en un plazo máximo de diez días, adoptó esta decisión dos horas después de celebrar una vista pública en la que analizó el recurso de casación presentado por el abogado de 'El Solitario', Marcos García Montes.

   De esta forma, Giménez Arbe tendrá que cumplir dos penas de veinte años de cárcel por los asesinatos de los agentes Juan Antonio Palmero Benítez y José Antonio Vidal Fernández y siete años más por un delito de tenencia ilícita de armas en la modalidad de depósito de armas de guerra.

   El alto tribunal también confirma las indemnizaciones que dictó la Audiencia Provincial de Navarra, que ordenó a 'El Solitario' a pagar 190.000 euros a los padres de los dos agentes asesinados y otros 48.000 a la mujer con quien el agente Juan Antonio Palmero había planeado casarse. También deberá abonar 24.285 euros al Estado por los daños ocasionados a un coche de la Guardia Civil.

   VEHÍCULO DEL CRÍMEN

   Durante la vista, el abogado defensor de 'El Solitario' puso en duda la veracidad de las pruebas que sirvieron para incriminar a su cliente. García Montes indicó que "el 94 por ciento de los testigos" identificaron el vehículo desde el que se realizaron los disparos como "un Suzuki Vitara grisáceo" mientras que el que se encontró desguazado en una nave industrial que la familia del condenado tenía en Pinto (Madrid) era "un Suzuki Samurai azul". "Son dos coches totalmente distintos", defendió el letrado.  

   De igual modo, denunció la ruptura de la cadena de custodia del subfusil con que se cometieron los asesinatos y señaló que los registros que se efectuaron en las propiedades de Giménez Arbe deberían ser nulos porque no se hicieron en su presencia. Además, lamentó que no se librara una comisión rogatoria a las autoridades francesas para verificar las declaraciones en las que su cliente involucraba en los crímenes a miembros del Frente Nacional de Liberación Corso.

   El fiscal Fidel Ángel Cadena pidió al tribunal la desestimación de todos los motivos de casación planteados por la defensa argumentando que la "urgencia" justificaba la ausencia de 'El Solitario' en los registros y que la teoría sobre los terroristas corsos fue considerada por la propia Audiencia de Navarra como "rocambolesca". 

   Además, defendió la existencia de "indicios plurales y convergentes" que ratifican la autoría de los crímenes por parte de 'El Solitario'. Entre ellos, destacó las pruebas periciales sobre casquillos practicadas durante el juicio, la "costumbre" del acusado de conducir vehículos Suzuki, los cuadernos de ruta sobre vías de fuga del lugar donde se produjeron los hechos que fueron hallados en su domicilio y el testimonio de "una mujer que iba en dirección prohibida y le pidió perdón cuando se encontraba a tres metros de él".

   PERSECUCIÓN TRAS UNA INFRACCIÓN DE TRÁFICO

   Según el fallo de la Audiencia Provincial de Navarra, el asesinato de los dos guardias civiles se produjo el 9 de junio de 2004 en la carretera N-113, a la altura de Castejón, poco después de que los dos agentes de la Guardia Civil iniciaran una persecución para tratar de interceptar a 'El Solitario' después de que, probablemente, cometiera una infracción de tráfico.

   El tribunal estimó que Giménez Arbe, "sin mediar intercambio alguno de palabras con la dotación de la Guardia Civil, de manera inesperada, absolutamente sorpresiva, y sin que los agentes de la autoridad dispusieran de la menor posibilidad de defensa, estando sus armas reglamentarias sin montar y con las fundas abrochadas, disparó repetidamente a los guardias civiles 21 proyectiles con un subfusil M3 de fabricación americana".