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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

desde asuncion, paraguay

El Tribunal Supremo y el cambio de sexo en menores

Eva N. Ferraz. El TS acaba de pronunciarse en favor del cambio de sexo en menores, amparándose en principios y derechos constitucionales fundamentales: la protección de la integridad física y moral, el derecho a la intimidad personal y a la propia imagen y a la salud, relacionados con el derecho al libre desarrollo de la personalidad.

Sin embargo, recientemente, el Colegio de Pediatras de EEUU, con su presidenta, Michelle A. Cretella, a la cabeza, ha instado a los educadores y legisladores a rechazar todas las políticas que empujan a los niños a aceptar como normal una vida de suplantación del sexo opuesto por medio de la química y de la cirugía, con los siguientes razonamientos: La sexualidad humana es un rasgo binario biológico objetivo insertado en los cromosomas del individuo: "XY" y "XX" son marcadores genéticos del sexo masculino o femenino- no marcadores genéticos de un trastorno. Nadie nace con un género sino con un sexo biológico. Género (una toma de conciencia de sí mismo como hombre o mujer) es un concepto sociológico y psicológico; no biológicamente objetivo.

Cuando un niño sano biológicamente, cree que es una niña, o viceversa, existe un problema psicológico objetivo mental, no corporal, y debe ser tratado como tal. Estos niños sufren dysphoria de género, un trastorno de identidad de género (GID) reconocido en la más reciente edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-V). La pubertad no es una enfermedad y las hormonas usadas en “terapias” de cambio de sexo, bloquean esta etapa e implican peligro (causan presión arterial alta, coágulos de sangre, accidentes cerebro vasculares, cáncer…).

También inducen un estado patológico: la ausencia de la pubertad - e inhiben el crecimiento y la fertilidad del niño. Las tasas de suicidio son veinte veces mayores en los adultos que usan hormonas del sexo opuesto y se someten a cirugía de reasignación de sexo.

Y concluye Cretella: ¿Qué clase de padres seríamos si condenáramos a los menores a este destino sabiendo que después de la pubertad hasta el 88% de las niñas y el 98% de los niños acaban aceptando naturalmente la realidad y alcanzan un estado de salud física y mental?

Etiquetas:feminismo