El tropiezo de nochevieja
David Marín. 3 de enero.
La sabiduría popular dice que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra y los responsables de programación de las cadenas televisivas lo cumplen como si les fuera la vida en ello. Si los programas de Nochebuena estuvieron carentes de innovación, los que emitieron para despedir el año no se quedaron atrás y cayeron en la misma falta de originalidad de la que pecaron los de la noche del día 24. Todos tuvieron los ingredientes propios, humor y música, pero cuando ni lo uno ni lo otro se renuevan, el producto final termina convirtiéndose en el tedio más absoluto y hace interminable el camino hacia las campanadas.
La Primera de TVE recurrió, una vez más, al humor para despedir el año y, como pasó en Nochebuena, ha vuelto a contar con el apoyo masivo de la audiencia, pero no por ello la programación de la cadena pública estuvo falta de creatividad. Esta vez el encargado de intentar sacar al menos una sonrisa al espectador fue José Mota, el ex componente de “Cruz y Raya” que, durante más de una hora, deleitó a más de una tercera parte de quienes estaban pendientes del televisor (35,2%) con parodias musicales y políticas. Mota intentó, con emulaciones de escenas de películas como “Que bello es vivir”, “Cabaret” o “Jesucristo Superestar”, ironizar sobre la actualidad nacional, pero, salvo alguna que otra situación cómica, lo único que consiguió fue un programa plomizo en el que se notó la ausencia de la Cruz o de la Raya que diera vida al dúo que, en otros años, sí nos hizo reír camino de las uvas.
Después de la también habitual visita a nuestras pantallas televisivas de la serie animada de “Los Simpson”, Antena-3 nos amenizó la última cena de 2008 con un especial del concurso musical “Al pie de la letra” en el que se dieron cita presentadores de la cadena, actores de las series “El internado” y “Física o Química” y colaboradores de programas del corazón para competir por el premio de 50.000 euros que después se destinaría a una ONG. La desentonación de unos y los desacordes de otros se vieron entremezclados por las actuaciones musicales de Amaia Montero, Beatriz Luengo y Melendi. Aunque de original tuvo poco, sí hay que agradecer que los especiales concursantes dejaran el miedo al ridículo en casa y se desinhibiesen por completo para lograr un producto bastante aceptable para esa noche y mucho más divertido que lo hecho, en Cuatro, por los supuestamente más profesionales del cante y del baile de “Fama ¡a bailar” que, bajo la batuta de Paula Vázquez y Rafa Méndez, fueron los encargados de dar paso a la ingesta de las doce uvas con coreografías grupales e individuales.
Lo elegido por Tele-5 y La sexta para motivarnos las últimas horas de 2008 fue un calco de lo emitido siete días antes: especiales de “Camera Café” y “Escenas de matrimonio” la primera, y un especial del programa “La tira” y un capítulo de la serie “Bones” la segunda. Si bien las situaciones tanto de los trabajadores de una peculiar empresa frente a la máquina de café como las de los matrimonios ya empiezan a adolecer de frescura y espontaneidad, la emisión de un episodio de un drama forense, como es la serie “Bones”, en el que se intenta identificar un cadáver por sus huesos fracturados no parece lo más propio para dar paso a las campanadas de la Puerta del Sol. Claro, que si no muy adecuado, lo que sí es, es barato.
En la radio, para no ser diferente a la televisión, tampoco hubo demasiada originalidad y la música llenó, antes y después de entrar el nuevo año, la programación de la mayoría de emisoras con puntuales intervenciones de los oyentes, quienes expresaban sus deseos y propósitos para este 2009. Un año del que se espera, en lo que al mundo audiovisual se refiere, que quienes se encargan de la programación no se den de bruces con la piedra de la vulgaridad y la mediocridad, del sensacionalismo barato y el llanto fácil. Ésa con la que tantas veces han tropezado ya.