Redacción Madrid. 27 de marzo. Desde la Casa Blanca y rodeado de parte de su gabinete, el presidente de EEUU, Barack Obama, anunció hoy lo que calificó de una estrategia integral para Afganistán y Pakistán destinada a eliminar "la amenaza de Al-Qaeda" y que será "más fuerte y más inteligente".
Partiendo del principio de que la guerra en Irak no debe quitarle recursos a la lucha en Afganistán, el presidente Obama anunció el refuerzo de la presencia militar estadounidense en territorio afgano con el fin de eliminar "el cáncer de Al-Qaeda".
Anunció el envío de cientos de funcionarios civiles para ayudar a reconstruir el Estado afgano y poner en marcha políticas de asistencia, así como una ayuda anual de 1.500 millones de dólares al vecino Pakistán para desarrollar la empobrecida zona fronteriza con Afganistán, donde se concentran los grupos extremistas.
"Tenemos un objetivo claro: desmantelar y derrotar a Al-Qaeda en Afganistán y Pakistán para prevenir que regresen en el futuro a cualquiera de los dos países", afirmó Obama, flanqueado por la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el Secretario de Defensa, Robert Gates.
Es la primera vez que la estrategia de Washington incluye políticas individuales tanto para Afganistán como para Pakistán, y no un sólo programa para la región.
"Han pasado más de seis años desde que los talibanes fueron derrocados y todavía hay guerra, y la insurgencia controla parte de Afganistán y Pakistán", dijo el mandatario estadounidense.
Antes de delinear su nueva política hacia Afganistán, Obama hizo énfasis en que el futuro de ese país está vinculado al de su vecino Pakistán, en cuya frontera actúan grupos extremistas, de acuerdo con los informes de inteligencia estadounidenses.
La Casa Blanca espera que el Congreso apruebe una ley que le permitiría el envío de ayuda por 1.500 millones de dólares anuales durante los próximos cinco años para "construir escuelas, caminos y hospitales, y reforzar la democracia pakistaní".
Obama prometió no incurrir en los errores del pasado y aclaró que la relación con el gobierno de Islamabad está basada en el apoyo a sus instituciones democráticas, una referencia al vínculo que se estableció bajo el gobierno de George W. Bush con el general Pervez Musharraf.
Aunque Musharraf llegó al poder mediante un golpe de Estado, y muchos cuestionaban su historial en materia de derechos humanos, Washington lo convirtió en su principal aliado en la región como parte de la estrategia para tratar de contener la amenaza extremista tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Sin embargo, Obama aclaró que Pakistán debe demostrar su compromiso con la estabilización de la zona fronteriza con Afganistán.
DETRAS DE IRAK
Desde los tiempos de la campaña electoral el presidente estadounidense dijo que Afganistán debería ser la primera línea en la llamada "lucha contra el terrorismo", aunque en los últimos tres años el Pentágono negó recursos a Afganistán. A su juicio, las autoridades estaban centradas en la situación de Irak.
Obama anunció el envío de 4.000 nuevos soldados a la zona para junio, adicionales a los 17.000 que ordenó desplegar apenas llegado a la Casa Blanca.
La idea es reforzar la capacidad de combate contra la insurgencia y simultáneamente entrenar un ejército afgano de 134.000 efectivos y una fuerza de policía de 80.000 para el año 2011.
ENFASIS CIVIL Y MULTILATERAL
Pero la nueva estrategia no tiene un foco exclusivamente militar porque el presidente reconoció que para "avanzar en la seguridad necesitamos especialistas en agricultura y educación, ingenieros y abogados".
"Esta es la manera como podemos ayudar al gobierno afgano a servir a su pueblo y desarrollar una economía que no esté dominada por las drogas ilícitas", expresó Obama al anunciar el "substancial aumento" de personal civil en el terreno.
A lo largo de su discurso de 21 minutos, el presidente Obama insistió en la necesidad de coordinar los esfuerzos multilaterales para mejorar la situación en Afganistán y Pakistán.
El mandatario aclaró que la nueva estrategia había sido coordinada con los gobiernos pakistaní y afgano, con los socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y con los países donantes.
Por el tono usado a la hora de convocar a otros países al trabajo en Afganistán el gobierno estadounidense parece apostar por el trabajo dentro del multilateralismo que quedó maltrecho cuando el presidente Bush decidió acometer solo la aventura militar en Irak.
En ese sentido Obama anunció que trabajará con la Organización de Naciones Unidas para crear un Grupo de Contacto para la región a fin de reunir a todos los países que tienen interés en la estabilidad de la zona, desde Rusia y China hasta Irán y las naciones del Golfo Pérsico.