"En oposición a la Enseñanza Sana del Dios Feliz"
Daniel Ponce Alegre. Teólogo y Antropólogo. Ex miembro de la Curia Valentina. Unos días atrás estuve tratando en mi análisis sobre el punto de vista bíblico del divorcio, a raíz del resultado, Informe elaborado por los Obispos, del Sínodo de la Familia y que servirá de base para un próximo Documento Pontificio.
En el Artículo y análisis de hoy, tal y como dije, voy a tratar sobre el punto de vista bíblico de las relaciones homosexuales, la segunda parte polémica del Sínodo de la Familia en el que algunos pretendían incluirlas con normalidad dentro de la Iglesia.
En su Carta a los Romanos en el Capítulo 1 y en los versículos 24 a 27, el Apóstol Pablo dice:
" En conformidad con los deseos de sus corazones, Dios los entregó a la inmundicia, para que se deshonrasen sus cuerpos entre sí... Dios los entregó a apetitos sexuales vergonzosos, porque sus mujeres cambiaron el uso natural de sí mismas a uno que es contrario a la naturaleza; y así mismo hasta los varones dejaron el uso natural de la mujer y se encendieron violentamente en su lascivia unos para con otros, varones con varones, obrando lo que es obsceno y recibiendo en sí mismos la recompensa completa, que se les debía por su pecado ".
No cabe duda, por las expresiones que utiliza San Pablo en su Carta dirigida a los cristianos de Roma y por extensión a todos, y en especial a los Obispos responsables del Magisterio y de la Iglesia de Cristo, de la gravedad de tener relaciones homosexuales que no sólo están consideradas como un pecado o error sino como algo inmundo, y sabemos que todo lo inmundo procede directamente de Satanás; como algo deshonroso, obsceno y vergonzoso; y como algo contrario a la naturaleza que es lo más básico humano y que nos diferencia de los animales, siendo que aún en el caso de éstos no son normales ese tipo de relaciones.
De nuevo el Apóstol Pablo escribe en su Primera Carta a Timoteo en el Capítulo 1 y en los versículos 9 al 11:
" No se promulga la Ley para el justo, sino para los desaforados e ingobernables, impíos y pecadores, fornicadores, varones que se acuestan con varones y cualquier otra cosa que esté en oposición a la enseñanza sana según las gloriosas Buenas Nuevas del Dios Feliz ".
De nuevo en las palabras de Pablo se deja lugar a pocas dudas sobre el punto de vista de las Sagradas Escrituras relativo a la homosexualidad. Cualquier punto de vista contrario a éste estaría opuesto al Espíritu que inspiró a la Palabra de Dios, y sea quien sea que dijera lo contrario se estaría oponiendo a la Voluntad de Dios, a la Enseñanza sana y a las gloriosas Buenas Nuevas del Dios Feliz y que sólo ellas nos llevan a la felicidad; las conductas insanas y pecaminosas no pueden aportarnos nada bueno, ni sabio, y lo digo de nuevo, sea quien sea que diga lo contrario; en este punto recordemos la pregunta que Jesús dijo a sus discípulos: " ¿cuando vuelva el Hijo del Hombre hallará la fe sobre la tierra?, esta es la lucha de los verdaderos discípulos de Cristo y que amamos su Enseñanza, y la Justicia, y la Verdad, y la Paz.
Para terminar, y saliéndonos del Magisterio del Apóstol San Pablo, veamos lo que dijo Judas en su Carta:
" Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, después que ellas, fueron en pos de la carne para uso contranatural, y son puestas delante de nosotros como ejemplo amonestador al sufrir el castigo judicial de fuego eterno ".
La palabra sodomía se ha convertido, después de milenios de suceder el hecho histórico de la desaparición de Sodoma, en sinónimo de homosexualidad y así consta en la RAE y en todo el mundo.
Por lo tanto recordemos que ni los fornicadores, ni los idólatras( el dinero y el nacionalismo son ídolos de hoy que nos manchan y a los que hay que evitar para permanecer limpios ante Dios ),ni los adúlteros, ni los hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni los hombres que se acuestan con hombres heredarán el Reino de Dios; pero hemos sido lavados y santificados a un precio muy alto por la sangre de nuestro Señor Jesucristo y con el espíritu de nuestro Dios; y si hemos cometidos estos graves pecados en el pasado, con el arrepentimiento y el sacrificio de Cristo, es como si no los hubiéramos cometido. Todo el que dice que este tipo de conductas no se han de considerar pues somos misericordiosos, amorosos, no juzgamos y promovemos " la cultura del amor y del encuentro donde todos caben... ", está haciendo inválido el sacrificio del Mesías, de Jesús, y está volviendo a matarlo, con lo que se está privando de la Salvación que nos ha proporcionado Dios por medio de su Hijo Jesucristo, debemos tener mucho cuidado con esto y recordar que hemos sido llamados a la Santidad y a la Perfección como Hijos de Dios.