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Diario YA


 

Por la Gentuza

En solidaridad con Pérez-Reverte

La Lupa del YA. No sabemos si por sentirse molesta o aludida, vilipendiada o descrita, insultada o reflejada, una diputada del PSOE, a la sazón Vicepresidenta del Congreso de los Diputados, ha dirigido una airada crítica a nuestro compañero Arturo Pérez-Reverte, por su artículo "La Gentuza", publicado hace unas semanas en el suplemento dominical XL Semanal. Este artículo tenía aires de descriptivo y versaba sobre la clase política de lo que va quedando de España, más allá de la Selección Nacional de Fútbol y su dignísimo Del Bosque.
 
Fiel a su oficio, el Pérez-Reverte periodista de casta, facilitaba datos objetivos, cuando escribía:
 
"Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día."
 
Además, anunciaba seguir cumpliendo con el deber de su profesión de investigar y denunciar, y nos dejaba con la miel en los labios prometiendo:
 
"Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes."
 
Vaya desde esta tribuna nuestra adhesión y agradecimiento por el trabajo bien hecho del compañero Arturo. Precisamente en estos momentos en que tantos españoles estamos preguntándonos qué diantres, cáspita, hace el Sr. Moratinos de gira por la Venezuela incendiaria de D. Hugo, mientras deja pasar por alto el grave insulto que sufrimos el domingo en París, al sonar el himno danés para festejar la victoria de nuestro Contador, héroe contemporáneo.
 
Puesto que el hombre es un animal (algunos es bien cierto qué más que otros) simbólico, toda Nación reconoce que no hay actitud más ofensiva e infame que el desprecio, ocultamiento o menosprecio de los símbolos patrios. Bien lo sabía Zapatero cuando insultó a la enseña estadounidense siendo líder de la oposición. Y bien caro que hemos tenido que pagar por ello todos los españoles, ninguneados como nunca en la esfera internacional.
 
Observando estas actitudes de nuestros políticos, rozando lo canallesco, nos extraña la extrañeza de la Sra. Diputada ante el estallido de cabreo, fiel reflejo del que tantos sentimos, que ha protagonizado Pérez-Reverte. En esta España prostituida, parece haberse extendido el hábito de no atender la importancia de los símbolos nacionales, hasta incurrir en la indignidad y el deshonor. El mundo se cisca en nosotros. ¿Por qué no hemos de ciscarnos nosotros en aquellos en los que hemos delegado la función de representarnos? Medite sobre ello, Sra. Diputada.