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Diario YA


 

"Nos convertiremos en una ONG piadosa, pero no seremos Iglesia"

En su primera homilia: "Si no confesamos a Jesucristo la cosa no funciona"

Sigue la idea de que el Papa Francisco continúa rompiendo moldes. Ha pronunciado su primera homilía en una misa en la Capilla Sixtina, ante los 114 cardenales que ayer lo eligieron Pontífice. El suyo ha sido un sermón espontáneo, no leído, y en italiano. Todo un cambio con respecto a la primera misa de Benedicto XVI, que fue en latín y sin salirse del guión.
 
Pero lo más sorprendente de la primera homilía de Francisco (el Vaticano insiste en que se le llame así, a secas) ha sido su mensaje: una exhortación volver a la esencia del cristianismo, a llevar una vida "irreprochable" y a dar la espalda a la mundanidad y a la frivolidad.
 
"Yo querría que todos nosotros, después de estos días de gracia, tuviéramos el valor, realmente el valor, de caminar en presencia del Señor, con la cruz del Señor, de edificar su Iglesia con la sangre del Señor derramada sobre la cruz y de confesar la única gloria, Cristo crucificado. Así la Iglesia irá adelante", aseguraba el nuevo Papa, que utilizó un lenguaje muy accesible para su primera homilía.
 
El primer sermón del Papa Francisco se asentó sobre tres pilares: caminar, edificar, confesar. "Podemos caminar como queramos, pero si no confesamos a Jesucristo la cosa no funciona. Nos convertiremos en una ONG piadosa, pero no seremos Iglesia", sentenció. "Cuando caminamos, edificamos y confesamos sin la cruz no somos discípulos del Señor".
 
El nuevo Papa reconoció que no es fácil construir, ni caminar, ni confesar y que a veces en el camino se producen sacudidas "que nos hacen retroceder". Y delante de los 114 cardenales que ayer le eligieron Papa subrayó: "Cuando caminamos sin la cruz, cuando edificamos sin la cruz y cuando confesamos con Cristo pero sin la cruz no somos discípulos del Señor, somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, Papas, pero no discípulos del Señor".
 
El Pontífice indicó que hay que caminar siempre, en presencia del Señor, a la luz del Señor. Y exhortó a los cardenales a vivir de "manera irreprochable", como Dios le pidió a Abraham que lo hiciera. Porque, tal y como indicó Francisco, quién no reza a Cristo reza al diablo. "Cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa la mundanidad del demonio", aseguró.