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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

En una noche de insomnio

Enrique De la Puente. Después de haber visto un debate entre políticos, de esos que de boquilla tienen remedios para todo, y en una noche en la que no podía dormir, me puse a pensar, teniendo en cuenta que en el mundo de la ilusión todo es posible, cómo se podrían resolver de verdad esos males que sufre la Humanidad si yo fuera capaz de cualquier cosa.

Después de considerar, repito que en la imaginación casi todo es posible, soluciones como energía a coste cero, reparto de dinero a todos los seres humanos y cosas por el estilo, me di cuenta de que habría que empezar por el pie de la pirámide de necesidades Abraham Maslow y atender a los más necesitados. Recordé aquello que ya se había dicho antes de “dad de comer al hambriento y de beber al sediento”; sí, ese sería un buen comienzo. Pero dar de comer al hambriento y de beber al sediento requería una organización, que no estaba en manos de cualquiera, ¿Quién podría hacerlo, los sindicatos por ejemplo?

Evidentemente no, ya se ha visto en la historia cómo han sido de parciales e interesados. ¿Sería la Iglesia la solución? No cabe duda de que tiene una gran organización y presencia en casi todo el mundo. Además vemos cómo, por ejemplo, los Hermanos de San Juan de Dios realizan esa labor sin preguntar a los que piden su ayuda si son cristianos o no, si son españoles o no, pero la Caridad, para que de verdad lo sea, tiene que ser universal y no creo que en los países radicales en temas de religión dejaran que la Iglesia realizara esa labor; habría que recurrir entonces a alguna Organización no Gubernamental, sin ánimo de lucro, como por ejemplo Farmacéuticos en Acción, en la que nadie cobra por trabajar como ocurre en otras organizaciones de este tipo.

Sé que al final de las cadenas de ayuda a los más necesitados están o religiosos de distintas confesiones o miembros de esas Organizaciones no Gubernamentales, en las que por ayudar a los más necesitados, sufren a veces martirio o muerte. Con dinero y esta ayuda se podría paliar bastante este problema, pero ni siquiera con dinero se podría terminar con ese problema. Pensé, también se había dicho antes eso de “enseñar al que no sabe”, en los niños y en su educación y en cómo muchos políticos, o individuos que dicen que lo son, prefieren tener en sus países gente sin formación, porque son más manipulables. Si se pudiera pasar por encima de esos políticos, el tema sería relativamente fácil con dinero; habría que comprar al colectivo que genera el material escolar su producto, también ellos tiene derecho a cobrar por su trabajo, y repartirlo gratis. También sería importante dar acceso universal a toda la información que hoy día hay en Internet, de esta forma podrían paliarse los intentos de manipulación ideológica, que convierte a las personas en esclavas en vez de libres.

En este tema el dinero también arreglaría muchas cosas, pero no todas, ya que el acceso a determinada información está restringido en muchos países. Después me puse a pensar en los mayores, cada vez más numerosos, enfermos o no, pero que viven solos, y en los que necesitan ayuda para desarrollar su vida normal, lo que ahora los políticos han bautizado como dependientes y aquí también el dinero resolvería muchos problemas, porque se les podría dar atención con parte de la gente que no tuviera trabajo y quisiera incorporarse al mundo laboral, pero aquí ya surgiría un problema, no todo el mundo sirve para esta función y habría que realizar una selección para disponer de los capaces y formar a los que con instrucción pudieran servir. La formación de los que se incorporaran a esta función también generaría posibilidades de trabajo.

En este punto me acordé de que hay gente que ni trabaja, ni quiere trabajar, pero que también piden que se le atienda, porque ellos también tienen derecho; se dedican a protestar y decir que el sistema no es justo. Bueno los incluiría en el grupo de dependientes, pero a la cola. Del resto de las personas que no tienen trabajo, habría muchos que estarían dispuestos a correr la aventura de crear un negocio o empresa para llevar a la práctica alguna idea que tuvieran y a estos se les podría ayudar con los microcréditos, como ya se ha hecho en algún país.

No hay que confiar en las grandes empresas para este fin, porque ellas no crean puestos de trabajo, al revés, a ellas con la informatización y las nuevas tecnologías les sobra gente y sólo necesitan a expertos en esos nuevos conocimientos; incluso para evitar tener más personal, contratan parte de los trabajos auxiliares a empresas externas. ¡Qué bien! Ya había conseguido arreglar algunas de las cosas que preocupan a la gente ¿Qué más había? Ah sí, la corrupción, no entiendo por qué dicen que es tan difícil, recuerdo a un sanitario militar que me decía que para sacar una venda del botiquín tenían que firmarse no sé cuántos papeles para el que lo pedía, para el que lo transportaba, para el que sacaba del botiquín y para el que lo recibía; era evidente que nunca faltaba una venda del botiquín.

¿A qué viene esto? Pues viene a que con un buen control se identifica al responsable; no cabe duda de que el control del sanitario era excesivo, pero suprimir los controles como hizo un político cuando el responsable de la caja le pidió un recibo antes de darle el dinero que le había pedido, lleva a que los sinvergüenzas se aprovechen.

Así que en primer lugar un buen control facilitaría el acabar con la corrupción, pero habría que disponer de una justicia eficaz, ahora bien, para que la Justicia sea justa, y no es una redundancia, tiene que ser rápida, tiene que disponer de unas leyes claras, que no dejen a la interpretación del juez de turno, que puede anteponer su ideología, para sentenciar de una manera o de otra.

Recuerdo que en una ocasión al preguntar a un abogado sobre la posible decisión en una reclamación, contestó que en cuanto designaran al juez me contestaría; esto no es justo y por eso digo que las leyes tienen que ser claras y determinantes. No conozco los sistemas judiciales de otros países, pero del nuestro parece que en vez de ser un sistema garantista para defender al inocente, se ha convertido en un sistema garantista para no condenar al culpable.

Por último, en relación con la corrupción, y esto sí lo podrían resolver los políticos, aunque no parece que tengan mucho interés en hacerlo, se deberían crear las leyes necesarias, para que ningún corrupto pueda disfrutar de sus tropelías, y que los mantuviera en la cárcel hasta que devolvieran todo lo que se hubieran llevado. Parece que me llenó de tanta satisfacción ver a todos los sinvergüenzas en la cárcel, que debí dormirme, porque no recuerdo nada más de mi noche de insomnio.