José María Caparrós

Me han decepcionado mis nuevos colegas. A propósito del reciente estreno de Encontrarás Dragones, bastantes se han portado francamente mal. Y, en algunos casos, incluso me han parecido sectarios. Una mayoría apenas ha valorado la calidad artística de la película de Roland Joffé, para centrarse y atacar su contenido, asignándole sólo una o dos estrellas. No así el crítico de este diario, Víctor Alvarado; ni tampoco el titular de Expansión (26-III-2011), el fiscal Eduardo Torres-Dulce, quienes se han manifestado sin prejuicios.

Estamos, pues, ante una nueva generación de críticos alejada de aquellos cinéfilos de los años 60 y 70. Éramos verdaderos amantes del Séptimo Arte, y nos ateníamos tanto a los valores formales -estrictamente fílmicos- como a los de fondo, denominados hoy ético-antropológicos. En aquella ya lejana época, yo ejercía la crítica en Pantallas y Escenarios (Zaragoza), Mundo (Barcelona), Cinestudio (Madrid) y Nuestro Tiempo (Pamplona), entre otras publicaciones. En 1982, pasé a la Universidad de Barcelona como profesor, hasta nuestros días.

Además, los críticos éramos como una familia, comentábamos cada película a la salida de los estrenos, íbamos juntos a los festivales, celebrábamos tertulias… y acaso no estábamos tan sometidos a los intereses partidistas de los dueños de las publicaciones. Ahora, y siempre, “qui paga, mana” (quien paga, manda), como decimos en Cataluña.

Sin embargo, la crítica cinematográfica influye menos de lo que pensamos. El público no se guía demasiado por las críticas, sino por sus gustos personales. Recientemente, lo hemos visto con Torrente 4. Por eso, el importante filme de Joffé, tan lejos ética y estéticamente del ya comentado subproducto de Santiago Segura, ha sido saludado por 140 mil espectadores en su primer fin de semana, con una recaudación de cerca de un millón de euros, la segunda más taquillera hasta el pasado lunes.

Encontrarás Dragones será distribuida en Estados Unidos a través de la empresa Samuel Goldwyn Films, donde esperamos se recibida con menos prejuicios por parte de la crítica norteamericana.