José Miguel Tenreiro. No es este un tema fácil de abordar por cuanto se trata de desenmascarar a un enemigo sin rostro y del que sabemos solamente por sus obras, a primera vista inexplicables. El mismo se hace llamar Globalización y Nuevo Orden Mundial lo que ya de por sí delata sus aspiraciones de imponer su dictadura sobre todas las naciones de la tierra, con un solo gobierno, una sola religión, una única moneda. Trata, además, de reducir la población del mundo a una cuarta parte de la actual, y se declara como el más encarnizado enemigo de la Iglesia Católica.
Es una conspiración de la pentoika cuyo símbolo es la estrella de cinco puntas : la blanca de la masonería, la roja del comunismo, y la dorada -faltaría más- del capitalismo. Son tres brazos del mismo cuerpo, o si lo prefieren, tres cabezas de la misma bestia.
Creo que tras este corto preámbulo todo se entenderá mejor: la U.E. con sus organismos acaparadores de riqueza y poder; la imposición de las distintas cuotas: de la pesca, la leche y las vacas locas, el vino, el aceite, la población ... ; y la sucesiva incorporación a su órbita de todas las demás naciones, comenzando por las de más antigua tradición católica, mediante la concesión de préstamos y más préstamos que imposibiliten su devolución a perpetuidad. ¿Y la soberania ?, se preguntarán muchos. Los gobiernos nacionales, como podemos comprobar, van quedando reducidos a dóciles administradores de las decisiones ajenas.
A pesar de lo anterior, aseguran los charlatanes que España, una vez más, comenzará a salir de la crisis a finales del año próximo, y, siguiendo el discurso de sus predecesores, también creen ver brotes verdes de la ansiada recuperación económica. Pero también cabe preguntarles cuál será el suceso portentoso o conjunción astral que nos confirmará el cumplimiento de tal vaticinio. Dicho evento, de producirse, sembraría en las sedes de la Globalización una alarma similar a la ocasionada en el palacio de Herodes por la estrella que precedía a los Magos.
Vamos a efectuar un somero análisis de la situación, comprobando como durante las últimas décadas, mientras el enemigo sin rostro nos distraía con sus baratijas, minaba los tres pilares fundamentales sobre los que se asienta la realidad nacional de España desde hace más de veinte siglos : Patria, Religión, y Familia.
Patria.- El sentimiento patrio ha quedado difuminado y diluído por la desmembración de España en 17 estados independientes, con su gobierno, parlamento, bandera, himno, y fiesta nacionalista. España es ahora un ente que sólo existe en la imaginación de los viejos nostálgicos o de los jóvenes despistados. ¿ Quién escucha hoy con fervor su Himno o luce con orgullo su Bandera ? Tal circunstancia, cuidadosamente planeada, ha sido aprovechada por una clase política, amoral y sin escrúpulos, tan sólo preocupada en poner a buen recaudo sus fortunas, aceleradamente amasadas y subrepticiamente evadidas, en los paraísos fiscales. La rapacidad de unos, la voracidad de otros, y el pasotismo de muchos han precipitado los acontecimientos que, aun siendo graves, no representan más que un daño colateral y subsanable.
Religión.- Asimilada por el pueblo desde los primeros días del cristianismo; confirmada por la visita de los apóstoles Santiago y San Pablo; y acrisolada durante dos milenios en lucha constante con un enemigo conocedor del carácter de la Fe como único aglutinante de la unidad nacional, es además, en palabras del filósofo y presbítero catalán Jaime Balmes, consustancial con la patria.
Desde Recaredo y su conversión, año 589, ningún monarca español ha dejado de ser católico, y las cortas etapas más convulsas de nuestra historia han sido, precisamente, aquellas en las que la fe se ha tambaleado. Pues, como en ningún país del mundo, aquí se cumple con pasmosa precisión la profecía del también filósofo y coetáneo del anterior, Donoso Cortés: la sociedad que vuelve la espalda a Dios ve ennegrecerse, de súbito, con aterradora oscuridad, todos sus horizontes.
Familia.- Queda el último y tercer puntal unido indisolublemente a los dos anteriores : la Familia, célula fundamental de la sociedad, integrada por los padres, los hijos y los abuelos. Es una institución en peligro de extinción o en buena parte ya desaparecida al ser sustituído el matrimonio por la pareja, unión eventual y carente de las condiciones de estabilidad y seguridad, necesarias para nacer y ser educados los hijos. Hay otras uniones contra natura en las que no me voy a detener, y que si se ensalzan y alaban es porque coinciden plenamente con los presupuestos de la Globalización : nunca darán fruto.
De igual modo se legaliza, estimula, facilita y subvenciona el divorcio, el aborto, la eutanasia y toda clase de anticonceptivos, en tanto y en cuanto están en línea directa con la reducción drástica de la población y se oponen frontalmente a la doctrina de la Iglesia Católica. A mayor abundamiento recordemos que en España la ley del aborto se impuso por decreto en 1985; en Irlanda han hecho falta tres referéndums para ser aprobada; y en el Reino Unido, publica estos días el "Daily Telegraph" que miles de muchachas inglesas, entre los 13 y 16 años, han recibido en los últimos años inyecciones o implantes anticonceptivos sin el permiso o conocimiento de sus padres. El objetivo es sexo precoz y menos embarazos. Todo ello confirma la hipótesis, la tesis y la demostración de lo hasta aquí expuesto.
Fe, familia y patria son los valores cuya carencia nos ocasiona la depresión que padecemos y que no veremos superada hasta tanto aquellos no sean restaurados. Sin fe no hay familia y sin familia no hay patria. La corrupción casi generalizada que se apoderó de España, cada vez con más descaro, en las últimas décadas, no es más que una consecuencia de haber reducido las tres formidables antorchas que alumbraron nuestra historia, a tres pábilos vacilantes. Es propio de impostores y embaucadores el asegurar que van a curar el cáncer tratando solamente las metástasis.