Diario Ya. España ha hecho historia este domingo. Ningún combinado nacional ha logrado hasta la fecha ganar dos Eurocopas consecutivas y, entre ellas, un mundial de fútbol.
En el año 2008, España ganó la Eurocopa en Viena, derrotando a la todopoderosa Alemania con un 1-0 gol logrado por el niño Torres. Posteriormente, nuestra selección alumbró al mundo con una victoria única en el Mundial de Sudáfrica del 2010. En aquella ocasión, y a punto de finalizar la prórroga, hizo “morder el polvo” a la naranja mecánica, con gol del que probablemente sea el mejor jugador de la presente Eurocopa: Andrés Iniesta.
El ciclo que nos hace entrar en la historia del fútbol se completa con la apabullante, brillante, sensacional y estratosférica victoria contra nada más y nada menos que la escuadra azurra, en una fecha inolvidable en los anales de nuestra historia, el día 1 de julio de 2012. El partido ha sido para enmarcar y que sea utilizado en todas las escuelas del planeta como ejemplo del buen gusto y el trato por el balón.
El desarrollo del histórico encuentro ha sido controlado por la inolvidable selección de Del Bosque desde el principio hasta el final, sin conceder una sola opción al todopoderoso equipo transalpino de entrar en el partido. Un detalle, Italia “solo” ha ganado cuatro campeonatos mundiales y ha sido la primera vez en más de 90 años que España le gana en competición oficial.
El primer gol viene de la mano de una jugada espectacular de Cesc que con una internada hasta la mismísima línea de fondo, le sirve un pase medido a la cabeza de Silva, que empuja hacia la red no exento de dificultad. Como resultado, golazo. En el segundo gol Xavi Hernández le sirve un pase milimétrico, esta vez por la banda izquierda, a Jordi Alba, que bate de manera muy efectiva a Buffon.
La lesión de uno de los jugadores italianos hace que en ese momento Italia comience a perder psicológicamente el partido iniciando un camino de no retorno.
Circunstancia que aprovecha a la perfección nuestra selección para jugar a placer y marcar dos goles más.
El tercero lo marca “el verdadero nueve” tras un pase en profundidad que aprovecha el niño para batir al portero italiano frente a su palo izquierdo.
Finalmente, el broche de oro a esta brillante noche para España lo puso Mata gracias a la generosidad de Torres, que comparte banquillo habitualmente en el Chelsea, y que se lo sirve en bandeja.