España, asimetrías, naciones y Castilla
Eduardo de Villalmonte.
Los castellanos que no tenían nación.
1.-Asimetrías en España
Mientras España siga siendo la nación de todos los españoles y todos los territorios del estado se mantengan bajo la calificación de regiones o parte de la Nación española, no habrá problemas.
El día que el Tribunal Constitucional, TC, presionado por los nacionalistas periféricos y algún psocialista le reconozca a alguno de los trozos de España la calidad de nación distinta de la nació española, habrá creado un inmenso problema.
Si esas nuevas y pequeñas naciones los son, son naciones, dentro de España, porque España sea una nueva Nación de naciones, hay que ver qué naciones son esas que forman España.
Si ellas lo son fuera de la Nación España, entonces el TC se coloca fuera de la legalidad vigente, en grave prevaricación, y sus miembros tendrán que ser procesados.
Este segundo supuesto, no quiero ni pensar ni imaginar a donde nos llevará.
2. Referéndum: o todos o ninguno.
Suponemos que ahora el Sr. semiautista, y expertísimo economista por lo visto, presidente del gobierno de España, don José Luis Rodríguez Zapatero, de Valladolid, se dará cuenta de que jugar son eso de los referéndums es cosa peligrosa.
Cuando nadie lo quería ni pedía, el señor presidente azuzó los caballos, metió ‘el pico en la oreja’ como se suele decir, de don Artur Mas de CiU, y modificaron el Estatuto de Cataluña, votado muy poco en Cataluña y votado a favor en Cortes Españolas por senadores y diputados PSOE que manifestaban en público estar en desacuerdo con el texto, -piezas para un futuro monumento grandioso a la coherencia, que habrá que levantarles a todo ellos-, y que acabó modificando la realidad de España.
Sí de España. Porque si un mal galeno le corta, digamos, la pierna derecha a Juan López, por error y sin tener que hacerlo porque la pierna estaba bien, al final el que resulta afectado es todo el pobre Juan López (y por extensión su familia entera y sus vecinos y amigos) y no sólo la pierna derecha de Juan. El Estatut catalán afecta a todos los españoles, a toda España desde el momento que modifica sustancialmente la concepción, lo que sea, la percepción que se tenga y objetivamente a una de sus partes, hasta convertirla en nación que ha de tratar de igual a igual con el Estado, o sea con la Nación española de la Constitución de 1978. El todo negociando con una de sus partes de manera privilegiada. El principio del fin (de España).
Eso es, vamos a decirlo claro, ni más ni menos que un Estado dentro del Estado.
Ahora, unos 3.000 en el pueblo de la provincia de Barcelona, Arenys de Munt en referéndum oficioso, -no digamos charlotada para que nadie se ofenda- dicen que Cataluña tiene que ser independiente del resto de España. Y quieren hacer cientos de referendums más según ERC.
Como decía el novelista Julio A. Llamazares, cada ciudadano cada persona es una nación (“la persona es la única nación que conozco”). Vázquez Montalbán decía: ‘cada obrero un sindicato’, y ‘cada trabajador una Comisión’, de CC OO, claro) así que bien podemos decir que hay 7 Millones de Cataluñas, y que por esa regla de tres …
Vamos a ver: ¿son ellos, los 3.000 de Arenys de Munt, dueños de Cataluña?
No, claro que no. Ni siquiera llegaron al 41% o poco más del Censo de Arenys de Munt con lo que el 60% que no se tomó la molestia de ir a votar son más (y seguramente mejores catalanes) que los independentistas que esos sí votaron todos.
Pero la siembra ya está hecha. Mala siembra.
Siembra de odio, de futuras discordias y de guerra civil en Cataluña si no se para todo esto. Sí, porque eso acabaría siendo, si es que no lo paran, porque que nadie se crea que los catalanes leales a España (empezando por el altísimo Pau, verbi gracia) son menos “hombres” y menos “mujeres” que los otros. Ni lo piensen.
El futuro político y social de toda España corresponde decidirlo a todos los españoles así que ¿qué tal si en todos los municipios de España hacen un referéndum con esta Cuestión, más o menos planteada así:
Pregunta: “1. ¿Esta UD de acuerdo en que se rompa la Unidad Nacional de España y del Estado?
Pregunta: “2. Se debe perseguir a todos aquellos que pretendan romper la Unidad del Estado y el Orden Constitucional y arrebatar parte de su territorio a España, los españoles y el Estado?”
Sí. Sí, porque donde unos dicen “autodeterminación” otros le pueden decir romper la Unidad de España y su Estado. El pensador Julián Marías solía insistir mucho en el tema del ‘punto de vista’ desde el que se habla o analiza. Desde dónde. Es fundamental: desde el punto de vista de España, la ‘inocente’ presunta consulta de presunta ‘autodeterminación’ -a la que no se tiene derecho alguno-, en virtud de falsario eslogan de que “todo está permitido” en democracia, es ni más ni menos que pretender destruir la Unidad del Estado.
No todo está permitido: nadie puede ni debe ni está obligado a permitir que el vecino, o desde dentro, por ejemplo un familiar díscolo, pretendan destruir su casa o arrebatarle sus posesiones (o pretender emanciparse llevándose lo que no es suyo). España es la Casa de 44 millones de españoles y españolas. El Estado y su territorio son como a modo de sus posesiones.
La nación, el pueblo (que si es en armas es el ejército, y o sin armas es pueblo civil) tiene la obligación de dejar las cosas claras, como un buen padre o madre de familla.
Pero para que mañana no haya guerra civil en Cataluña entre catalanes separatistas y no separatistas, y para que no termine habiéndola en toda España, unos y otros, pero sobre todo el Gobierno de España -con logotipo incluido y todo- la Oposición, es decir el Congreso, el Senado, los jueces y los fiscales (lo que pienso sobre el Rey de España y Jefe de Estado, me lo reservo) tienen que parar todo este aquelarre y poner a sus responsable en su sitio. Si su sitio fuera la cárcel, en algún caso, pues en la cárcel.
Y yo confió en que aún quede Estado para hacerlo.
Y si no, lo dicho: referéndum, o ninguno o todos.
3. Coherencia
Uno de los problemas que plantea la asimetría política, tanto si es un referéndum ilegal en Arenys como si fuere una Sentencia torpe del TC, es la asimétrica asignación de competencias iguales, tanto si es en el llamado Estado de las Autonomías como si es en un hipotético Estado Federal asimétrico, inexistente en Derecho Comparado pero que los catalanistas quieren aplicar y aplican en España, e incluso en un Estado confederal asimétrico, en la práctica aplicado ya en España en algunas materias, en virtud del principio catalanista de “siempre avanzado”. Y lo ponemos así sabiendo que en cierto modo es “antinatura” decir ‘federalismo asimétrico’ entre parte iguales de un mismo Estado, y lo es ‘Confederación asimétrica’ de partes igual, y las Autonomías españolas deberían serlo, iguales aunque todas diferentes. Y además es contradictorio incluso en los términos en el tema de la reserva de competencias exclusivas –y blindadas– desde una de las partes, por ejemplo el Estatuto de Cataluña, mientras que otras partes no lo hacen y siguen radicadas en las estructuras del Estado.
Ya he planteado el problema grave teórico y conceptual de que la asimetría equivale a primar a una parte, a hacer desiguales, a conceder prebendas y privilegios. Conociendo, eso sí, que algunos sostienen que no, que esto es solamente una técnica como un “restaurante a la carta” etc.
Pero de ser así, ello tiene sus consecuencias, sus exigencias lógicas, que no se han previsto.
La parte que hace reserva de competencias (se blinda), en pura lógica política –y jurídica– debería renunciar a gobernar esas mismas competencias en las otras partes o comunidades autónomas o estados federados o confederados. Por ejemplo, los diputados y senadores de Cataluña tendrían que ausentarse del Congreso y del Senado españoles cuando se tratasen y votasen allí Temas que Cataluña tuviera asignados en exclusiva, y blindados en su Estatuto. Lo contrario supone tanto como que los catalanes gobiernan, ellos solos, sin que ni el Estado ni el resto de los españoles puedan intervenir en nada, en sus propios asuntos, en A, B, C, D, E y F asuntos/temas/competencias; pero
en cambio los catalanes gobiernan por ejemplo en La Rioja, Murcia, Cantabria, Extremadura, Ceuta, Melilla, Castilla-León y Castila-La Mancha en temas idénticos A B C D E y F, no transferidos a esas autonomías citadas.
Por la misma regla de tres, tendría que dejar de haber ministros catalanes en el Gobierno de España. No van a gobernar los catalanes desde el Consejo de Ministros parcelas no trasferidas (por ejemplo Enseñanza) a seis u ocho o diez regiones pero
que Cataluña gestiona en exclusiva desde Barcelona (y las tiene blindadas). Etc.
Otro ejemplo muy ilustrativo puede ser el siguiente: Cataluña blinda para sí todas las competencias sobre el río Ebro y sus riberas en su territorio autonómico. Pero si Aragón, La Rioja, Castilla y León y Cantabria no hacen lo mismo, los catalanes mandarán en esas partes del Ebro vía Estado central, Gobierno de España y Cortes Generales. ¡Y por cierto mandan bastante los catalanes en el resto de España ! Pero además por la misma vía no dejan de mandar sobre el Duero, Miño, Tajo, Guadalquivir, Guadiana y sus grandes afluentes.
Este grave asunto lo desarrollaré con más detenimiento. En otro lugar. Lo que ahora quiero significar es lo peligroso que resulta desarrollar o modificar la Constitución Española desde una de las 19 partes, desde una Comunidad Autónoma y lo grave que resulta un Estado Confederal asimétrico sin desarrollarlo con todas sus consecuencias inherentes. Y España anda metida en esta serie interminable de chapuzas desde 1978.
4. La nación de los castellanos
En la medida en que de forma paulatina cada vez más los españoles se vinculen con la españolidad, con su ser españoles no directamente como ciudadanos con DNI español sino como catalanes, vascos, gallegos, canarios, andaluces, baleares… y España deja de ser una nación directa, de primera instancia y de VINCULACIÓN DIRECTA CON LOS CIUDADANOS para pasar a ser una nación de territorios, (en el caso Catalán ya lo es: España-Estado ya prácticamente no está en Cataluña) compuesta de presuntas naciones, y por tanto ella misma una Nación de naciones, en la medida que dejemos alguna parte del territorio del Estado sin su definición como Nación sub-española, estamos creando injusticias, desigualdades, desequilibrios, incoherencias y absurdos. Y por esas asimetrías, se convierte a España en una”cosa” incoherente e ininteligible.
Y de rebote se logra, que no es menos grave, que España quede como una ”mini nación” de los restos, de los terrotirios que no son nación por sí mismos: (Murcia, Madrid, la Rioja, Melilla,…)
Teóricamente, este grave problema, este aparente callejón sin salida, se resuelva, mal que bien, con la Nación Castellana.
Sé perfectamente que hay grupos españoles que sostienen que ante este caos identitario español actual, lo mejor es dejar que la situación se pudra, que el Régimen que llaman “Borbónico” caiga y en todo caso acelerar su caída para luego, en un nuevo Estado, que las Autonomías sean disueltas y España se reencuentre en su unidad nacional.
Y que hay que derjales que cometan cantos más errores mejor. Análisis tipo troskista, digamos. Y maquiavélico.
No me acaba de convencer del todo. No podemos sentarnos a esperar que caiga el Régimen de las Autonomías (que por cierto voté y muchos votamos en 1978) devenidas asimétricas y además “naciones”, y no podemos ni debemos, de otra parte, trabajar contra España para conseguir aquel fin.
Prefiero aportar cosas para la reforma necesaria. Castilla es necesaria a España. Y si España es una nación de naciones, necesitamos a Castilla como nación y pueblo en el centro de España, mesetas norte y sur y Madrid por supuesto.
Habrá problemas en Santander y en Logroño como los hay en León. Con todo, pienso que el mapa de Castilla de los Concejos Comuneros de 17 provincias y 5 comunidades autónomas, es el adecuado.
Exceptuando Ceuta y Melilla, que deberán adscribirse a Andalucía o a Andalucía y Murcia, por mi ya pueden hacer la España Nación de naciones: siendo Castilla (Castila plural en su interior) una nación. Digo Castilla plural en su interior, pero Castilla, pensando en León, Santander y Logroño.
Y esto, lo podría mantener igual delante de 12 millones de castellanas y castellanos que delante del Rey que delante de los mandos del Ejército reunidos al efecto, que delante del Tribuna Consticional.
Lo que no podemos hacer es confundir naciones con lenguas, dar a unos, quitar a otros e ir trampeando mal que bien, en espera de que escampe.
Si España va a seguir siendo la Nación de todos los españoles, cuenten conmigo. Pero si en el territorio del Estado van a florecer nuevas naciones (y por tanto España deviene Nación de naciones) aunque solo sea una, dos o tres, necesitamos la Nación Castellana por imperativo lógico, de coherencia, político y jurídico. Y de dignidad. Entonces sí, entonces los castellanos ya tendrán nación: España, cierto, y si no dos naciones la Castellana y la Española superior.
De cualquier de las maneras, trabajar políticamente por Castilla es hoy un imperativo ético para todo los castellanos y las castellanas.