Borja Rojas. 3 de abril. ‘Mentiras y gordas’ no es solo un título. También es una definición. Cómo una gran mentira podría catalogarse el último producto estrella del malogrado cine español. Un par de cuerpos atractivos y jóvenes famosos son la combinación perfecta para atrapar a una masa adolescente que los seguirá como un rebaño. Pero cuidado, estas películas entrañan un gran peligro.

Drogas, alcohol y pornografía son los principales ingredientes de ‘Mentiras y gordas’. Todo ello unido a un reparto repleto de caras conocidas: Mario Casas, Ana Armas, Hugo Silva, Ana Polvorosa y Alejo Sauras. Jóvenes actores archiconocidos por su participación en series como ‘Aída’, ‘Los hombres de Paco’ o ‘El Internado’. La batuta, por decir algo, está a cargo de los directores Albacete y Menkes. Dos tipejos que además se atreven a firmar como guionistas de un escrito inexistente. La película no es más escusa para conseguir taquilla explotando los cuerpos de los jóvenes actores. ¡Que progre! Después seguro que llamarán capitalista al primer empresario que se les pase por la cara.

Ni siquiera en la fotografía los directores han decidido apostar por algo diferente. A veces falta valentía, como la necesaria para declarar que solo unos pocos jóvenes toman estas actitudes.  Promulgándolas en una sala solo conseguirán más desgraciados. Es hora de decir que son muchos los jóvenes deportistas, lectores, músicos, entusiastas…Pueden salir por las noches o no, eso una opción. Ciertamente la mayoría de ellos toman, pero en ningún caso la juerga nocturna llega a los límites propuestos en el desarrollo de la película.  En definitiva, un filme desaconsejable para los jóvenes, y sobre todo para los adolescentes más influenciables, cuyos padres deben estar atentos ante productos de esta calaña.