Estas son las miserias que la euforia secesionista catalana oculta a los ciudadanos
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Miguel Massanet Bosch. Resulta casi infantil y, por supuesto, carente del más mínimo sentido de la realidad, el énfasis que algunos periodistas catalanes ponen en defender el tema soberanista y los vanos intentos de desacreditar a aquellos que con pruebas, con informes fidedignos, con aportaciones de declaraciones de personalidades extranjeras y exhibiendo la propia legislación de la CE, demuestran fehacientemente que el paso que, insensatamente, estarían dispuestos a dar ciertos sectores de la política catalana, no sería más que un salto hacia un abismo insondable que, con toda probabilidad, daría al traste con las “ilusiones” que algunos políticos separatistas están pretendiendo inculcar a la población catalana, una situación que conduciría fatalmente a un empobrecimiento generalizado de todos aquellos residentes en Catalunya que no tuvieran la posibilidad de abandonarla antes de que, los traumáticos efectos de una utópica independencia, hubieran hecho ya mella en la economía familiar y en los pequeños negocios establecidos en el ámbito de la comunidad.
Entre los defensores a ultranza de la tesis de que se pretende “asustar” a los catalanes, para evitar que sigan en su empeño de separarse de España, tenemos a esta señora, de la Ezquerra republicana, doña Pilar Raola. Se trata de una de estas periodistas a las que lo que le pide el corazón suplanta lo que le dicta el sentido común, con lo que consigue dar la sensación de que, en ocasiones, más que hablar sobre la realidad del país, lo que hace es escribir sobre lo que le dictan sus ensoñaciones separatistas, de modo que sus artículos se pueden confundir con relatos de ciencia ficción. Para ella la posibilidad de que Catalunya quede fuera de Europa, en el caso imposible de que lograse independizarse de España, es impensable. Habla, con absoluto desconocimiento de causa, de lo que harían las multinacionales ubicadas en Catalunya (habla de miles de ellas, lo que es algo que me gustaría comprobar, salvo que se refieran a pequeñas empresas). Pues bien, señora mía, no sé si lo ha notado pero cada día son más las empresas que abandonan Catalunya para ubicarse en otros lugares de España, especialmente en la comunidad madrileña, y no le quepa la menor duda de que, si Catalunya, como dispone la legislación de la CE (no es un invento del señor Barroso o el señor Rajoy o el señor Van Rompuy , y el mismo señor Cámeron refiriéndose al caso de Escocia)
La señora Raola bromea sobre quedarse fuera de la Vía Láctea o de Eurovisión. Fuera de la Vía láctea no es probable que suceda, por mera imposibilidad física; fuera de Eurovisión, como no han concurrido nunca a este festival, ya es más probable; pero fuera del apoyo del BCE, del Banco Europeo o del FMI ya puede apostar nuestra “sagaz” reportera que sí iba a suceder. Puede que piense en esta creciente egolatría que parece que se ha apoderado de todos los separatistas, que intentan hincharse como pavos para, como hacen muchas bestias en la naturaleza, aparentar ser más grandes de lo que son, afirmando que Catalunya es el séptimo país más rico de la UE; pero lo que si le podemos asegurar que, si pierde a España y su mercado; si se ve obligada a pagar los aranceles que la legislación internacional tiene previstos para los nuevos países y si deja de recibir el apoyo del BCE, se ve obligada a pagar su deuda de más de 50.000 millones de euros; deja de recibir las subvenciones que ahora percibe de Bruselas y tiene que colocar su deuda para financiarse; cuando todos sabemos que las agencias de raiting la tienen calificada como “deuda basura”; mucho nos tememos que estas ilusiones, estos cuentos de la Lechera y esta ínfulas de grandeza pronto se convertirían en reproches, reconvenciones, lamentaciones y protestas.
Un dato que, por lo visto, le ha pasado por alto a la señora Raola, aunque lo publica La Vanguardia, medio en el que colabora.: la tasa de pobreza se ha disparado en Catalunya. Esta comunidad, que puede que sea la que mayor número de ricos tiene ( los señores Pujol: don Jordi, su esposa y sus hijos, por ejemplo) también ha resultado ser una en las que más impacto ha causado la crisis en su tasa de pobreza. FUNCAS, en sus Papeles de Economía Española afirma que, en la actualidad, el porcentaje de hogares considerados pobres ha alcanzado la tasa de un 33% una cifra que, descontando el 39’3 de Canarias, resulta ser la más alta de todo el territorio nacional. ¿Es este un síntoma de bienestar, señora Raola o más bien, si consideramos la tasa de desempleo de la autonomía en diciembre era de un 22’3%, estamos ante una situación preocupante?
Es posible que esta periodista se olvide de que, del FLA, Cataluña (entre 2012 y 1013) recibió 20.000 millones de euros y que, de los 9.000 millones que el Estado ha presupuestado para pago a proveedores, las comunidades de Valencia y Catalunya han sido los que acaparan la mayor parte. Puede que a usted le parezca que se quiere infundir miedo a los catalanes, pero la impresión generalizada es que los que están engañando, perjudicando y creando falsas expectativas al pueblo catalán son, precisamente, los que se toma a chirigota las advertencias que se les vienen haciendo. Curioso que hayan sido los empresarios catalanes los que se hayan negado a respaldar esta farsa o es que, también, ¿la señora Raola se cree conocer mejor que la CEOE los problemas de las empresas en Catalunya o los de las Pymec?
Resulta una boutade como la copa de un pino el que, en su artículo, la periodista haya sacado a relucir, a modo de ejemplo, una frase de un twuitero, del siguiente tenor: “¡Catalanes! No sufráis. Si la UE nos echa no es el fin del mundo…Sólo es el fin de la UE”! ,¡Bravo, señores, ya ha aparecido el cretino que piensa con la planta de los pies, endiosado, al que le han lavado el cerebro y repite, a su manera, lo que tanto Mas como Homs, Mas Colell, Junqueras o sus colegas vienen repitiendo, con tanta insistencia, que es posible que hasta ellos se lo hayan acabado por creer. Tamaña desfachatez, semejante perogrullada, y tal estrechez de miras hacen que, por desgracia, varios cientos de miles de ciudadanos estén convencidos de que aquí, siendo independientes, se viviría mejor; aunque fuera separada de Europa, perdiera el 60% de sus exportaciones a España y las multinacionales, debido a la presión fiscal y a la inseguridad jurídica, decidieran buscar otros emplazamientos donde instalarse.
Hoy, el Parlamente español, se ha declarado mayoritariamente en contra de este proceso separatista. No obstante, el señor Más y sus colaboradores ya han presupuestado 400 millones de euros para crear una nueva “Red de tributos de Cataluña”, con 53 oficinas. Una Hacienda pública catalana que tendrá 7.000 funcionarios y más de 200 inspectores. Para que se vayan preparando los ciudadanos a soportar, aparte del aumento de la carga fiscal, algo que ocurre cada vez con más frecuencia, una verdadera presión fiscalizadora, para que la recaudación que van a necesitar para financiar su independencia, sea recaudada. Actualmente precisan de ayuda del Estado para pagar a las farmacias, a los funcionarios, a la Seguridad Social y a los pensionistas. ¿Se imaginan ustedes una hipotética situación en la que debieran asumir ellos el pago de todas estas partidas en las que, actualmente, son deficitarios?
No señora Raola, no siga engañando a los catalanes y dígales usted, por favor, lo que en realidad sucedería si tuvieran la desgracia de que se concediera la tan cacareada independencia. Sería lo peor que les podría suceder. O así es, señores, como veo este turbio panorama independentista.