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Diario YA


 

son cosas de la oligarquía chilena, todo queda en familia

Este es Piñera, el futuro presidente de Chile

José  Díaz Nieva. El empresario Sebastián Piñera Echenique, destacado líder de la centrista Renovación Nacional será el futuro presidente de Chile. Cabe recordar que es hermano de José Piñera, que fuera ministro de Pinochet, y primo hermano de  Maria Teresa Chadwick Piñera, destacada militante socialista, casada a su vez con José Antonio Viera- Gallo, ministro de la Secretaría General de la Presidencia en el gobierno de Michelle Bachelet, (son cosas de la oligarquía chilena, todo queda en familia).

El pasado 13 de diciembre de 2009 se celebraban en  Chile unas elecciones presidenciales cuyo resultado obligaba a celebrar una segunda vuelta entre las dos candidaturas más votadas. Justamente un mes más tarde se enfrentaban  el expresidente  (y candidato de la Concertación) Eduardo Frei Ruiz - Tagle (que había ocupado la presidencia entre 1993 - 1999)  y  Piñera.  Éste último ha logrado imponerse por un 51, 61 % de los votos frente al 48,38 % de su competidor.

Es la primera vez desde que el general Augusto Pinochet (el “Tata”, para sus partidarios, que aun los tiene) dejara el poder y la primera vez en cincuenta años que la derecha logra una victoria electoral de esta naturaleza. La última fue el 4 de septiembre de 1958, cuando el independiente y tecnócrata Jorge Alessandri Rodríguez ganara a Salvador Allende Gossens, por un 31, 52% frente a un 28,91%.

La derecha chilena puede estar contenta, y celebrar su triunfo. Pero no por ello debe dejar de tener presente algunos problemas:

El primero de ellos es cómo impulsar la política gubernamental cuando sigue estando en minoría en un parlamento complejo: La  alianza entre la Concertanción y Juntos Podemos (Partido Comunista) logró un total de 57 diputados, mientras que Coalición por el Cambio,  que agrupaba a las fuerzas políticas de la derecha obtenía. 58. Esto implica que ninguna de las dos grandes coaliciones saca una mayoría significativa en un a Cámara de Diputados en la que se sienta 120 representantes.  

De los 5 diputados que se encuentran fuera de ambas alianzas, 3 elegidos por una pequeña y pintoresca alianza (que se presentaba bajo el nombre de Chile Limpio. Vote Feliz) y dos elegidos fuera de cualquier pacto como independientes, sólo uno podría llegar, a priori, a respaldar un gobierno conservador: se trata del independiente Miodrag Marinovic Solo de Zaldívar. Los otros cuatro son: Pedro Velásquez Seguel, militante del socialista Movimiento Amplio Social; Luis Lemus Aracena, exalcalde socialista de la comuna Illapel; y Alejandra Sepúlveda Orbenes y Pedro Araya Guerrero, ambos exmilitantes de la Democracia Cristiana.  

Para obtener una mayoría favorable al actual presidente será  necesario llegar a acuerdos parlamentarios, dado que en el Senado la cosa no dista mucho de ser diferentes al contar el mismo número de senadores ambos bloques.
 

Por otro lado, y aunque pueda no ser tan significativo como lo anterior, tenemos el tema de eso que se ha dado por llamar la “Memoria Histórica”.   En plena campaña electoral la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, inauguró un curioso museo “Memoria y los Derechos Humanos”, con el que se pretende recordar a las 3.195 personas desaparecidas entre el 11 de septiembre de 1973 y la llegada al poder del presidente Patricio Aylwin, y todo ello en medio de una campaña mediática sobre el supuesto asesinato de Eduardo Frei Montalva (que los amantes de esa “Memoria Histórica” no deberían olvidar   que fue uno de los responsables  y defensores de ese11 de septiembre de 1973).  

Se dice que con la elección de Sebastián Piñera la transición ha llegado a su fin; que el gobierno militar entregó el poder a sus opositores, y éstos a los antiguos partidarios de Pinochet. Pero nos olvidamos de una cosa, ¿Cómo responderá Piñera ante aquellos electores que votaron por él con la esperanza de una verdadera reconciliación nacional? ¿Cómo verán aquellos que dejaron escapar a los asesinos del senador Jaime Guzmán Errázuriz (dirigente de la derechista Unión Demócrata Independiente, asesinado en 1 de abril de 1991 por un comando terrorista de extrema izquierda) cualquier medida de Sebastián Piñera  pudiera buscar un punto de acuerdo que dé paso verdaderamente a esa reconciliación nacional?

Muchos más no se puede decir, salvo el temor que un buen amigo chileno  me transmitía hoy mismo en un correo electrónico: “Esperamos, muy probablemente, que el país prosperará económicamente, y en el orden de los valores habrá un equilibrio político: aborto no, píldora del día después, sí; matrimonio homosexual no, unión civil económica, sí… Y así sucesivamente”. Son las cosas de lo políticamente correcto.