Miguel Massanet Bosch
“La oportunidad se presenta tarde y se marcha pronto”. Publilio Siro, el escritor romano del siglo I a.C., fue el que nos dejó para la posteridad esta sentencia que suscribimos sin ninguna reserva ya que no hace más que constatar un hecho de sobras conocido. Seguramente por ello, el PSOE en pleno, como si se les hubiera puesto un cohete en salva sea la parte, ha aprovechado la ocasión de la declaración de ETA, referente a su renuncia a “la lucha armada”, para intentar sacar el máximo provecho de ella y, con ello, intentar darle un soplo de aire a la campaña del señor Rubalcaba que, por muy extraño que les pueda parecer a quienes lo escogieron como candidato, no acaba de cuajar en cuanto a mejorar sus perspectivas electorales, desalentando a aquellos que esperaban más “gancho” de semejante personaje.
Era imposible prever que, de una simple declaración de una banda que apenas cuenta con recursos para seguir en su carrera de asesinatos, –que estaba ahogada por la policía y que veían que el Estado de Derecho iba restándoles posibilidades de seguir luchando por una causa que tenían de antemano perdida aunque, eso sí, consiguieron llevar el dolor y la desesperación a todas aquellas familias a las que consiguieron arrebatarles a un deudo o a un amigo por medio del expeditivo método del tiro en la nuca o el atentado con bombas – se le sacara tanto jugo. El juego que intenta llevar a cabo el PSOE de tan burdo que resulta infantil, no obstante, entre determinado sector de la sociedad española (y al decir española incluyo al País Vasco y Catalunya) haya conseguido causar una cierta mella aunque, evidentemente, no la misma que si, esta misma declaración, hubiera tenido lugar hace años. Lo que puede suceder es que, el señor Rubalcaba y sus satélites, no hayan tenido en cuenta que, la preocupación por el terrorismo en España, según unas recientes encuestas, no pasa del 3’3% de los consultados cuando, si hablamos de la cuestión económica, nos remontamos a porcentajes que superan al 85%.
Lo que sí ha quedado evidenciado es que, entre el sector socialista, fuere por propio convencimiento o fuere por la urgente necesidad de animar la campaña con algún suceso que sea capaz de despertar a este electorado, que no parece que se les muestre propicio; el caso es que parece que se ha levantado, entre ellos, una verdadera competición para allanarles el camino a los etarras, como si se les quisiera tender un puente de plata, para que se animaran a “mostrase generosos” con la sociedad española y aceptasen todas la bicocas que se les ofertan, incluso la de olvidarse de los 300 crímenes que la banda tiene pendientes de ser reprimidos por los tribunales de justicia. Si el señor Patxi López, el lehendakari, ya se ha apresurado a preparar una comisión ad hoc “para reinsertar a los etarras huidos” ¡Pobrecillos ellos, tener que ocultarse para que no los pillara la policía!, pero, ¡ojo a la jugada!, todos ellos con el riñón bien forrado gracias a las remunerativas campañas de ETA para recaudar el impuesto revolucionario de los empresarios vascos. No ha quedado atrás el señor ministro de Justicia, en funciones, señor Caamaño, para quien el hecho de que ETA haya decidido acabar de matar, aunque no se disuelva, ni se someta a la justicia ni pida perdón a las víctimas; por lo visto, le parece algo sin importancia; cuando se ha apresurado a decir “Ahora es el inicio de un nuevo clima en las prisiones” ¿Un nuevo clima?
Seguramente se refiere este peculiar ministro, a que, a su criterio, habrá que “analizar la política penitenciaria de los presos etarras”. Podríamos preguntarle: ¿todavía más, señor ministro? O ¿no es cierto de que el trato que reciben estos señores abertzales, en las cárceles, nunca ha tenido nada que ver con el del resto de los reclusos por crímenes comunes? Unos señores con los más repugnantes actos delictivos sobre sus conciencias, son los “privilegiados” del sistema penitenciario español y, si no me creen, vean ustedes la forma “exquisita” con la que se le trató al señor De Juana Chaos al que, aparte de permitir que se le trajera la comida de fuera, se le autorizó a yacer en su propia celda con su supuesta “compañera”. Luego, claro, a la primera ocasión que tuvo, abusando de la confianza de sus teóricos vigilantes de su libertad condicional, se dio el “piro” y se refugió en los brazos de este señor irlandés, Jerry Adams, que acudió a enseñarnos, en San Sebastián, como debemos solucionar en España el problema vasco.
Mientras, en este doble juego que se traen los socialistas, el señor Rubalcaba jura y perjura que no habrá trato de favor con los etarras; sus compañeros de partido, como el aludido señor Caamaño ya están hablando de que no se recurrirá a la nueva formación política “Amayur” con la que ETA se va a presentar a los próximos comicios por, según el ministro, “los datos de la policía no aportan indicios para impugnar estas listas” ¡Y, el tío, se queda tan Pancho! ¿Qué pasó con los datos de la policía y la Guardia Civil sobre Bildu que, el TC, se los pasó por el Arco del Triunfo, permitiendo que acudiera a las elecciones del 20M? Usted como su antecesor el señor Bermejo, son de los que opinan que las leyes se han de aplicar según le convenga a los intereses del PSOE o gubernamentales y, para ustedes, tampoco la propia Constitución se salva de ser puenteada cuando les interesa o conviene hacerlo. Bueno, si basta para medir su grado de sectarismo, escucharle decir que, el señor Otegui, hoy en prisión, sigue siendo un verdadero “hombre de paz” seguramente manteniendo la máxima de que “el fin justifica los medios”.
Si ya se sabe que, todos estos cocineros vascos, estos señores a los que se les “rinde culto” y se los considera como figuras “excelsas” e intocables; siempre han tenido a flor de piel su vena nacionalista y, en más de una ocasión incluso se los tuvo en el punto de mira por una posible aportación económica a los entornos etarras; hoy hemos sabido que, uno de ellos, el señor José Andrés, felizmente instalado en los EE.UU., lejos de bombas y asesinatos, también se ha mostrado dispuesto a albergar en sus establecimientos de hostelería a los “etarras arrepentidos y que pidan perdón”. No parece que le preocupe si han purgado por sus crímenes o la carga de crímenes que pesa sobre ellos. Está dispuesto a acoger a quienes quieran ir a trabajar con él en los EE.UU. ¡Lástima, señor Andrés, que cuando estuvo usted en TV no hubiera aprovechado para llevárselos a todos, quizá muchas vidas se hubieran podido salvar!
¿Y de las víctimas qué?, ¿qué va a pasar con los padres, madres, abuelos y compañeros de los asesinado por la banda? Parece que nadie se acuerda de ellos, no es conveniente que se los mencione para no alterar las conciencias de aquellos que prefieren olvidarse de ellos para, ¡pelillos a la mar!, utilizar la solución más fácil, ¿Por qué pasar por el trámite de obligar a los etarras a entrar en la cárcel para cumplir sus condenas íntegras, como manda la ley? Qué hay víctimas que reclaman justicia pues ¡qué reclamen!, pero “no vamos a permitir que ello nos priven de arreglar lo de Euskadi y prepararlo para que, Bildu o Amayur, se hagan fuertes, reclamen la independencia y además, consigan mayoría parlamentaria y los tengamos sentados en el Parlamento español”. Entonces se podrán reír, impunemente, de aquellos a los que asesinaron vilmente. ¡Tendrán poca vergüenza! Sólo nos queda que, el Finantial Times, le pida a Rajoy que se prepare para indultar a los presos de ETA. O estamos locos o hemos perdido el sentido común o somos un atajo de descastados. Esto es, señores, mi opinión respecto.