Redacción Madrid. 30 de octubre.
Un coche bomba ha hecho explosión a las 11.00 horas de esta mañana en el aparcamiento del edificio central de la Universidad de Navarra. La explosión y la columna de humo se han podido ver y escuchar en prácticamente toda Pamplona. El número de heridos tras la explosión de un coche bomba en la Universidad de Navarra se ha elevado a 17, y todos ellos son de carácter leve, informaron fuentes del Gobierno de Navarra.
En la Clínica Universitaria han sido atendidas 15 personas, mientras que en el Hospital de Navarra hay ingresada una persona y en el Hospital Virgen del Camino otra.
Según los primeros testimonios hay abundantes daños materiales en los coches aparcados en la zona y en los edificios cercanos.
Un comunicante que dijo hablar "en nombre de ETA" alertó a las nueve menos siete minutos de la mañana a la DYA de Alava de que un coche iba a estallar en el Campus de la Universidad de Navarra una hora más tarde.
Según informaron a Europa Press fuentes de la asociación de ayuda en carretera, la llamada telefónica fue realizada por un varón que, en castellano, se limitó a identificarse como miembro de ETA, y a advertir de la colocación del automóvil con el artefacto, sin precisar el lugar en el que se encontraba estacionado.
No es la primera vez que ETA atenta en la Universidad de Navarra. El 24 de mayo de 2002 otro coche bomba cargado con 20 kilos de explosivo estalló en el mismo lugar provocando graves daños materiales, en el aparcamiento, varias aulas y la cafetería del Edificio Central del campus navarro. En aquella ocasión no hubo ningún herido grave y tres personas resultaron heridas leves, la madre del conserje y dos policías.
ETA también golpeó al Opus Dei el 26 de Junio del año 1979, en plena Transición, colocando un carrito de bebé con diez kilos del explosivo plástico Goma-2 en el Santuario de Torreciudad, en el Pirineo oscense. El Santuario, regentado por la Prelatura, tiene en los sótanos una nave con varios confesionarios, y fue el lugar elegido por los terroristas para la colocación de la bomba. La intención de derrumbar el Santuario de Torreciudad fue inequívoca, demostrando una vez más la cristofobia de los asesinos y su odio hacia el Opus Dei en particular.