Europa, con los ojos puestos en París
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Redacción Madrid. 12 de octubre. Los jefes de Estado y de Gobierno de los quince países de la eurozona celebrarán hoy una cumbre extraordinaria en París con el objetivo de "definir un plan de acción conjunto" para hacer frente a la actual crisis financiera. En el encuentro participarán además el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet.
El plan que se adopte en la cumbre de la eurozona, en la que participará el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se inspirará muy probablemente en el paquete de medidas aprobado esta semana por Reino Unido para salvar a su sistema bancario, y que ha sido elogiado tanto por la Comisión como por la presidencia francesa de la UE.
La iniciativa británica consiste por un lado en capitalizar los bancos (a lo que se dedicarán 50.000 millones de libras de fondos públicos) y, por el otro, en garantizar los préstamos interbancarios con hasta 250.000 millones de libras para reactivar este mercado, que en la actualidad está seco. La ministra francesa de Finanzas y presidenta de turno del Ecofin, Christine Lagarde, dijo en una entrevista a France Info que el plan británico es "una de las pistas" que se está sopesando de cara a la cumbre del Eurogrupo.
En la entrevista, Lagarde explicó que espera que la reunión de los Quince sirva para "abrir nuevas vías y aportar clarificaciones" y aseguró que de ella saldrán "nuevas propuestas". La ministra de Finanzas consideró "muy probable" que los líderes europeos acuerden capitalizar los bancos con dinero público porque las entidades comunitarias están "subcapitalizadas".
"Hemos visto a Reino Unido, que está fuera de la zona euro, hacer proposiciones en este sentido y movilizar 25.000 millones de libras en un primer momento para participar en la recapitalización de los bancos ingleses. Vamos a ver lo que pasa en la zona euro, pero supongo que es una de las pistas", explicó. Sin embargo, destacó que, por el momento, el Estado francés no tiene previsto entrar en los bancos del país porque se encuentran entre los más capitalizados de la UE.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, indicó este sábado que su Gobierno podría inyectar capital en los bancos germanos para responder a la crisis financiera. "La cuestión es aportar a los bancos el capital suficiente y no descarto que tengan lugar estas inyecciones", declaró Merkel en una rueda de prensa en la localidad de Colombey-les-Deux-Eglises con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, con quien se reunió para preparar la cumbre del Eurogrupo.
Según desveló el periódico alemán 'Die Welt', el Gobierno alemán trabaja ya en un plan similar al británico que estaría dotado con 10.000 millones de euros para recapitalizar las entidades financieras y 100.000 millones para garantizar los préstamos interbancarios.
Sarkozy no quiso avanzar ningún detalle del plan que discutirán los líderes de los Quince. "Sabemos lo que queremos lograr y cómo queremos conseguirlo, pero primero queremos coordinarnos con todos los países de la eurozona y luego con todos los países de Europa", explicó el presidente francés, que desveló que tiene previsto reunirse con el primer ministro británico, Gordon Brown, antes de que empiece la reunión del Eurogrupo.
El rotativo francés 'Le Figaro' aseguró citando a una fuente gubernamental que los Quince decidirán, por una parte, recapitalizar masivamente su bancos y, por otra, garantizar sus deudas. La compra de activos de los bancos, tal y como prevé el plan aprobado por el Gobierno español, que dedicará a ello hasta 50.000 millones de euros, tampoco se descarta, según el periódico.
La convocatoria de la cumbre extraordinaria del Eurogrupo fue decidida por Sarkozy a última hora del viernes tras una semana de desplome de las bolsas europeas y mundiales sin precedentes desde la crisis de los años 30. La reunión se la había propuesto esa misma tarde durante una entrevista en El Elíseo el jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, para articular una acción "coordinada y fuerte" de los países del euro frente a la crisis.
Ninguna de las iniciativas adoptadas hasta ahora por los Estados miembros de la UE ha servido para frenar la caída en picado de las bolsas. Sarkozy ya convocó la semana pasada a los líderes de los países europeos del G-8 --Francia, Italia, Reino Unido y Alemania-- que se comprometieron a no dejar quebrar a ningún banco europeo. El pasado martes, los ministros de Economía de la UE acordaron elevar de 20.000 a 50.000 la garantía mínima de los depósitos de los ahorradores en caso de quiebra de una entidad, aunque la mayoría de países, entre ellos España, acordaron subir esta cifra a 100.000.
Los Veintisiete pactaron además una serie de principios comunes para salvar a las entidades financieras. El primero de ellos consiste en garantizar que cualquier intervención se realice "a tiempo" y tenga carácter temporal. Los Estados miembros deberán tener en cuenta siempre los intereses de los contribuyentes y garantizar que sean los accionistas los que carguen con las consecuencias del rescate.
Los Gobiernos deberán poder cambiar a los directivos de un banco intervenido y actuar para evitar que estos ejecutivos salgan de la entidad rescatada con "beneficios indebidos", es decir, con indemnizaciones demasiado altas. Finalmente, los ministros de Economía coinciden en que deben protegerse los "intereses legítimos" de los competidores de los bancos intervenidos y deben evitarse "efectos negativos de contagio".
Los Veintisiete destacaron además que debe "evitarse cualquier distorsión de trato entre los bancos estadounidenses y europeos debida a diferencias en la aplicación en las normas contables". Por ello reclamaron que se siga el ejemplo norteamericano y se cambien las reglas que obligan a tener en cuenta en cada momento la depreciación de los activos. Esta cuestión debe resolverse a finales de mes para que las nuevas reglas puedan aplicarse ya durante el tercer trimestre.
El acuerdo del Ecofin no sirvió para frenar el desplome bursátil. Tampoco tuvo efecto la actuación coordinada decidida el miércoles por el Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal de Estados Unidos y otros cuatro bancos centrales para recortar en medio punto los tipos de interés. El precio del dinero en la eurozona queda así en el 3,75% y en EEUU en el 1,5%.