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Diario YA


 

Sin embargo, también se enfrenta a duros desafíos

Excepcional incremento de la Iglesia en Africa

El crecimiento está siendo excepcional de la Iglesia en Àfrica. En las últimas décadas (incluyendo los años posteriores a la Primera Asamblea Especial para Àfrica), se ha hecho habitual hablar del crecimiento excepcional de la Iglesia en este continente con el ascenso de miembros africanos de congregaciones misioneras a posiciones de poder y liderazgo; la búsqueda de autosuficiencia por parte de las iglesias locales; un crecimiento visible de las estructuras e instituciones eclesiásticas. Sin embargo, la Iglesia en África también se enfrenta a duros desafíos:

- Cuando se habla de una Iglesia próspera en África, se olvida mencionar que es casi inexistente en grandes áreas al norte del ecuador. El crecimiento excepcional de la Iglesia en África se encuentra principalmente en el sur del Sahara.

- La fidelidad y el compromiso de algunos religiosos y miembros del clero en su vocación (...)

- La pérdida de miembros que pasan a nuevos movimientos religiosos y sectas. Los jóvenes católicos viajan al extranjero (Europa y América) y regresan no católicos, debido a que no se sintieron a gusto en las Iglesias de esos países.

Datos sociales

(...) En 1963, en una reunión de la Organización para la Unidad Africana (OUA), los líderes africanos decidieron conservar un vestigio del gobierno colonial, manteniendo las fronteras coloniales y la descripción de los estados, a pesar de su carácter artificial. Sin embargo, a esta decisión no le siguió el correspondiente desarrollo del sentimiento nacionalista en el que la diversidad étnica es un enriquecimiento mutuo, y ensalza el bien común nacional por encima de los intereses étnicos. Por consiguiente, la diversidad étnica sigue siendo un hervidero de conflictos y tensiones, que incluso mina el sentimiento de pertenencia común a la Iglesia-Familia de Dios".

"La esclavitud y la esclavización, que el mundo árabe llevó primero a la costa oriental de África, y que los europeos, con la colaboración de los propios africanos, en el siglo XIV incrementaron y extendieron por todo el continente, llevaron a un movimiento migratorio forzado de africanos. En nuestros días, las migraciones voluntarias de hijos e hijas de África hacia Europa, América y Extremo Oriente por distintas razones, les sitúa en una condición servil que exige nuestra atención y nuestro cuidado pastoral".

(...) El periodo que siguió a la I Asamblea Especial para África, es decir, el alba del Tercer Milenio, parece haber coincidido con un deseo emergente en el continente por parte de los mismos líderes africanos de un "renacimiento africano". (...) Los líderes políticos africanos parecen determinados a cambiar la cara de la administración política en el continente; y han encabezado una autovaloración crítica de África, que ha identificado la pobreza y el mal gobierno en el continente como las causas de la pobreza y los sufrimientos de Àfrica. Por consiguiente, han preparado el camino del buen gobierno y de la formación de la clase política, capaz de recoger lo mejor de las tradiciones ancestrales de Àfrica e integrarlo con los principios de gobierno de las sociedades modernas. Han adoptado un marco estratégico (NEPAD) para orientar las decisiones y guiar la renovación de Àfrica mediante un liderazgo político transparente".

"La relación radical entre gobierno y economía es clara; demuestra que un mal gobierno conlleva una mala economía. Esto explica la paradoja de la pobreza de un continente que sin duda es uno de los mejores dotados del mundo. La consecuencia de esta Aecuación gobierno-economía@ es que casi ningún país africano logra cumplir con sus obligaciones presupuestarias, es decir, con los programas financieros nacionales planificados, sin recurrir a ayudas del exterior en forma de obligaciones o préstamos. El hecho de asegurar continuamente los presupuestos nacionales recurriendo a préstamos contribuye a inflar una deuda nacional ya agobiante. La Iglesia universal, junto con la africana, ha lanzado una campaña para eliminarla durante el año del Gran Jubileo".

"Existen algunos fenómenos globales e iniciativas internacionales, cuyo impacto sobre la sociedad africana y algunas de sus estructuras hay que evaluar, ya que además plantean nuevos retos para la Iglesia. Mientras que la importancia cada vez mayor que se da al lugar y al papel que tienen las mujeres en la sociedad representa un feliz desarrollo, el surgimiento global de estilos de vida, valores, actitudes, asociaciones, etc., que desestabilizan la sociedad, son motivos de inquietud. Estos atacan los puntales básicos de la sociedad (matrimonio y familia), reducen su capital humano (migraciones, tráfico de drogas, tráfico de armas) y amenazan la vida del planeta".

"Si bien el continente y la Iglesia todavía no han salido de las dificultades, pueden alegrarse modestamente por sus éxitos y resultados positivos, y empezar a renunciar a las estereotipadas generalizaciones sobre sus conflictos, hambruna, corrupción y mal gobierno. Los cuarenta y ocho países de la zona sub sahariana presentan grandes diferencias por lo que se refiere a la situación de sus iglesias, sus gobiernos y su vida socio-económica. De estas cuarenta y ocho naciones sólo cuatro (Somalia, Sudán, Níger y partes de la República Democrática del Congo) están en guerra actualmente; y al menos dos de ellas a causa de interferencias extranjeras: la República Democrática del Congo y Sudán. Cabe decir que hay menos guerras en África que en Asia. Es cada vez más frecuente que los mercenarios y los criminales de guerra sean denunciados, procesados y perseguidos".

"La verdad es que África ha sido acusada durante demasiado tiempo por los medios de comunicación de todo lo que para la humanidad es repugnante; ha llegado el momento de Acambiar de marcha@, y de decir la verdad sobre África con amor, impulsando el desarrollo del continente que llevará al bienestar de todo el mundo. (Los países del G8 y los países del mundo tienen que amar a Àfrica en la verdad! Si bien generalmente se considera que ocupa el décimo puesto del ranking de la economía mundial, Àfrica representa el segundo mercado mundial emergente después de China. Por esta razón, es el continente de las oportunidades, como la ha definido la cumbre del G8 que acaba de concluir. Es preciso que esto también valga para los pueblos del continente. Se espera que el compromiso en favor de la reconciliación, la justicia y la paz, especialmente de los cristianos por sus raíces en el amor y la misericordia, restablezca la unidad de la Iglesia-Familia de Dios en el continente y que ésta, como sal de la tierra y luz del mundo, cure a los corazones humanos heridos, último refugio para las causas de todo lo que desestabiliza al continente africano". De este modo, el continente y sus islas comprenderán las oportunidades y los dones que Dios les ha dado".