Durante todas y cada una de las oleadas de la pandemia del covid-19, el Grupo FARMAQUIVIR, líder nacional y operador internacional en la producción de mascarillas españolas FFP2 con calidad farmacéutica, ha alertado de la importancia y necesidad de protegerse con material sanitario que cumpliese los más altos estándares de control.

No sólo porque la población podría quedar, en caso contrario, en situación de vulnerabilidad y desprotección frente al coronavirus, expuesta a la enfermedad, sino porque ese material (en gran medida de origen asiático) pretendidamente usado para protegerse, podría convertirse en tóxico, nocivo para su propia salud.

Por consiguiente, el comunicado que sigue, relativo a las FFP2, tiene como destinatario al conjunto de los ciudadanos pero, muy especialmente, a aquellas administraciones que de manera enteramente irresponsable, y con ausencia de criterio técnico, han aprovisionado mascarillas de origen chino o similar, jugando al precio y marginando lo más relevante ante un drama como el que padecemos: la protección de un país entero que ha sufrido la muerte de decenas de miles de personas y el contagio de centenares de miles, con el padecimiento que ha acarreado a tantas y tantas familias.

COMUNICADO

En respuesta a las recientes publicaciones referentes a la utilización del grafeno en mascarillas FFP2 y la posible toxicidad que este material puede provocar al ser inhalado. Desde la empresa FARMAQUIVIR, S.L., fabricante de mascarillas FFP2 NR declaramos que en ninguno de nuestros productos utilizamos este componente.

Nuestro modelo SVQ20-M003 que incorpora en su conformación interna una capa de tejido no tejido tratada con carbono activo, el cual le confiere una serie de propiedades ventajosas sobre otras mascarillas, como por ejemplo la absorción de olores y de humedad y mayor confortabilidad, nada tiene que ver con el grafeno más allá de que ambos contienen carbono.
El grafeno es un material ultra laminado y de carbono puro, cuyo tamaño y forma reticular podrían ser los causantes de su efecto nocivo sobre los tejidos humanos. Es empleado para conferir propiedades de resistencia y conductividad térmica y eléctrica.
Mientras que el carbono activo es un material que no ha requerido procesamiento en su obtención y por tanto se trata de carbón natural activado mediante una fuente térmica (calor) y mantiene su estructura, morfología y tamaño de partícula natural, lo que le hace completamente inocuo, utilizándose profusamente en variados tejidos y composiciones para la filtración, estando presente en la mayoría de los filtros de aire acondicionado, llegando incluso a presentarse en forma de complemento alimenticio.

Arturo Molina,
Director del Departamento Técnico del Grupo FARMAQUIVIR