Fiebre del jueves noche
David Martín. 14 de febrero.
La versión española del programa americano “Saturday Night Live”, que lleva más de treinta años emitiéndose con gran éxito en Estados Unidos y que ahora llega de la mano de Cuatro a nuestro país, es... Una versión. Ni mejor ni peor, simplemente distinta y por lo visto muy distinta. El espacio combina escenas cómicas, monólogos y una actuación musical, y su objetivo es el de hacer reír al espectador. Desconozco las carcajadas que provoca el original a los americanos, pero a mí, la copia ibérica, desde luego que no me provocó ninguna. Si acaso una leve sonrisa y eso que emitir un programa titulado “Saturday Night...” en la noche de los jueves ya suena a broma.
Cada semana acude un invitado al programa. Primero fue Antonio Resines, y este jueves, gracias a Dios, Paco León, que ha vuelto a demostrar que como cómico no tiene precio y, a pesar de las situaciones tan simples como absurdas que tuvo que protagonizar, fue, junto a Yolanda Ramos, lo mejor de la noche y que conste que su monologo inicial sobre el amor quedó algo plomizo y demasiado exagerado. El resto del elenco de actores-humoristas, con Eva Hache a la cabeza, pasaron casi desapercibidos y Edu Soto (el neng) o Gorka Otxoa (“Vaya semanita” de la TV vasca) han realizado mejores trabajos y, lo más importante, han hecho más gracia. Si con un programa de humor no te ríes mal vamos. Claro que lo mismo en la noche del jueves el cansancio laboral hace mella y uno no está para gracias simples. ¿Noche de jueves?, pero... ¿Esto no era “Saturday... ”?
Por el plató televisivo aparecieron también, a modo de invitados de postín, Olivia Molina, Paula Echeverría y el mismísimo Ramón García. Sí, el de la capa; sí, hombre, el de las campanadas de la Puerta del Sol cada 31 de diciembre... Invitar a “Ramontxu” para protagonizar una escena cómica, sketch que dirían en América, basada en un concurso de televisión en el que él hace de presentador es tan ingenioso como si en el formato original invitan a Silvester Stallone para que haga de “Rambo” y diga la celebre frase de las piernas. Menos mal que el vasco compartía protagonismo con Yolanda Ramos y Paco León, quienes pusieron la pimienta necesaria para que la escena no fuera un muermo.
Hay que agradecer tres cosas al nuevo espacio de Cuatro: la más importante es que, salvo alguna que otra acción grabada, el programa es en directo, lo que permite que alguno de los protagonistas de la escena no pueda aguantar la risa ante la ridícula situación que representa, y tenga que improvisar de tal manera, que la nueva escena es mucho más divertida que la inicial. Manu Carreño se vio en ese aprieto mientras entrevistaba a un equipo de natación sincronizada masculino. Eso sí, el emitir las cosas en el momento en que suceden puede tener consecuencias como la que le ocurrió a Manolo García, el cantante invitado esta semana, a quien durante la mitad de su actuación se le pudo oír cantar igual que si estuviera dentro de una vasija. Problemas del directo; en segundo lugar hay que reconocer que el espacio tiene ritmo. Las actuaciones son cortas y se suceden con celeridad por lo que si una no gusta, en un par de minutos el espectador ya puede ver la siguiente y no le da tiempo a usar el mando a distancia. El problema llega cuando la siguiente tampoco agrada, y uno se va y ya no vuelve; y finalmente hay que dar gracias tambien a que su duración no supera la hora. Si lo bueno si es breve es dos veces bueno, imagínense cómo será lo que es regular.
Nos ha llegado un programa que puede servir para pasar el rato si no hay nada mejor que ver. Un espacio de humor que tiene muchas cosas buenas, pero poca gracia. Una americanada convertida en celtibérica con matices. ¿Se imaginan que la película protagonizada por Jhon Travolta y la canción de los Bee Gees se hubieran versionado aquí bajo el titulo de “Fiebre del jueves noche”? Será lo mismo, pero no es igual.