Francisco Silvela
El protagonista del día es Francisco Silvela, que nació el 15 de diciembre de 1843. Lo fue todo en política: diputado, ministro de la Gobernación, de Gracia y Justicia, de Estado y hasta de Marina. Presidió el Consejo de Ministros tanto durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena, como durante el reinado de Alfonso XIII. En la Restauración fue el número dos del partido conservador, mientras vivió Cánovas, y el número uno tras su muerte.
Dicen que en la Restauración el cauce del río político se serena… Se acabaron las aguas rápidas, de cuando los liberales románticos del reinado de Isabel II tenían ideales políticos y hasta daban la vida por ellos. Cierto que en la estabilidad de la Restauración las aguas del río político no se mueven, y por eso pueden corromperse. Cánovas y Sagasta inventaron el turismo: quítate tú, que me pongo yo, para después quitarme yo para que te pongas tú…
Ayer como hoy, dentro del sistema no pasaba nada. Se perdió Cuba y no se le encontraban las señales vitales a lo que los cursis llaman el cuerpo social. Y entonces Silvela, escribió su famoso artículo, titulado “Sin pulso”, cuyas primeras líneas son las siguientes:
“Varones Ilustres, ¿hasta cuándo seréis de corazón duro?
¿Por qué amáis la vanidad y vais tras la mentira?." (Isaías. Salmo IV )
Quisiéramos oír esas o parecidas palabras brotando de los labios del pueblo; pero no se oye nada: no se percibe agitación en los espíritus, ni movimiento en las gentes.
Los doctores de la política y los facultativos de cabecera estudiarán, sin duda, el mal: discurrirán sobre sus orígenes, su clasificación y sus remedios; pero el más ajeno a la ciencia que preste alguna atención a asuntos públicos observa este singular estado de España: dondequiera que se ponga el tacto, no se encuentra el pulso”.
España estaba muerta, pero la economía con sus más y sus menos, y hasta con sus crisis, les tenía antes y nos tiene ahora anestesiados.