Redacción Madrid. 17 de marzo.

Josef Fritzl, el hombre que encerró a su hija en un sótano de Amstetten durante 24 años y que engendró siete hijos con ella, se declaró este lunes culpable de violación e incesto, pero negó los cargos de esclavitud y asesinato de uno de los bebés.

Fritzl hizo su declaración poco después de comenzar el juicio en la localidad de St. Polten, al occidente de Viena. El acusado entró cubriéndose el rostro con una carpeta azul y bajo estrictas medidas de seguridad. Fritzl no quería que el mundo viera su cara y tomó asiento en la sala todavía sosteniendo la carpeta en alto.

Cuando entraba al tribunal, los periodistas que estaban esperándole trataron de arrancarle algunas palabras, preguntándole si esperaba un juicio justo. Fritzl no pronunció palabra.

El proceso contra el conocido como "monstruo de Amstetten" ha sido denominado como "el juicio del siglo" y ha atraído el interés de los medios locales y extranjeros. Fritzl se enfrenta los cargos de incesto, violación, coacción, esclavitud, privación de libertad y asesinato. La acusación de asesinato se refiere a la muerte de un bebé mellizo que falleció en el sótano poco después de nacer y al que quemó en un horno tras su muerte. Los fiscales sostienen que la criatura hubiera sobrevivido de haber recibido atención médica.

Si se le encuentra culpable de este cargo, Fritzl se enfrentaría a cadena perpetua. Sin embargo, algunos peritos legales aseguran que es difícil que la fiscalía consiga una condena por asesinato debido a que el paso del tiempo ha borrado cualquier evidencia concreta. Según la policía, Fritzl incineró el cadáver de la criatura.

También se cuestiona el cargo de esclavitud - el primero en Austria- debido a que su definición legal se relaciona más bien con la explotación en el trabajo.

A PUERTA CERRADA

Todo el desarrollo del juicio se celebrará a puerta cerrada, sin la presencia de la prensa o el público, para proteger la privacidad de la familia. Las pruebas incluyen horas de testimonio grabado por la hija. Los detalles del proceso serán luego distribuidos a la prensa cada día por la tarde. Se espera que el juicio dure apenas una semana y que el jurado de ocho personas emita su veredicto el viernes.

En una entrevista reciente, el abogado de Frizl, Rudolf Mayer, señaló que su defendido amaba a su hija, Elizabeth, "a su manera", es decir, de acuerdo con los dictados de las duras experiencias de la propia niñez de Frizl, que no eran otros que el uso del poder y la coerción.

Los mismos fiscales aceptan que en Frizl hay un "altísimo grado de anomalía intelectual y emocional", por lo que su más que probable condena, al término de los cinco días del juicio, la tendrá que cumplir en alguna instalación siquiátrica especial, para que pueda ser ayudado sicológicamente.

Las víctimas del "monstruo de Amstetten" comenzaron a recuperarse en un hospital psiquiátrico y hoy gozan de una nueva identidad y residen en un lugar sin precisar, para preservar su intimidad.