Frutos de la inegeniería social
Jesús Martínez Madrid
“Se acelera la degradación de la familia: cada cuatro minutos se rompe un matrimonio en España” decía el titular de una nota de prensa emitida por el Instituto de Política Familiar (IPF).
Cada cuatro minutos, seguía la nota, se rompe una pareja en España, o al menos, así ha sido durante los primeros seis meses de este año, cuando se produjeron un total de 67.365 rupturas (un 4,7% más que en 2009), de las que el 93,4% fueron divorcios. Según los datos del Consejo General del Poder Judicial, fruto de divorcio exprés aprobado por el Parlamento a propuesta del Gobierno.
Para el presidente del IPF, Eduardo Hertfelder, las cifras revelan que “se está consolidando el crecimiento de la ruptura familiar a pesar del descenso en el número de matrimonios y a pesar de la crisis económica”, en clara contradicción de los datos que se han dado referentes a que con la crisis se han roto menos matrimonios, ya que en comparación con el primer semestre del año pasado, el volumen de parejas deshechas se ha incrementado. No cabe duda que estos son parte de los frutos de la ingeniería social zapateril.