Redacción. Una turba compuesta por cerca de 600 fundamentalistas islámicos atacó hace unos días la iglesia de San Francisco, la más antigua de la Arquidiócesis de Karachi (Pakistán) y por espacio de una hora asolaron todo lo que se encontraban a su paso mientras vociferaban consignas anti-cristianas, según relata uno de los sacerdotes que presenciaron los hechos.
Fides ha informado que los fundamentalistas arrasaron con el patio, pero no lograron derribar la puerta principal del templo. Los dos monjes franciscanos que viven allí, el P. Victor Mohan y el P. Albert Jamil; así como las religiosas que prestan servicio temen nuevos ataques, “pero confían en la Providencia de Dios".
"El P. Víctor acababa de celebrar una boda, cuando oyó ruidos y gritos desde el recinto de la iglesia. Inmediatamente todos los fieles, mujeres y niños fueron puestos al seguro, en la casa parroquial. Los radicales, gritando consignas anti-cristianas, irrumpieron dentro del recinto devastando todo: coches, motos, jarrones de flores. Rompieron una capillita y se llevaron la estatua de la Virgen. Trataron de forzar la puerta de la iglesia, lanzando piedras y destruyendo las ventanas”, relató un sacerdote.
Días después el Arzobispo de Karachi, Mons. Joseph Coutts, encabezó una marcha pacífica con cientos de sacerdotes, religiosas, laicos, miembros de la Comisión "Justicia y Paz" y de activistas de los derechos humanos, solicitando una mayor protección para la comunidad y respeto para una convivencia pacífica y armónica entre todas las religiones.
"La iglesia de San Francisco siempre ha servido a los pobres a través de una escuela y una clínica médica dirigida por las hermanas. Durante casi 80 años cumple un humilde servicio a la humanidad, sin distinción de casta, etnia o religión.