Redacción Madrid. 20 de agosto.

Las nadadoras Gemma Mengual y Andrea Fuentes conquistaron una plata histórica, la primera de la sincronizada española, en la modalidad de dúo en la que sólo fueron superadas por las rusas Anastasia Davydova y Anastasia Ermakova.

   Las pupilas de Anna Tarrés brillaron con su rutina libre y gracias a su espectacular ejercicio 'Flama' obtuvieron una puntuación de 98.334 sólo superadas por las rusas (99.251), que revalidaron su título olímpico, mientras que el bronce fue para las japonesas Emiko Suzuki y Saho Harada (97.167).

   Mengual y Fuentes ofrecieron una versión incluso mejor que ayer en la ronda preliminar de la rutina libre. Con su ópera contemporánea del belga Nicholas Lens, las catalanas deslumbraron al público congregado en el 'Cubo de Agua'.

   La velocidad de sus piernas, sus apneas y la belleza de sus movimientos hacen de su rutina libre, la más larga de las que se pusieron en liza en la final, un brillante ejercicio.

   Su dificultad se vio recompensada con las puntuaciones, en las que llegaron a arrancar un 'diez' en mérito artístico. La jueza japonesa fue la más exigente y tan sólo dio sendos '9.8' a las españoles, que se llevaron siete '9.9'.

   Las 'sirenas' españolas se colgaron el metal que faltaba en su inmaculado palmarés, el olímpico, ése que se escapó con polémica hace cuatro años en Atenas, después de que las juezas se mostraran reacias a cambiar el 'statu quo' de la sincronizada.

   Después de eso llegaron las exhibiciones de las españolas en los pasados Mundiales de Melbourne, donde Gemma hizo historia con sus seis medallas, y los cuatro oros en el pasado Europeo de Eindhoven, donde Rusia sólo envió a Natalia Ischenko, que fue superada por Mengual en la final de solo.

   Sin embargo, Mengual y Fuentes, que sustituyó hace un año a Paola Tirados, compañera de la barcelonesa en el dúo desde 1999, se quedaron a demasiada distancia de las 'Anastasias' rusas. Las soviéticas, que desde su plata en el Mundial de Fukuoka en 2001, siempre han subido a lo más alto del podio, volvieron a dar una lección en el agua.

   Davydova y Ermakova, con su 'Suite Peer Gynt' del compositor noruego Edvard Grieg, también mejoraron su actuación de ayer. Su ejercicio, con una sincronización casi imposible arrancó ovaciones de la afición.

   Así, las rusas se colgaron el oro sin paliativos pues fueron capaces de sacar ocho 'dieces', cinco de ellos, la perfección en la rutina técnica, mientras que en artística los '9.9' de la jueza checa y la estadounidense, les impidieron hacer el pleno.

   La medalla de bronce fue para las japonesas Sukuzi y Harada. Después de empatar ayer con las gemelas chinas Tingting y Wenwen Jiang, las niponas saltaron al 'Cubo de Agua' muy presionadas, pues en seis ediciones olímpicas nunca han faltado a su cita con el podio.

   Sin embargo, la mayor complejidad de su ejercicio hoy sí se vio recompensada. A las japonesas les pesaba haber sido superadas por las chinas en el Preolímpico, pero terminaron colgándose el bronce por delante de las locales, que se quedaron a un paso del primer metal en la disciplina para el país anfitrión.