Principal

Diario YA


 

Gibraltar es una herida en el orgullo, pero también en la economía, la salud y la seguridad de los españoles.

Manuel Morillo. 19 de enero. La reivindicación de Gibraltar es un asunto que en la conciencia nacional ha perdido interés, cuando no, fruto de muchas actitudes de personas que crean opinión pública, llevado a la sonrisa o al desprecio, cuando se plantea.

Pero la reivindicación de Gibraltar no es solo una cuestión de dignidad nacional, a mi parecer lo más importante, sino también, como resultado de una pérdida de soberanía política y consecuentemente económica, es una fuente de conflictos que, ¿ocultos o escondidos?, traen graves perjuicios sociales a los trabajadores españoles.

En Gibraltar, convertido en un paraíso fiscal con la complicidad del gobierno de Gran Bretaña, y la pasividad de los sucesivos gobiernos españoles, hay el doble de empresas registradas que de súbditos de la colonia. La mayoría de ellas son empresas que hacen negocios con España, pero que sin embargo no pagan impuestos en España, impuestos que podrían convertirse en carreteras, hospitales, pensiones, etc. . . que no se crean.

Gibraltar es también reconocido centro donde se lava el dinero negro del crimen. No hablemos ya del contrabando a la que lleva la situación colonial, que si es de tabaco priva a la Hacienda española de billonarios recursos, que podrían convertirse en hospitales, escuelas, carreteras, servicios sociales, etc. . . y si es de droga, además del gigantesco daño humano, es un peso sustancial al contribuyente español, que ha de soportar las cargas económicas que cuesta la atención sanitaria, vigilancia policial, asistencia social, etc. . que ocasionan los drogadictos.

Y sin agotar el tema de la Roca la perdida de soberanía no solo humilla al conjunto de la comunidad nacional de forma abstracta sino que se plasma en miles de ciudadanos que la sufren como los extrabajadores españoles de la colonia a los que se les priva sin ninguna posibilidad de defensa, de sus pensiones de jubilación fruto de años de trabajo. 

Etiquetas:manuel morillo