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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

Godó y su Vanguardia, cómplices del separatismo

Miguel Massanet.  El gran escritor español, Pío Baroja, hizo unas juiciosas y acertadas reflexiones a cerca de la revolución, que dejó escritas en su obra  Las veleidades de la fortuna, en los siguientes términos: “La revolución es una época para histriones. Todos los gritos sirven. Todas las necedades tienen valor, todos los pedantes alcanzan un pedestal…”.  En estos días en los que España se está debatiendo entre sus problemas económicos, sus algaradas sociales y sus enredos políticos, no cabe la menor duda de que son momentos propicios para que, los dos principales polos del ultra nacionalismo separatista, Catalán y Vasco, intenten romper los lazos que, para ellos, parecen ser yugos, que les unen al resto de los españoles. No es algo nuevo de lo que nos debamos sorprender y tampoco nos llama la atención que sea en Catalunya donde adquiera el sentimiento separatista una mayor virulencia cuando, en el País Vasco, en aquella parte de España donde más sangre se ha derramado a causa del terrorismo de ETA, en estos momentos se exprese, a través del PNV y sus valedores, de un modo menos estridente, más apaciguado y, por supuesto, sin tantas prisas como parecen tener los catalanes que, sin embargo, aunque tuvieron sus propios terroristas ( muchos de ellos hoy militan en ERC) encuadrados en la banda Terra Lliure que, por un tiempo, no dudó en cometer tropelías y atentados para intentar conseguir sus objetivos por medio de la fuerza y el terror. Fracasaron.

Ahora llevaban muchos años sin apelar al terrorismo, aunque no han cejado en su objetivo de intentar avanzar en su camino hacia la consecución de su independencia, a través de una serie de políticos nacionalistas que, cada vez, han ido agriando su discurso, solicitando más competencias y exigiendo más facetas de poder; en un intento de conseguir sus fines separatistas presionando al gobierno Español que, en ocasiones, por motivo de la necesidad de apoyos para mantenerse en el poder, no ha tenido inconveniente en darles carnaza, cuya mayor expresión fue la aprobación del Estatut catalá, un instrumento que les ha servido de trampolín para elevar el listón de sus exigencias, exhibiéndolo como arma arrojadiza contra la unidad de España.
 
Pero, ha llegado un momento en el que el señor Mas, actual presidente de la Generalitat, que se ha visto superado por factores económicos, endeudamientos de muchos miles de millones y, todo ello, dentro de una crisis que afecta a toda Europa, de la que no se han librado los catalanes que, por mucho que intenten presumir de que están dotados de los medios para sobrevivir separados de España, la realidad es que se encuentran al borde el precipicio. En una jugada de estrategia, el señor Mas se ha decidido lanzarse al vacío, iniciando una ofensiva con dos vectores de ataque. En primer lugar ha acusado a España de abusar de los catalanes obligándoles a contribuir fiscalmente más que el resto de españoles y con este argumento ha querido imponer al gobierno Central un pacto, el Pacto Fiscal, con el que intentaban conseguir un trato preferencial para Catalunya, basándose en el argumento de ser una comunidad Histórica con más derechos que el resto de ellas. En segundo lugar, ha iniciado una campaña de descrédito de las instituciones españolas poniendo de ejemplo a Catalunya, de la que afirma, sin enrojecer, que si fuera “libre” sería la séptima potencia económica de Europa, así por las buenas junto a un lavado de cerebro intentando hacer creer que Catalunya estará en la UE.
 
No explica, por supuesto, como van a hacer frente a los 43.000 millones que deben ni como van a pagar las pensiones ni como van a sostener la Sanidad y la Seguridad Social, como van a evitar que  el desempleo siga subiendo y como se van a poner de acuerdo los distintos partidos políticos, todos ellos con aspiraciones de gobernar el país si se independiza, cuando unos tienen una vertiente de derechas, CIU, y otros, como ERC, ICyV y otros minoritarios, cuyas raíces están ancladas en la más extrema izquierda; todo ello, sin tener en cuenta a un PSC en horas bajas pero con una amplia base social en Catalunya. El resultado puede ser un nuevo Tripartit demencial.
 
Y, con estas, no nos olvidemos de la prensa catalana. Un elemento esencial en este sombrío panorama catalán. Tanto las radios, como todos los periódicos de tendencia izquierdista, habituales defensores del catalanismo acérrimo, como el AVUI, el PERIODICO DE CATALUNYA, NACIO Digital etc. al que se añade, como no se podía esperar menos del Grupo GODO, el eterno chaquetero, siempre dispuesto a apoyar a aquellos que piensa que pueden favorecerlos y subvencionarlos que, en este caso, como es natural, parece que van a ser los seguidores del señor Mas. En esta ocasión La Vanguardia, se han quitado la careta y parece apoyar el separatismo, inundando cada día de encuestas las páginas del periódico; encuestas que, a muchos, nos huelen a chamusquina, no tanto por los resultados, evidentemente favorables al sentimiento independentista, sino por la velocidad con la que los encuestadores llevan a cabo su trabajo de campo, el subsiguiente estudio de los resultados obtenidos, el análisis y las conclusiones que, si debemos juzgar por la cantidad de datos que, al parecer, se recogen, por las distintas variables que se toman en cuenta y por la celeridad con la que publican; podríamos pensar que estas encuestas “a la carta”, puedan ser sospechosas de falta de credibilidad, de improvisación y de estar fabricadas para obtener unos resultados determinados. Algo poco ético y sí muy propagandístico para influir en los lectores, con la intención de convencerlos de que existe una unanimidad más que cuestionable.
 
Pero señores, como muestra basta un botón. El otro día, en otra de estas encuestas se hablaba de que: una mayoría de los empresarios catalanes estaban de acuerdo con la independencia., sólo que, y aquí está el truco, los que no lo estaban eran los grandes empresarios de las multinacionales y otras importantes empresas de Catalunya, que ya le dijeron a Mas que no estaban de acuerdo con sus ilusiones nacionalistas. Es obvio que, si se consulta a tenderos, dueños de bares, pequeños comercios de todas clases y otros autónomos con pocos empleados, es muy posible que, en cuanto a número, sean más pero ¡ojo! ¿Qué pasa si estas grandes empresas que no están de acuerdo deciden irse de Catalunya, como el caso del señor Lara de Planeta? Si se fuera SEAT, por ejemplo, saldrían inmediatamente perjudicadas todas aquellas empresas de componentes y accesorios que actualmente son sus proveedores. Un problema no menor.
 
El señor Mas, acorralado por los acontecimientos, insiste en que  internacionalizará el conflicto, pero lo que no nos dice es cómo va a superar, mientras se inicia un juicio en el Tribunal de Estrasburgo, que puede durar años, con pocas o ninguna posibilidades de prosperar; esta grave situación económica por la que está pasando y, a causa de la cual, ha tenido que pedir ayuda a esta España de la que quiere separase. ¿Se puede entender tamaña incongruencia? Un líder que desafía a toda una nación y que, no tiene objeción en humillarse para pedir socorro para pagar sus deudas, a aquellos a los que está atacando y ofendiendo. El engaño está servido y las consecuencias no las van a pagar Mas y el resto de políticos que lo apoyan; porque, señores, quienes vamos a salir trasquilados somos los españoles que vivimos en esta región si, de verdad, se llegara a consumar esta barbaridad. O así es, señores, como contemplo esta realidad deprimente.