Gordón Brown recorta en 10 puntos la diferencia en la intención del voto inglés
Redacción Madrid. 25 de septiembre. El primer ministro británico, Gordon Brown, ha visto cómo la notable recepción que le granjeó su discurso del pasado martes ante el Congreso del Partido Laborista se ha traducido en una mejora en la percepción ciudadana que ha permitido recortar a la mitad la distancia de 20 puntos que los conservadores le sacaban hasta ahora en las encuestas de intención de voto.
El primer sondeo publicado tras su intervención, en la que advirtió de que los actuales tiempos de convulsión "no son para novatos", eleva el porcentaje de apoyo a los laboristas hasta el 31 por ciento, mientras que el de los 'tories' se reduce tres puntos, hasta el 41 por ciento.
No obstante, el estudio publicado hoy por 'The Sun' se realizó antes de la polémica salida de la ministra de Transportes, Ruth Kelly, cuya gestión ha afectado a los réditos obtenidos por Brown tras su discurso, considerado como el más importante de su carrera política.
En cualquier caso, los resultados representan el primer cambio de tendencia en la deriva emprendida por el mandatario en sus 15 meses de mandato, en los que ha experimentado una caída en picado del 12 por ciento de ventaja que ostentaba hace tan sólo un año a una media de 20 puntos por detrás del principal partido de la oposición.
Además, supone una notable modificación en la percepción colectiva, ya que la encuesta ha sido desarrollada entre 1.536 personas por YouGov, la misma firma que este mismo domingo realizó un sondeo para 'Sunday Telegraph' que confirmaba la tendencia de los 20 puntos de diferencia de los conservadores de David Cameron, un 44 por ciento frente a un 24.
Aparte, otra noticia positiva para el primer ministro aparece en el apartado del grupo de los que quieren que permanezca en el número 10 de Downing Street, que ha aumentado diez puntos porcentuales y alcanza ya el 39 por ciento, si bien seis de cada diez británicos dudan de su capacidad para entender por lo que los ciudadanos están pasando ante el actual contexto de crisis económica.
Asimismo, tan sólo un cuarto considera que representa un activo para el partido, si bien el grupo de los que lo ven como el más adecuado para el cargo ha pasado del 24 al 32 por ciento, igualando así el porcentaje de David Cameron, que ve cómo su popularidad en este apartado se recorta en dos puntos.
No obstante, el líder 'tory' podría tener en breve la oportunidad de revertir la situación a la de una semana, puesto que, al igual que Gordon Brown ha disfrutado de los réditos de la cita de su partido, Cameron está a punto de iniciar el congreso anual del suyo el próximo domingo en Birminghan, donde espera consolidar su imagen como la alternativa política en Reino Unido.
Con todo, el impacto a medio plazo podría verse mitigado por la recepción que obtenga la remodelación de Gobierno prevista para finales de la próxima semana, justo al final del cónclave conservador, lo que podría eclipsar su trascendencia al suponer la primera y, probablemente, única reestructuración que Gordon Brown acometa en su Gabinete antes de las elecciones previstas para mayo de 2010.
Por el momento, los cambios que podrían llevar incluso al nombramiento de un viceprimer ministro tan sólo son especulaciones en los medios británicos, que han descartado movimientos sensibles como el de llevar al Ministerio de Hacienda al titular de Asuntos Exteriores, David Miliband, uno de los perfiles con mayores posibilidades en una virtual relevo de Brown y que ha salido notablemente tocado del congreso debido a la imagen de líder en espera que no puede refrenar sus ansias sucesorias.
En consecuencia, la única baja de la que se tiene confirmación oficial es la de la responsable de Transportes, Ruth Kelly, quien pese a asegurar que abandona para pasar más tiempo con sus cuatro hijos, su salida ha estado marcada por una polémica que ha vuelto a ensombrecer la pretendida imagen de unidad del Laborismo tras la cita que durante cinco días lo reunió en Manchester.
Así, aunque la ministra había trasladado a Brown ya en mayo su decisión de renunciar, a petición del mandatario decidió esperar hasta la remodelación de gabinete, si bien finalmente la noticia se difundió la noche previa a la jornada de clausura del Congreso, provocando un severo malestar bajo el que las distintas facciones del partido se han acusado de filtrarla con intereses contrapuestos.
En este sentido, mientras la propia Kelly declaró ignorar quién lo había anunciado y expresó su descontento, los críticos con Brown aseguran que fue un movimiento promovido desde Downing Street para evitar una renuncia en cadena que se podría haber estado gestando para dañar la imagen del mandatario.
Sin embargo, el entorno del primer ministro se preguntó a quién podría beneficiar la noticia --"a Gordon desde luego no", aseguró a diversos medios una fuente próxima-- que, al parecer, habría sido indiscretamente, aunque sin intención, dada a conocer en uno de los bares del complejo en el que se celebró el Congreso por uno de los asesores de menor rango de la residencia oficial.