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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

.¡Este es mi Rey! –me dije-

Gracias Majestad o el sueño de Navidad

Rafael López-Diéguez. El discurso de su Majestad del pasado 24 despejó cualquier duda sobre la función institucional de la Corona en España,dejando sin contenido las injustas críticas hacia la misma. Con el ardor patriótico que le es propio el Rey proclamó la inquebrantable unidad de la Patria haciendo una llamada al orden a todos los que de cualquier forma pretendan su ruptura.

Sorprendió lo vigoroso de su voz cuando se pronunció sobre las medidas  que se han de adoptar. Especialmente cuando se refirió a su condición de Capitán General del Ejército, garante de la unidad de España, y de las consecuencias que debieran asumir  todos aquellos que pretenden la secesión de una parte del Estado que preside. Prometió, como esperábamos,que todo el peso del Estado de Derecho caería sobre los que se atrevieran a cuestionar la unidad patria.

Haciendo gala de una honestidad que nadie ha sabido ver en el monarca hasta hoy reconoció que la mayor parte de los problemas que arrastramos es consecuencia de una transición hecha desde  el entreguismo;  que dio  como fruto  una Constitución que no era sostenible en el tiempo por sus contradicciones internas,las lagunas y la indefinición de aspectos que eran fundamentales para una convivencia pacífica y que protegiera los principios de igualdad,cohesióny solidaridad entre todos los españoles, con independencia de su lugar de nacimiento o residencia.

Cuando llego la hora de hablar de la defensa del primer y más sacro derecho, la vida, fuimos muchos los que tuvimos que reconocer nuestra equivocación de años y pedir públicamente perdón por  haber tratado de forma tan dura e injustasu figura. Llegado el momento del discurso en el que nos aseguro que como Rey católico (lo que  acrisola en su exclusivo título deRey de Jerusalén) nunca más volvería a firmar una Ley que reconociera, ya sea por razón de plazos o de supuestos, el aborto,fue cuando realmente todos caímos rendidos a sus pies, pero, para mayor sorpresa, también confesó su equivocación al dinamitar la familia refrendando la inicua ley del matrimonio homosexual y la de adopción por parte de estosde menores que habrán de crecer al margen del orden natural.

Incontenibles las lágrimas de muchos cuando prometió justicia para las víctimas y un reconocimiento de nuestra soberanía frente a la injerencia de unTribunal extranjero.

Por último, lo que derrumbó nuestras peores imágenes del monarca fue cuando ante las cámaras  hizo acto de contrición y examen público de conciencia prometiéndonos no volver a cometer los errores del pasado.

¡Este es mi Rey! –me dije-. El que muchos estábamos esperando, el que contará con ese apoyo que desde hace años queríamos darle.  ¡Entonces me desperté!, es lo malo de los sueños.

Rafael López-Diéguez, Secretario General de AES.