Heroes y monstruos
Joaquín Tomás Fortunati Cendrero. La historia negra contemporánea de España sigue enriqueciéndose cíclicamente con nuevos y macabros sucesos. Aunque a menudo hay asesinatos de diversos tipos, algunos nos dejan más huella por su espectacularidad y dramatismo. El primer crimen abominable al que me quiero referir es el de las niñas de Alcácer. Miriam, Toñi y Desirée fueron secuestradas, violadas, torturadas brutalmente y finalmente asesinadas y descuartizadas por varios monstruos cuando se dirigían a una fiesta. Fernando García, padre de Miriam y primer héroe para mí, ha estado luchando desde entonces para esclarecer este oscuro caso y como premio se tiene que sentar en el banquillo de los acusados con una petición de dieciséis años de cárcel por dudar de los miembros del tribunal.
El segundo héroe es el padre de Juan Holgado, asesinado en una gasolinera de Jerez, recibió de varios monstruos al menos 30 puñaladas, algunas de 18 centímetros de longitud. Este hombre al ver la pasividad de las autoridades, se infiltró en el ambiente de los posibles asesinos con un valor incalculable y exponiendo claramente su vida para obtener pruebas contundentes, que no tuvieron validez en el juicio por no estar autorizadas por el tribunal; pero que sirvieron para ganarse el título de Padre Coraje y la admiración de todos los españoles.
La siguiente heroína es María del Mar Bermúdez, madre de la joven discapacitada Sandra Palo, victima de la tortura y el asesinato más atroces de la historia penal española, según lo calificó la Fiscalía. La banda del Chupete, compuesta por tres menores y un adulto, con más de 700 detenciones; violaron, atropellaron contra la pared rompiéndole las piernas, pasaron el coche por encima de ella unas 15 veces y seguidamente la rociaron de gasolina prendiéndole fuego, estando todavía viva. Ya hay uno en libertad y esta mujer sigue luchando para alargar las condenas de estos pequeños monstruos. Por último tenemos a Juan José Cortés, padre de Mari Luz, víctima de los graves problemas de la justicia actual, que recientemente perdió a su niña a manos de un degenerado que tenía que estar encerrado cumpliendo condena por una acción semejante, pero que incomprensiblemente estaba en libertad, paseándose tranquilamente por la calle y eligiendo fríamente una nueva víctima propiciatoria. Ahora con la desaparición de Marta del Castillo y la vergüenza que estamos viviendo desde hace casi un año, con una historia rocambolesca, digna de un país tercermundista y bananero, se abre de nuevo la polémica.
A ver si a nuestros señores políticos se les remueve un poquito la conciencia y hacen unas leyes más eficaces contra estos pequeños monstruos, que son menores para ir a la cárcel pero no para atropellar, maltratar, violar, torturar y asesinar a cualquier persona de bien. Este es mi pequeño homenaje hacia estos grandes héroes que día a día me animan a seguir luchando. Tengo amigos en cargos públicos, los conozco desde la niñez y me consta que lo están haciendo magníficamente bien, pero esto no quiere decir que no haya que denunciar a esta nueva casta multitudinaria de políticos apoltronados que viven de espaldas al pueblo y que solo se mueven por intereses partidistas, exactamente tres meses antes de cada periodo electoral, para comerle el coco al pueblo y seguir disfrutando de las múltiples ventajas que les ofrece esta singular pseudodemocracia en la que han convertido mi país, que creo que internacionalmente se sigue llamando España, con perdón.