Principal

Diario YA


 

“Debemos hacer las cosas ordinarias con un amor extraordinario” (Beata Teresa de Calcuta)

Homenaje a Madre Teresa de Calcuta

Diario Ya.  La congregación de “Las Misioneras de la Caridad” ha rendido un emotivo homenaje a la Madre Teresa de Calcuta, “Ángel de la Misericordia”, en conmemoración por su fallecimiento, hace ya quince años. Se ha celebrado una pequeña misa a los pies de la tumba de la beata, la cual fue ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1979.

 
Madre Teresa de Calcuta se llamaba Agnes Gonxha Bojaxhju, y nació el 26 de agosto de 1910 en la República de Macedonia. En 1931, inició sus votos de pobreza, castidad y obediencia para trasladarse hacia Calcuta, en la India, donde falleció a los 87 años, un 5 de septiembre de 1997, después de toda una vida dedicada a atender a los pobres más pobres, de manera completa y sacrificada.
 
Siempre concibió el servicio a Dios como un compromiso con los más necesitados. “Estaba por dejar el convento y ayudar a los pobres mientras vivía entre ellos. Fue una orden. Fallar habría significado quebrantar la fe”, explicaba la monja.
 
Fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en 1950, que cuidaba de las personas de escasos recursos. La Madre Teresa continuó a la cabeza de esta hermandad hasta 1997 cuando sus dolencias físicas postergaron su vocación de servicio.
 
La salud de la beata se mermó de manera considerable tras detectar dolencias en el corazón y en las vías pulmonares. Asimismo, en 1993 contrajo la malaria que minaba progresivamente su salud y agravaba la situación de su corazón.
 
Finalmente, la Madre Teresa de Calcuta falleció víctima de un paro cardiaco  que causó conmoción en el mundo entero. El gobierno de la India realizó un funeral de Estado para que el cuerpo recorra por la ciudad de Calcuta.
 
A lo largo de vida, la novicia obtuvo reconocimientos internacionales como el premio Nobel de la Paz en 1979. En 2003, el papa Juan Pablo II otorgó la beatificación a la beata Teresa de Calcuta durante una ceremonia en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
 
Para muchos seguidores, la beata Teresa de Calcuta representa el rostro más humano y comprometido de la Iglesia Católica. Realizó una labor humanitaria desde adentro, viviendo con la pobreza y conociendo la desigualdad en carne propia.