Hong Kong vive un poder totalitario en contra de la marcha de la historia
Jesús Domingo Martínez. La decisión del Gobierno chino de bloquear las redes sociales para frenar la movilización de los jóvenes universitarios en Hong Kong no deja de ser una metáfora de la pretensión de un poder totalitario en contra de la marcha de la historia. Esto nos hace ver que con demasiada frecuencia se olvida que China sigue siendo un país en el que el ejercicio de las libertades y de los derechos civiles es una quimera. Una realidad oculta por la presencia cada vez más significativa de los intereses económicos de esta nación en Occidente; una realidad que no convence a los universitarios que en las calles y en las plazas de la antigua colonia británica, reivindican el sufragio universal y la libre participación de candidatos para el gobierno de la actual región administrativa china.
La demostración de fuerza de los jóvenes universitarios, que también tiene como objetivo la dimisión del jefe del ejecutivo de Hong Kong por la represión policial, representa un peligro para el régimen comunista, porque el grito en pos de la libertad es el anhelo de un pueblo que hasta ahora ha sido silenciado por los dictados del partido único. De ahí la violenta respuesta del gobernador de Hong Kong durante los días pasados.
La democracia y la defensa integral de los derechos humanos sigue siendo una asignatura pendiente en un continente que quiere conjugar el libre mercado con el control de las conciencias. Una combinación que comienza a hacer aguas en esa pequeña península.